El objetivo de la construcción de un “alma bella”, resaltado por Sócrates, ha sido valorado en la historia de la filosofía como constitutivo de la dignidad humana. A partir de declaraciones de Sócrates registradas por Platón se alude al significado de dignidad humana, que naturalmente no es el mismo en todas las épocas ni para cada filosofía.
En su obra Contrarrevolución y revuelta, Herbert Marcuse expone que la dignidad es un valor único, que debe defenderse y conservarse, pues es el que garantiza que el ser humano viva de manera íntegra, es decir, con respeto a sus derechos como persona.
Por su parte, Ernst Bloch en Derecho natural y dignidad humana, anota que la dignidad humana es un factor de nobleza que ha de ser promovido a través de la justicia. Ernst Bloch plantea que el Estado debe responder realmente para legitimar a quienes han sido oprimidos a lo largo de la historia; es decir, a las clases populares. El Estado que Bloch plantea es un ejemplo genuino del anhelo de justicia absoluta que no se conforma con las circunstancias actuales, y que se encontraba ya en Karl Marx. En el Manifiesto comunista, Marx y Engels remiten a la noción de dignidad humana al criticar la moral burguesa por haber transformado el valor de la dignidad personal en una mercancía. Esto es, que la burguesía, al afianzar un modelo económico basado en la explotación de los trabajadores, ha eliminado valores humanos dignos. Así lo señalan Marx y Engels: “[La moral burguesa] enterró la dignidad personal bajo el dinero y redujo todas aquellas innumerables libertades escrituradas y bien adquiridas a una única libertad: la libertad ilimitada de comerciar”. El modelo económico y político de hoy, basado en la libertad del mercado, dirige al olvido de la dignidad humana.
La dignidad humana sólo podría realizarse, entonces, en una sociedad que no conciba al ser humano como un mero medio productor de mercancías, en donde las personas no se vean reducidas a simplemente vender su fuerza de trabajo al precio que sea bajo cualquier condición de vida. La dignidad humana puede darse en un modelo social que le brinde importancia a la autonomía de los individuos como seres que no dependen de otra pequeña clase social para vivir y que, por tanto, son valorados como seres humanos, no sólo como mano de obra.
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