Andrés Manuel López Obrador se burlaba de la guerra desatada por Felipe Calderón, pero que él es el presidente de México, ahora lo emula con su propio proyecto. No confía en que las instituciones del Estado le muestren una lealtad ciega, y la busca entre los generales con un pensamiento paranoide de que habrá un golpe en su contra; por tanto, la alianza con los militares no es un acto de combate de violencia en el país, sino de protección personal para él mismo.

El objetivo de los militares no es dar paz al pueblo, sino paz a López Obrador, para que tenga la posibilidad de dormir tranquilo en su palacio, sabiendo que mientras más recursos ilimitados les brinde a las fuerzas armadas, menos incentivos tendrán para que estén en su contra.

Por eso busca darle permanencia a ese poder fáctico con otro decretazo para poner a los elementos de la Guardia Nacional (GN) bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). AMLO recurrirá a las formas de un régimen autocrático, la GN nunca fue concebida como una fuerza civil y nunca lo será si AMLO si hace lo que se propone de ceder todo el poder de quienes estén a cargo de la seguridad mandándose a sí mismo, haciéndose negocios, enriqueciéndose, prosigan actuando con absoluta impunidad, ejecución extrajudicial tras ejecución extrajudicial, implicando la colusión con las fuerzas armadas ante el crimen y el narco protegiéndose entre sí. Este escenario es favorable para AMLO, pero lamentable para el país, porque es una militarización completamente ilegal e inconstitucional.

Los militares están adiestrados para ser militares y hacer lo que tengan que hacer con el goce del fuero para hacerlo; su formación no es policial. Ya que no se cuenta con una policía profesionalizada para llevar procesos e investigaciones de crímenes cotidianos que no estén vinculados con los cárteles.

Nos dicen que no hay otra alternativa por el escenario en Jalisco, Guanajuato, Baja california, entre otros estados, y eso es completamente falso, dicen que debemos creer porque López Obrador es bueno y no miente, pero eso es falso.

Demandamos una estrategia de construcción de paz, basada en una reconfiguración de policías, fiscalías, el desarme de macro redes de criminalidad, la reinserción social y la responsabilidad estatal, pero en lugar de eso, AMLO ofrece militarización permanente.

Nos dicen que los militares son incorruptibles y que por eso pueden reemplazar a la policía corrupta, eso es completamente falso, parece que olvidan todo lo ocurrido en Allende y Ayotzinapan, crímenes y masacres de nuestros tiempos, involucrando a las fuerzas armadas por omisión o colusión con el crimen organizados, los zetas fueron formados por militares que desertaron.

Creer que el control de las fuerzas armadas ante la Sedena es un acto de fe o un acto de pensamiento mágico, las fuerzas armadas ya normalizan el cobro de piso en muchos estados, volviéndose cómplices de la criminalidad. Nos dicen que AMLO es bueno y que no cuestionemos la militarización ya que él según nunca dañaría al pueblo, este argumento presupone que Morena nunca perderá la presidencia, que la democracia no volverá a producir alternancia y que le país estará en la misma fuerza política, es una postura antidemocrática. López Obrador se está convirtiendo en un personaje de derecha armado hasta los dientes para proteger sus propios deseos egoístas.

Dicen que no es militarización porque AMLO afirma que no es militarización, esto es falso, si a los militares se les transfieren miles de responsabilidades que se les asignaba a los civiles, eso es militarización.

Si parece ganso, camina como ganso, grazna como ganso, es ganso; y el presidente lo sabe, pero prefiere hacerse pato.