MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La deuda histórica de los laguneros: Metrobús Laguna

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El Metrobús Laguna, una de las iniciativas más esperadas y discutidas en los últimos años, ha marcado un antes y un después en la historia del transporte público de Torreón y la región lagunera.

Desde su puesta en marcha en 2016, esta opción de movilidad ha generado diversas reacciones entre los ciudadanos: desde el optimismo por su modernización hasta las críticas por su ejecución y costos.

La cancelación del Metrobús Laguna, uno de los proyectos más ambiciosos para mejorar la movilidad en la región, ha dejado un vacío importante en los planes urbanos de Torreón y La Laguna, lo que subraya la necesidad urgente de una solución alternativa para la conectividad.

Tras más de nueve años de su inauguración, es necesario hacer un balance de su impacto, su situación actual y las enormes necesidades que aún enfrenta el transporte público en la región.

La historia del Metrobús Laguna comenzó en 2016, cuando el gobierno de Coahuila y el de Durango anunciaron un proyecto para mejorar el transporte en la Comarca Lagunera. La región, que abarca varias ciudades y municipios de ambos estados, había enfrentado durante años problemas de movilidad, sobre todo en Torreón, la ciudad más poblada.

Ante el aumento del parque vehicular, la saturación del tráfico y la contaminación, el Metrobús se presentó como una solución moderna, eficiente y menos contaminante.

El proyecto fue financiado por una combinación de fondos federales, estatales y locales. Con una inversión inicial de mil 800 millones de pesos, el sistema Metrobús Laguna contaba con una primera línea que recorría los principales puntos de la ciudad, como el Museo del Ferrocarril y Plaza de Armas, con la intención de conectar áreas de alta demanda de transporte público y mejorar la conectividad entre los municipios de la región.

Al principio, la expectativa era alta. El Metrobús prometía ser un avance en términos de eficiencia, puntualidad y comodidad. Sin embargo, las opiniones de los ciudadanos han sido divididas. Por un lado, el sistema podría reducir considerablemente el tiempo de traslado en algunas de las rutas más congestionadas. 

Los usuarios señalaron que, en comparación con los autobuses tradicionales, el Metrobús tendría mayor frecuencia, menos paradas y, sobre todo, sería más rápido en ciertos tramos.

Por otro lado, el impacto ambiental fue una de las mayores fortalezas del proyecto. La implementación de un sistema de transporte basado en vehículos de gas natural comprimido (GNC) podría contribuir a reducir la emisión de gases contaminantes, pues eso sigue siendo una realidad: la región sigue enfrentando graves problemas de contaminación del aire, especialmente en épocas de sequía y calor extremo.

El dinero invertido y los desafíos económicos

La obra del Metrobús Laguna, que comenzó como un ambicioso proyecto de transporte público en la región, ha estado marcada por la pérdida de recursos y múltiples problemas de corrupción que han empañado su desarrollo. Inicialmente, el proyecto fue presentado como una solución moderna y eficiente para aliviar el congestionamiento vehicular y mejorar la calidad del transporte en las ciudades de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo. Sin embargo, a medida que avanzaba la obra, comenzaron a surgir denuncias sobre el mal manejo de los fondos y la falta de transparencia en los procesos.

Una de las críticas más fuertes hacia el Metrobús Laguna se centra en el elevado costo del proyecto y los sobrecostos que han surgido con el tiempo. 

Aunque la inversión inicial fue de mil 800 millones de pesos, en los últimos años han aparecido informes de que los costos finales se han elevado aún más debido a los retrasos en la obra, problemas con la licitación de las unidades y ajustes en la infraestructura. Se estima que el costo total del proyecto podría superar los 2 mil millones de pesos.

El financiamiento para el Metrobús ha sido una carga compartida entre los tres niveles de gobierno, pero muchos ciudadanos sienten que no se ha reflejado el verdadero beneficio en su vida diaria. Los incrementos en las tarifas, en parte destinados a cubrir el mantenimiento y los costos operativos, también han generado descontento. 

Además, la falta de infraestructura complementaria, como el mejoramiento de las rutas alimentadoras y la integración con otros sistemas de transporte público, sigue siendo un desafío importante.

Sin embargo, el proyecto sufrió retrasos significativos, desvíos de recursos y alteraciones en su diseño original. La corrupción fue un factor clave, ya que se documentaron sobrecostos y contrataciones irregulares. Varias autoridades locales y responsables de la ejecución del proyecto fueron señalados por mal manejo de los fondos públicos, favorecimiento a empresas sin la capacidad para ejecutar las obras y falta de control en la calidad de los materiales.

A pesar de los altos costos, el Metrobús Laguna no alcanzó los niveles de eficiencia ni la cobertura prometida, lo que generó desconfianza en la ciudadanía.

Necesidad de modernizar el transporte público

La modernización del transporte público en Torreón y la región lagunera es urgente. Aunque el Metrobús Laguna ha sido un paso hacia el progreso, la necesidad de una transformación integral y de mayor coordinación entre las autoridades estatales y municipales es evidente. Los costos crecientes, las críticas de los usuarios y la falta de una red más eficiente son señales claras de que aún hay mucho trabajo por hacer.

Uno de los principales problemas del transporte público en Torreón y sus alrededores es la falta de cobertura eficiente en la zona metropolitana. Aunque Torreón es la ciudad más grande de la región, las rutas de transporte no logran abarcar adecuadamente las áreas suburbanas y rurales, lo que deja a miles de personas sin acceso a una movilidad fácil y accesible.

Las unidades de transporte público que operan en la ciudad son, en su mayoría, obsoletas, con una edad promedio considerablemente alta, lo que no solo afecta la puntualidad y frecuencia de los viajes, sino que también incrementa el riesgo de accidentes.

Adicionalmente, la calidad del servicio es uno de los puntos más criticados. Los usuarios se enfrentan a largas esperas, unidades sobrecargadas, condiciones de higiene deficientes y falta de comodidad. Esto, sumado a la escasa modernización tecnológica en las unidades, como la ausencia de sistemas de pago electrónico, hace que el servicio sea poco atractivo y genere una percepción negativa entre los usuarios. 

Además, las frecuencias de paso de los camiones son erráticas, lo que genera inseguridad y desesperación en los pasajeros, quienes en muchos casos prefieren el uso de transporte privado o alternativas no formales, como los taxis irregulares, lo cual contribuye a la congestión vehicular y la informalidad.

El crecimiento desordenado y la expansión urbana de Torreón han creado una configuración geográfica compleja, con zonas periféricas mal conectadas y una infraestructura vial insuficiente para soportar la demanda de transporte.

A pesar de que las autoridades han intentado implementar soluciones como el uso de rutas de transporte rápido, los esfuerzos se han quedado cortos frente a la magnitud del problema.

Otro factor que agrava la situación es la falta de inversión en infraestructura dedicada exclusivamente a mejorar el transporte público. Aunque en los últimos años ha habido proyectos de modernización en el transporte, estos han sido limitados y no han abordado de manera integral la mejora en la calidad del servicio ni la expansión de la cobertura.

Por ejemplo, las calles y avenidas de Torreón, aunque modernas en algunos sectores, no cuentan con carriles exclusivos para el transporte público, lo que obliga a los camiones a compartir el tráfico con vehículos particulares, empeorando los tiempos de traslado y la experiencia del usuario.

El Metrobús Laguna ha sido un paso importante hacia la modernización del transporte en Torreón, pero no ha resuelto por completo los problemas estructurales de movilidad que enfrenta la región. Para muchos expertos y activistas, la verdadera transformación en el transporte público de la región Lagunera pasa por una revisión integral de la infraestructura, que no solo se limite a un sistema de transporte rápido, sino que incluya:

  • Ampliación de la cobertura: con más rutas alimentadoras y estaciones en puntos clave

  • Estrategias para reducir la congestión vehicular: implementando más carriles exclusivos para el Metrobús y políticas de gestión del tráfico

  • Inversión en infraestructura urbana: creación de espacios adecuados para peatones y ciclistas, lo que también contribuye a la sostenibilidad y seguridad vial.

“No podemos pensar que un solo proyecto va a solucionar todo, hay que trabajar en conjunto para crear un sistema de movilidad integral que abarque a todas las personas y no sólo a unos cuantos”, explica Lucila Navarrete, activista de movilidad en Torreón.

El gobierno y sus maniobras

Cuando AMLO canceló el proyecto de Metrobús Laguna 2019 en la región de Durango dividió la propuesta de mejorar la movilidad en la región. AMLO argumentó que la cancelación de la obra fue una medida tomada para proteger los intereses de la población local y evitar posibles afectaciones sociales y económicas que, según él, hubieran derivado de la implementación del proyecto.

AMLO enfatizó que la cancelación del Metrobús Laguna responde a su gobierno al compromiso de priorizar el bienestar de las personas por encima de proyectos de infraestructura que pudieran resultar contraproducentes para las comunidades. El presidente explicó que, a pesar de que el proyecto fue considerado en su momento como una opción viable para mejorar el transporte en la región, luego de escuchar las preocupaciones de los habitantes y diversos sectores sociales, la decisión final fue suspender la obra.

AMLO mencionó que, si bien el proyecto había sido propuesto como una manera de aliviar los problemas de movilidad en la Comarca Lagunera, las voces en contra de su ejecución fueron determinantes.

La cancelación, afirmó, es parte de un enfoque en el que las decisiones del gobierno deben estar fundamentadas en el interés colectivo y en los verdaderos beneficios para la ciudadanía.

Miguel Riquelme, mandatario de Coahuila en aquel momento de la cancelación del Metrobús Laguna, manifestó su inconformidad con la cancelación del proyecto del Metrobús, considerándolo como una oportunidad desperdiciada para mejorar la movilidad y el desarrollo urbano en esta zona conurbada.

Señaló que el sistema de transporte moderno no solo contribuiría a aliviar los problemas de tránsito en Torreón y otras ciudades cercanas, sino que también podría haber fomentado un desarrollo más equilibrado en la región.

Además, Riquelme expresó que la cancelación del proyecto refleja una postura negativa del gobierno federal para la región, que había visto en este proyecto una posible solución a los problemas de conectividad que afectan tanto a los habitantes de Torreón como de Gómez Palacio y Lerdo, en Durango.

Diversos empresarios, líderes del sector de transporte y representantes de la sociedad civil en Torreón y Gómez Palacio lamentaron la cancelación. Aseguraron que el Metrobús Laguna representaba una oportunidad única para modernizar la infraestructura del transporte público en la región y reducir la dependencia del transporte privado. Además, sostuvieron que el proyecto podía haber tenido un impacto positivo en la economía local, mejorando la accesibilidad y la calidad de vida en la Comarca Lagunera.

Luego de que durante la pasada administración estatal no pudo concretarse el proyecto de Metrobús Laguna, el actual gobernador Manolo Jiménez Salinas ha dicho que en pocos días habrá de definirse la ruta a seguir para concretar la modernización del transporte público en Torreón, ya sea bajo el mismo esquema que ya se había planteado o con un modelo distinto.

Indicó que es un asunto en el que las decisiones pertinentes deben tomarse junto con las autoridades municipales ante la necesidad de comenzar por definir los tiempos y estimar el presupuesto necesario para lograr el objetivo establecido.

En las más recientes noticias sobre este tema, resalta las diferentes reuniones del Gobernador Manolo Jiménez con la actual presidenta Claudia Sheinbaum, en donde el mandatario ha expuesto las necesidades del estado de Coahuila, entre ellas el Metrobús Laguna, pero que sigue sin haber algo concreto acerca de esta propuesta de movilidad.

El futuro de la movilidad en Torreón y La Laguna

El futuro de la movilidad en Torreón y La Laguna se encuentra en un momento crucial, marcado por diversos retos: la cancelación del proyecto del Metrobús Laguna, una de las iniciativas más ambiciosas para mejorar el transporte público en la región. Este proyecto, que prometía transformar la movilidad, reducir la congestión vial y ofrecer un sistema de transporte más eficiente y accesible, enfrentó una serie de obstáculos que llevaron a su cancelación, lo que deja un vacío importante en los planes urbanos y de infraestructura para la región. Además de la pésima condición del transporte público.

Torreón es la ciudad en la que recae importante tarea sobre el tema, pues al ser la urbe más poblada de la región, por ende en donde se concentra mayor parte de la movilidad de ciudadanos propios como de los municipios vecinos, pues Torreón alberga buen número de escuelas oficiales, hospitales y otro tipo de instituciones donde asisten miles de personas diarias a hacer trámites burocráticos.

La ciudad ha experimentado un crecimiento urbano notable en las últimas décadas, consolidándose como uno de los polos económicos y comerciales más importantes del norte de México. Este fenómeno ha traído consigo una serie de oportunidades, pero también varios desafíos que requieren atención urgente para garantizar un desarrollo urbano sostenible y de calidad para sus habitantes.

La ciudad ha ampliado significativamente su área metropolitana, extendiéndose hacia nuevas zonas periféricas, donde se han desarrollado tanto áreas residenciales como comerciales e industriales. Este crecimiento ha estado impulsado por varios factores, entre los que destacan la expansión de la industria, el comercio, la creación de nuevos parques industriales y la atracción de inversiones extranjeras.

El incremento de la población ha sido otro factor clave. Torreón ha recibido un flujo constante de personas provenientes de otras regiones del país, principalmente en busca de empleo y mejores oportunidades. La urbanización ha sido acompañada por una migración interna que ha provocado que la ciudad se vuelva cada vez más diversa y dinámica, pero también más compleja de gestionar.

Con una planificación adecuada, una mayor inversión en infraestructura y un enfoque en la calidad de vida de sus habitantes, Torreón puede transformar estos retos en oportunidades y consolidarse como una ciudad modelo de desarrollo urbano en el norte de México.

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