Desde el principio de los tiempos, el hombre ha buscado coexistir a través de la colectividad, es decir, organizándose, sabiendo que, a través de la organización de las mayorías, podría cumplir con las actividades simples o complejas que le garantizaban su supervivencia.
La colectividad como tal permitió el desarrollo del hombre, pasando de ser simples individuos nómadas a convertirse en una sociedad sedentaria y, con el paso de los años, en una sociedad compleja e industrializada. La organización de las masas garantizaba el sustento, la educación, la seguridad y la salud de todos los individuos que integraban la colectividad, siendo esta la mejor opción ante un mundo hostil.
Hoy ante el gran reto que enfrentamos todos los potosinos, es necesario plantear estrategias de supervivencia, dejando de pensar como individuos y pensar como colectividad. Es importante organizarnos por el bienestar de todos, porque entre más unidos más resultados favorables se asomarán.
Pero porque organizarse, ¿acaso no existe otra solución?, sabemos que el país está pasando por la peor crisis económica de su historia, pues desde antes de la llegada de covid-19, el crecimiento del país era solo del 0 por ciento anual, es decir nada, el país no creció, lo que sí incrementó fue la violencia y el desempleo en el país.
Por lo tanto, la necesidad de las personas ha aumentado de forma considerable, pues el dinero ha perdido su valor adquisitivo, ya que con un salario mínimo no es posible surtir la canasta básica, y con esto existiendo también hizo presencia un aumento en las cifras de la pobreza alimentaria que existe en la región.
En Tamasopo las cosas no son muy diferentes, el gobierno municipal no se ha preocupado por cumplir con su papel de autoridad, olvidándose que la principal función del mandatario es velar por las necesidades del mandante, es decir del pueblo. El gobierno, lejos de usar los recursos para beneficiar a la gente afectada por la crisis económica provocada por covid-19, se ha concertado en solo guardarse para no enfermarse.
El derecho a la organización es una de las garantías individuales que todo mexicano goza por el simple hecho de serlo, pues dichas garantías individuales se encuentran claramente redactadas en la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, la cual en sus códices garantizan el libre derecho a organizarse y manifestarse pacíficamente.
Pero el derecho a organizarse, no consiste solo en aglutinarse en masas, sino en educarlas y unirse de forma constructiva para llegar a un fin común que permita a todos los individuos entender que la colectividad está sobre todo individuo, ya sea de manera simple o complejo, la finalidad es trabajar en unión.
Resulta pues que, ante un gobierno inerte, la organización oportuna se convierte en la mejor opción para sacar adelante al municipio, el problema no consiste en ser pobres, consiste a que el gasto social está mal distribuido y solo a través de la unidad podemos formar un frente amplio que sirva de contrapeso ante los malos gobiernos que solo piensan en sí y no en la colectividad.
La colectividad con educación permitirá al individuo afianzarse en un proyecto social que brinda soluciones, partiendo de las necesidades propias de la región y no en ocurrencias seniles, tampoco en proyectos faraónicos que solo buscan resaltar la individualidad de quienes están enfermos de poder. Si aplicamos lo dicho, formaremos un futuro prometedor y próspero.
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