El día de hoy (jueves 8 de septiembre) el periódico La Jornada publicó un artículo de Octavio Rodríguez Araujo que tituló "De mentiras y ultraderechistas en Morelos" en el que intenta explicarle a sus lectores, los fenómenos políticos y sociales que están ocurriendo en Morelos, entidad que ha acaparado los reflectores de buena parte del país, incluyendo medios de comunicación, instituciones, ONG’s, entre otros, quienes coinciden en que algo extraordinario está pasando en la tierra de Zapata y su gobernabilidad.
Pero veamos, ¿quién es Octavio Rodríguez Araujo? Es un intelectual (palabra que hace referencia a personas letradas y que se dedican al estudio y crítica de la realidad social, aunque generalmente estos estudios suelen mutilarse, pues se reducen a estudios detrás de un escritorio y a pláticas y relaciones sociales en cafeterías) de izquierda (habría que analizar qué corriente de izquierda defiende) con una larga y sorprendente trayectoria académica y como articulista, pero con fuertes lazos de amistad con AMLO, como él mismo lo confiesa (¡ahí está la corriente! ...y vaya que desde ahí deja mucho que desear).
Pues bien, Rodríguez Araujo trata de demostrar, en el desarrollo de su artículo, que el conjunto de organizaciones y sociedad civil que se ha unido en un bloque para protestar en contra de las políticas de Graco Luis Ramírez Garrido Abreu (gobernador de Morelos) que han denominado Frente Amplio Morelense (al que nos hemos adherido los antorchistas), se trata de una maniobra de la ultraderecha mexicana para desestabilizar al gobierno perredista que encabeza su amigo Graco (él mismo lo confiesa).
Nótese la similitud en los argumentos de Araujo con los que ha esgrimido el propio gobernador, quien ha calificado la ola de protestas y denuncias en su contra como una "confabulación de fuerzas oscuras y conservadoras en contra de un gobierno progresista". ¿En realidad se trata sólo de una especie de complot en contra de un estadista cuya bondad y visión progresista es amenazada por las clases conservadoras de Morelos? Me parece que no, pero el asunto no es sólo de percepciones, sino que la cosa va más allá.
Veamos sólo algunos datos que no los digo yo, sino instituciones y organismos con metodologías bien precisas. Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, durante la actual administración se han cometido más de 3 mil 600 homicidios dolosos convirtiendo a Morelos en el tercer estado más violento del país. Por su parte, según datos del Instituto para la Economía y la Paz, Morelos es primer lugar a nivel nacional en secuestro y extorsión.
Y sigue la mata dando. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, durante la presente administración de nuestro político progresista, la pobreza en la entidad aumentó mucho más que en otros estados, ahora más de un millón de morelenses viven en pobreza y pobreza extrema.
También la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos ha declarado que en el gobierno de Graco ha habido más de 755 femicidios reportados, además graves violaciones a los derechos humanos como en los casos de las fosas clandestinas de Tetelcingo, Jojutla y Chamilpa en donde las autoridades aventaron cadáveres al estilo de los cárteles del narcotráfico.
Decía hace rato que la cuestión no es sólo de percepciones, pero éstas también cuentan y el sentir popular también tiene sus raíces en la realidad social, en las cosas que ve, palpa y escucha. Recientemente el Gabinete de Comunicación Estratégica publicó sus resultados de la Encuesta Nacional 2016 en las que nuestro flamante estadista morelense se encuentra entre los 3 gobernadores con peor calificación, a lado de su homónimo de Veracruz y Chiapas.
Pero hay más, según dicha encuesta el 81 por ciento considera que Graco Ramírez no tiene el control sobre lo que sucede en su estado; el 89 por ciento de la población no le tiene confianza y el 74 por ciento, ¡casi tres cuartos de la población!, desaprueban su gestión.
Eso no es todo, nuestro político progresista (como asegura Rodríguez Araujo) se ha ganado a pulso la enemistad del antorchismo nacional pues se ha negado rotundamente a solucionar demandas tan elementales y pequeñas (además de legítimas y legales) como el reconocimiento a una preparatoria, apoyo para adquirir un lote de vivienda para 400 personas sin techo, perforación de 2 pozos de agua para comunidades campesinas, entre otras demandas cuya inversión es aún menor. ¡¿Les parece esto digno de un político de izquierda?!
Y en concreto sobre Antorcha Campesina, el articulista asegura que somos una organización "precedida de asesinatos e invasiones de tierras de campesinos pobres en diversos puntos del país con el objeto de destruir movimientos independientes de colonos y campesinos de orientación democrática", sin demostrar nada y limitándose a citar un escrito de la revista Proceso, que seguro leyó detrás de su escritorio o tomando café y sin tomarse la molestia de investigar o corroborar estas delicadas acusaciones.
Y a todo esto...¿habrá alguien que siga creyendo el cuento de que Graco Luis Garrido Ramírez Abreu es un estadista de izquierda y progresista? Evidentemente no. ¿Habrá quienes se tomen la molestia de defender lo indefendible, es decir, un personaje que se aferra al poder con garras y colmillos? Lamentablemente sí. ¿Serán suficientes este tipo de defensas mediáticas, en las que la única manera de hacerlo es denostando y agrediendo a sus adversario políticos, para salvar un gobierno que se cae a pedazos? No lo creo, tendría que haber acciones concretas y con plazos bien definidos para que Graco cumpla con el pueblo, de lo contrario, dudo que la historia absuelva a nuestro progresista incomprendido. Al tiempo.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario