En la reciente gira que el presidente Andrés Manuel López Obrador realizó por el estado de Guerrero, dijo orgulloso que conoció por primera vez la ciudad de Tlapa de Comonfort hace 26 años, cuando realizó una gira de trabajo siendo presidente de un partido del que dijo no diría el nombre. En este evento, acompañado de la gobernadora Evelyn Cecia Salgado Pineda, del titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis Díaz Leal, de la secretaria de Bienestar Ariadna Montiel Reyes, del presidente de la fundación Teletón Fernando Landeros Verdugo, anunció ante un número importante de presidentes municipales de la región y ante un escaso público, la construcción del CRIT de la Montaña de Guerrero, y aprovechó la ocasión para revisar el avance de la construcción de los “caminos rurales”, que se están ejecutando en 23 municipios e informar el avance también, de los programas de la Secretaría de Bienestar. Haciendo aún lado los programas sociales de la Secretaría del Bienestar, aplicados con otros nombres en sexenios pasados, el 30 por ciento de avance en la construcción de 66 caminos artesanales, es decir, de acuerdo a sus datos, haber pavimentado 66 kilómetros de 221 que es el proyecto total a pavimentar, que correspondería a 2.8 kilómetros por municipio, el resultado se exhibe como una menudencia que no se corresponde con los 26 años de preocupación por sacar de la pobreza a los habitantes de la Montaña; este efecto, no “restañe las viejas heridas para hacer justicia a los pueblos indígenas” propósito tal vez ya olvidado por el presidente López Obrador, en el arranque de su primer campaña por la presidencia de la república el 19 de enero de 2006 en Metlatónoc, municipio tan pobre entonces como ahora, después de tres años y medio de gobierno morenista.
El proyecto de construir el Centro de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT) de la Montaña en el municipio de Tlapa, sostenido por donaciones deducibles de impuestos hechas por empresarios poderosos del país, puede considerarse a simple vista una buena decisión, pues Guerrero está en el lugar tres, de los estados con más población infantil que padece algún tipo de discapacidad, con un promedio de 9.4%, después de Tabasco con el 9.8 y Zacatecas con el 10.4%. Según la UNICEF los 3.5 millones de niños mexicanos con discapacidad tienen todo tipo de privaciones; en el censo del INEGI del 2020, los 3.5 millones en edad de 0 a 17 años representa el 9.4 de la población infantil en ese rango. En Guerrero el porcentaje es similar, pero la población infantil indígena es la más afectada y abandonada. En esta población, las discapacidades infantiles originadas por enfermedades congénitas y por accidentes que sufren cuando emigran con sus padres a trabajar en los campos agrícolas del norte del país, muy dificilmente reciben algún tipo de atención, permaneciendo olvidados en sus casas, son niños y niñas olvidados por la sociedad y por el gobierno y sus instituciones de salud, no han querido enfrentar de manera directa. De acuerdo con lo proyectado por el presidente del Teletón, el CRIT estará terminado en 13 meses, y atenderá a 1,800 pacientes. Si tomamos en cuenta los datos de la Secretaría de Bienestar, de que hasta el momento en la Montaña llevan inscritos 6,527 personas con alguna discapacidad, 4,500 discapacitados seguirán sin atención alguna. Es aquí donde el estado debe intervenir con todo la capacidad que posee, incluyendo los recursos públicos, pues una persona con discapacidad requiere una atención integral, que incluyen hospitales equipados, médicos especialistas, medicamentos efectivos que cuestan mucho, terapeutas profesionales, buena alimentación, educación con pedagogos sensibles y acompañados siempre con personal de enfermería. Si el gobierno de la 4T pretende atender en serio a las personas con discapacidad para que estas vivan digamente debe enfocarse en una acción de estado, y no en la filantropía, practicada desde hace siglos, sin resultados verdaderos que eleven el bienestar del pueblo.
Por eso, la Montaña con sus 19 municipios y donde se concentran tres grupos originarios, me’e phaa, naa savi y nahuas, necesita mucho más que caminos rurales y acciones filantrópicas para salir de la pobreza, discapacidad principal, de acuerdo con lo manifestado por el propio Fernando Landeros. Los bravos habitantes de la Montaña, descendientes de hombres y mujeres que se resistieron a la conquista española, peleando y refugiandose en las partes más altas de sus tierras hasta donde los conquistadores no pudieron llegar, necesitan de buenos empleos y buenos salarios, de una infraestrura de comunicación que contemple carreteras bien planificadas, de hospitales equipados con tecnología de punta, de centros escolares que preparen a profesionistas en todas las areas del conocimiento, incluyendo la producción de alimentos; de centros culturales que rescaten el orgullo de su raza, de unidades deportivas que preparen a la juventud que debe trabajar en la busqueda de un futuro sin sufrimiento. Darse cuenta de que esto no se logrará con discursos, puede ser doloroso para quienes creen en el proyecto del gobierno actual. El tiempo es el mejor juez, y 26 años de discursos del actual presidente de la república solo han construido unos cuantos kilometros pavimentados, cuando se necesitan muchos miles de calles y carreteras. La verdadera superación del sufrimiento de la población indígena y sus necesidades está en su organización y educación política, instrumentos impresindibles para alcanzar una vida digna.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario