Por los días que corren, podemos ver que la pandemia del SARS-CoV-2 ha afectado a todo el planeta; esta contingencia sanitaria también ha venido a confirmar, algo que ya se sabía, que el sistema capitalista es bueno para generar riquezas, pero malo para distribuirla; lo que se confirma en la manera de enfrentar este mal, sólo unos cuantos países tienen las condiciones para generar las vacunas y atacar el virus, mientras la inmensa mayoría no puede.
¿A qué se debe esto? Veamos lo que dice BBC News Mundo, del 26 de enero del presente año: “Las ganancias combinadas de las 10 personas más ricas del mundo durante la pandemia del coronavirus alcanzaron los US$540.000 millones, según un reciente estudio de la organización OXFAM. Esta cantidad sería suficiente para evitar que los habitantes del mundo caigan en la pobreza a causa del virus y pagar una vacuna para todos, aseguró la ONG”. O sea que, la riqueza mundial está concentrada en pocas manos. Por ello, varios millones de personas en el planeta han muerto, porque el sistema capitalista en que vivimos no busca cuidar la salud y el bienestar de la gente, sino que busca el lucro, la máxima ganancia de los empresarios.
Éste es el mundo en el que nos encontramos. La prensa ha mostrado cómo China y Rusia han estado apoyando con vacunas a todos aquellos países que les han solicitado ayuda, mientras el paladín de los “derechos humanos” en el mundo, les regatea y condiciona las vacunas a los países más atrasados. Pero los pueblos no solo necesitan vacunas, necesitan dinero, generar empleos, introducir los servicios básicos, desarrollar su educación y tecnología, etcétera.
Y es en este estira y afloja de los países por liberarse del sometimiento de los poderosos, buscando una nueva vía para llevar el progreso a sus pueblos, donde se destaca la actitud arrogante, agresiva y provocadora de los americanos, lo que confirma que no buscan el desarrollo de los pueblos sino que sigan sometidos al dominio americano.
Lo anterior se puede coludir en la declaración del secretario de Estado Estadounidense, Antony Blinken, en una conferencia de prensa en Londres (Reino Unido), donde tuvo lugar una reunión ministerial de los países G7, donde dijo que Washington no tiene el objetivo de "tratar de contener a China o mantenerla presionada". Lo que busca EE.UU., según Blinken, es intentar "respetar el orden internacional basado en las normas (...) en beneficio de las personas de todo el mundo". "Y cuando cualquier país, China o cualquier otro, tome medidas para desafiar, socavar o tratar de erosionar este orden basado en normas, nos levantaremos y defenderemos ese orden", enfatizó.
El fondo del asunto es que EE. UU. no acepta que el mundo cambie, para nuestro vecino es inconcebible que haya países que opten por una ruta diferente; las normas que quiere EE. UU. que se respeten en el mundo, las que han generado una brecha abismal entre ricos y pobres, son las normas que defienden al sistema capitalista actual, al servicio de las élites mundiales, por ello le estorba una China en crecimiento que busca su independencia económica y política, que al lograrlo, exhibe, sin proponérselo, enseñarle al mundo que el sistema actual está acabado, que ya no sirve para el progreso de la humanidad y que otras rutas son posibles.
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