MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La clase trabajadora, transformadora de su entorno

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El estado de Guerrero enfrentó múltiples retos tras ser impactado el 25 de octubre de 2023 por el huracán Otis, que tocó tierra como categoría 5, en la escala Saffir-Simpson, con vientos sostenidos de 260 km/hora y dejó su paso 52 fallecidos y 31 desaparecidos, así como pérdidas por 3,200 millones de dólares, dejando una huella imborrable en los afectados. Estos fenómenos naturales, tienen una amplia gama de efectos destructivos donde está incluido el educativo, ya que, no solo dañan la infraestructura escolar, sino también, el acceso a la enseñanza de miles de estudiantes. Otis, de acuerdo con datos oficiales dañó 190 escuelas y ocasionó que 177 mil estudiantes de educación básica no tuvieran clases.

En menos de un año Guerrero ha vuelto a sufrir los estragos de la naturaleza, ahora ante el huracán John. El 23 de septiembre el ciclón John de categoría 3, tocó tierra por primera ocasión en Guerrero, el 24 de septiembre, se degradó a baja presión remanente, posteriormente se fortaleció y el 26 de septiembre volvió a tocar tierra en este mismo estado como huracán categoría 1. La Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) emitió una declaratoria de emergencia para Acapulco y 8 municipios de la región Costa Chica del estado por los daños del huracán, de igual manera informó que son 70 municipios los afectados que presentan daños considerables después del paso de John. Estos municipios alojan a 7 de cada 10 estudiantes de educación básica en Guerrero.

El Gobierno de México reportó al menos 236 mil 636 afectados en Guerrero tras el golpe del ciclón John, que dejó un estimado de 29 muertos e inundaciones. Las lluvias afectaron a 108 mil 792 personas de 27 mil viviendas en 28 municipios de Guerrero, pero tan solo en el puerto de Acapulco hay un adicional de 127 mil 844 damnificados de 39 mil 941 hogares. El meteoro ocasionó derrumbes en carreteras y el cierre de la autopista, comunidades incomunicadas, árboles caídos, gran parte de la población quedó sin electricidad, además afectó a un millón 102 mil estudiantes, debido a que las clases fueron suspendidas como parte de una medida de precaución, ante la falta de condiciones de seguridad, de salubridad e infraestructura, además de eso, las escuelas se convirtieron en refugios temporales de decenas de personas que lo perdieron todo.  

Los colegios que no fueron ocupadas como albergues temporales fue debido a que sufrieron daños, padres de familia se organizaron para realizar labores de limpieza, así como determinar el nivel de daños ocasionados por el lodo, caída de láminas, bardas, etc. Un informe de la Secretaría de Educación de Guerrero (SEG), estimó que 142 escuelas a nivel estatal fueron afectadas por el ciclón John, además, esta dependencia afirmó que los planteles de la Costa Chica, Costa Grande y Acapulco fueron las más dañadas, sin embargo, hay regiones donde no hay comunicación o no se ha podido realizar un censo certero, por lo que, el número de planteles afectados puede aumentar.  Los estragos materiales y sociales generados por ambos huracanes, afectaron la vida cotidiana de sus habitantes, muchas personas en Guerrero están enfrentando traumas emocionales relacionados con las pérdidas de bienes materiales y seguridad personal, por lo que, las escuelas juegan un papel importante al proporcionar un ambiente de apoyo y estabilidad.

Después del paso de John, uno de los desafíos inmediatos será la reconstrucción de escuelas dañadas, estas requerirán una inversión significativa. Lo lamentable es que muchas de ellas quedaron inoperables, lo que dejará a miles de niños y jóvenes sin acceso a un lugar donde puedan recibir su educación. La habilitación de las escuelas puede extenderse a semanas o meses como sucedió con Otis. Este lamentable suceso, ahondará la precariedad del sistema educativo en esta entidad en términos de acceso, aprendizaje y continuidad de trayectorias educativas de niños y jóvenes guerrerenses, agravando los problemas de deserción y rezago educativo que el estado viene arrastrando.

De acuerdo con cifras oficiales de la SEP, en 2022 el grado promedio de escolaridad en Guerrero era de 8.5 años y del 11.7 el analfabetismo, mientras que a nivel nacional era de 9.9 y 4.5 respectivamente. En Guerrero existen actualmente más de un millón de personas que no saben leer ni escribir, aunado a eso, es el estado con el mayor porcentaje de población indígena de 15 años o más que es analfabeta.  Mientras no se tenga un plan de cómo atender a niños y jóvenes tras el paso del huracán John, se conjugarán mayores repercusiones que se adicionarían a las afectaciones de Otis y de la pandemia. La combinación de estos desastres hará que el rezago educativo continúe, por lo que, es lamentable que la SEP encabezada por Mario Delgado Carrillo, no esté atendiendo el grave problema educativo de esta entidad y lo es aún más el que las autoridades locales no hayan terminado el censo de los colegios afectados.

Claudia Sheinbaum, analiza un plan de rescate para Guerrero, pero no se ve que el tema educativo sea una prioridad para su gobierno, ya que este programa incluye una mayor inversión para el sistema de agua potable de la zona, la presencia de la Guardia Nacional y un análisis de los hoteles que ya funcionan y cuáles no, pero en esencia no especifica su aplicación en educación. Aunado a lo ya mencionado, en el plan, no se dice cómo se le hará para la reconstrucción de escuelas, esto con el fin de reducir al mínimo el cierre prolongado para evitar repercusiones en la educación de niños y jóvenes que viven en los municipios afectados. La suspensión de clases no solo interrumpe el conocimiento, sino que aumentará la situación de niños que se vean forzados a trabajar debido a que sus padres no tengan empleo, esto conllevaría a una deserción mayor en un estado en el que de por sí ya es alto este problema. Es importante mencionar que Guerrero es un estado con mayor presencia de población en pobreza e indígena y las brechas para estos grupos vulnerables se incrementarán en el sector educativo tras el paso del huracán.

Lo aquí relatado es solo una parte del México que hoy sufrimos y que seguirá repitiéndose la misma historia mientras que los maestros no organicemos y eduquemos a nuestro pueblo para que este deje de ser una masa pasiva que desea que las soluciones vengan de las instituciones, del cielo o de la presidencia. Es necesario educar a la clase trabajadora para que se convierta en un elemento activo, que participe en la transformación de su entorno, pero esto solo será posible a través de la elevación de su conocimiento y que tenga claridad de lo que se debe hacer para llevar a cabo una verdadera transformación de nuestro México, una tarea nada fácil pero tampoco imposible.
 

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