MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La educación en Tlaxcala va en retroceso alarmante bajo la 4T

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En el ocaso del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, es imperativo realizar un análisis crítico sobre el estado de la educación en Tlaxcala, un reflejo preocupante de la situación nacional.

Los datos oficiales y la realidad cotidiana pintan un panorama desalentador que exige una reflexión profunda y acciones concretas. Según cifras del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y de la Secretaría de Educación Pública de Tlaxcala, el estado ha experimentado un descenso significativo en varios indicadores educativos clave.

Entre 2018 y 2024, la tasa de abandono escolar en educación básica aumentó de 1,2 % a 2,5 %, mientras que en educación media superior pasó de 10,3 % a 13,7 %. Estos números son alarmantes y reflejan la incapacidad de las políticas actuales para retener a los estudiantes en el sistema educativo.

El proyecto de Antorcha propone un aumento significativo en la inversión educativa, la modernización de la infraestructura escolar, la implementación de programas de formación docente continua y el fortalecimiento de los vínculos entre escuela, familia y comunidad.

Más preocupante aún es la disminución en la calidad educativa. Las pruebas estandarizadas muestran que el porcentaje de estudiantes tlaxcaltecas con niveles satisfactorios en matemáticas y lenguaje ha caído en promedio un 7 % en los últimos seis años.

Esta tendencia negativa se apunta en todo el estado, evidenciando la creciente brecha educativa. Los programas implementados por el gobierno morenista, lejos de solucionar estos problemas, han demostrado ser ineficaces y, en algunos casos, contraproducentes.

La Nueva Escuela Mexicana, por ejemplo, ha generado confusión entre docentes y estudiantes tlaxcaltecas, sin lograr las mejoras prometidas en el aprendizaje. Las Becas para el Bienestar Benito Juárez, aunque han brindado apoyo económico, no han incidido significativamente en la reducción de la deserción escolar en el estado.

El programa La Escuela es Nuestra, destinado a mejorar la infraestructura educativa, ha sido particularmente decepcionante en Tlaxcala. Según datos de la Secretaría de Educación estatal, sólo el 30 % de las escuelas beneficiarias han visto mejoras tangibles, mientras que el resto enfrenta retrasos o irregularidades en la asignación de recursos.

Esta situación es especialmente grave en planteles como los EMSaD de Díaz Ordaz, Pocitos, Atotonilco y Zaragoza, que continúan operando en condiciones precarias.

La pandemia de covid-19 expuso y exacerbó las deficiencias del sistema educativo tlaxcalteca. Los programas de educación a distancia implementados por el Gobierno federal demostraron ser inaccesibles para un gran número de estudiantes en el estado. 

Según una encuesta realizada por la Universidad Autónoma de Tlaxcala, el 40 % de los estudiantes de educación básica y media superior enfrentaron dificultades significativas para acceder a las clases en línea, ya sea por falta de dispositivos electrónicos o conectividad deficiente.

Quizás el golpe más duro a la educación tlaxcalteca ha sido la reducción del presupuesto federal. En términos reales, ajustándose por inflación, el presupuesto destinado a la educación en el estado ha disminuido un 15 % desde 2018. Esta reducción ha impactado negativamente en la contratación y capacitación de docentes, el mantenimiento de infraestructura y la implementación de programas de apoyo estudiantil.

Frente a este escenario desalentador, es crucial considerar alternativas que prioricen verdaderamente la educación. El proyecto educativo impulsado por Antorcha presenta una visión que contrasta marcadamente con las políticas actuales.

Este modelo, que se pretende implementar en Tlaxcala, enfatiza la formación integral del estudiante, la excelencia académica y el desarrollo de habilidades críticas y creativas.

El proyecto de Antorcha propone un aumento significativo en la inversión educativa, la modernización de la infraestructura escolar, la implementación de programas de formación docente continua y el fortalecimiento de los vínculos entre la escuela, la familia y la comunidad.

Además, plantea la creación de centros de alto rendimiento académico y la promoción de las artes y el deporte como elementos fundamentales en la formación de los estudiantes.

Es un recordatorio de que Tlaxcala, y México en su conjunto, reconocen que el futuro de nuestra sociedad depende de la calidad de la educación que se brinda a nuestros jóvenes. El fracaso de las políticas educativas de la 4T en Tlaxcala es un llamado de atención que no podemos ignorar. 

Necesitamos un cambio de rumbo urgente, una visión que verdaderamente ponga la educación en el centro del desarrollo social y económico. 

El proyecto educativo de Antorcha ofrece una alternativa que merece ser considerada seriamente. Es hora de dejar atrás las políticas fallidas y apostar por un modelo educativo que realmente prepare a nuestros jóvenes para los desafíos del futuro. 

Sólo así podremos revertir el retroceso educativo que hemos experimentado y construir un Tlaxcala, y un México, más próspero, justo y desarrollado.

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