En días recientes, Oaxaca ha estado en el epicentro de las noticias nacionales, y aunque quisiéramos que fuera por buenas acciones, no es así. Actualmente, hay tres temas que están repercutiendo severamente entre los oaxaqueños: la crisis en el sistema de salud, la inseguridad y el circo, maroma y teatro del gabinete estatal.
El pueblo de Oaxaca tiene que despertar y exigir soluciones reales, porque la crisis no es un montaje, es la dura realidad que enfrentamos todos los días.
A pesar de que son problemas graves y preocupantes, la respuesta de quienes hoy gobiernan nos demuestra que la urgencia de organizarnos y luchar debe ser una prioridad para todos. Veamos.
En el aspecto de salud, Fuerza Informativa Azteca, en un videorreportaje, destacó la grave crisis que enfrenta el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso en Oaxaca, evidenciando la falta de insumos básicos y las condiciones precarias en las que se encuentran más de 200 pacientes internados. Ante esto, el gobernador Salomón Jara reviró enfatizando que dicho videorreportaje era una cuestión de “politiquería” de Televisa y TV Azteca, porque la intención era “pegarle a la Cuarta Transformación”.
Pese a las afirmaciones del gobernador sobre el “buen gobierno de la 4T”, la realidad se sigue imponiendo, y es evidente que la crisis en los sistemas de salud sigue extendiéndose. Ahora, el diario El Universal Oaxaca publicó una nota titulada Colapsa en suciedad hospital Presidente Juárez de Oaxaca; sindicato advierte protestas si no mejoran condiciones.
Esta noticia salió luego de que se difundieran imágenes en las que se observa basura en sanitarios y quirófanos, debido a la falta de personal de limpieza en el hospital del ISSSTE.
A esto se suma que el Hospital IMSS Bienestar de Putla se ha quedado sin servicio de laboratorio clínico por falta de personal e insumos. Información recabada por el mismo diario detalla que el Hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social, ubicado en el municipio de Putla de Guerrero, en la Sierra Sur de Oaxaca, suspendió este servicio luego de que la empresa Cemtrum inhabilitara sus equipos de laboratorio por temas de licitación hasta nuevo aviso.
Sin embargo, otros testimonios refieren que las deficiencias del hospital no solo se centran en el área clínica, sino también en infraestructura, insumos y personal. Es claro que, en el tema de salud, la crisis sigue y es alarmante para todos los oaxaqueños.
En cuanto a la seguridad, ahora un medio cercano al gobierno de Morena, el diario La Jornada, publicó que “Oaxaca es el estado más peligroso para organizaciones sociales y activistas”. En la nota se detalla que la persecución, el hostigamiento y las amenazas a periodistas, defensores de derechos humanos, activistas y organizaciones sociales son una constante en Oaxaca.
“Se trata de una política que convierte al estado en el más peligroso para sus actividades. Tan solo desde 2018, el proyecto Alas y Raíces ha documentado el asesinato de 58 personas defensoras y la desaparición de otras seis”.
A estos datos hay que agregar que recientemente fueron ultimados tres activistas de la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (Ucizoni).
Además, El Imparcial de Oaxaca reporta que en el actual sexenio se han documentado 805 mujeres desaparecidas en el estado, con base en datos de la Plataforma de Violencia Feminicida de Consorcio Oaxaca.
Este informe señala que, entre el 1 de diciembre de 2022 y el 14 de febrero de 2025, se han registrado 223 asesinatos violentos de mujeres en Oaxaca, lo que evidencia la grave crisis de violencia de género que atraviesa la entidad.
En cuanto al circo, maroma y teatro desde el gabinete estatal, no podemos pasar por alto lo sucedido durante una conferencia de prensa donde el gobernador Salomón Jara negó que su administración gastara más de 12 millones de pesos en la contratación del cantante Julión Álvarez.
Sin embargo, minutos después fue desmentido por la propia secretaria de Turismo, Saymi Pineda, quien confirmó que la contratación del artista se realizó por licitación y que, en efecto, el monto superaba los 12 millones de pesos.
¿No es acaso la 4T la que dice combatir la corrupción? Ahora, de buenas a primeras, no clarifican el uso de los recursos del pueblo oaxaqueño.
Después, vemos cómo el representante estatal de Morena, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, tres senadores oaxaqueños y el mismo gobernador Salomón Jara manifestaron su “indignación” en redes sociales por la reciente afiliación del exgobernador Alejandro Murat Hinojosa a su partido, retando incluso a la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena a reconsiderar su ingreso.
Sin embargo, parece que se les olvida que Murat no es el único que, tras sumarse al partido guinda, ha sido “santificado”.
En lugar de debatir sobre los problemas que aquejan la vida diaria de los oaxaqueños, se la pasan creando circo, maroma y teatro, minimizando la crisis en los hospitales y asegurando que “en Oaxaca todo está bien”, que “hay seguridad” y que todo se trata de “pura politiquería”.
No es para menos, pues han perfeccionado un discurso estereotipado: invocan elevados principios de política y justicia social, como el de “por el bien de todos, primero los pobres”; citan frases famosas como “dialogamos, no bloqueamos”; emplean metáforas para dar la impresión de profundidad de pensamiento y dominio del lenguaje y, finalmente, recurren a la demagogia descarnada, manipulando la sensibilidad de la gente con consignas como “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo de México”.
Pero el pueblo de Oaxaca tiene que despertar. Aunque pareciera que no hay solución y que deberíamos resignarnos, no todo está perdido. A la par, se abren condiciones y bases para que los mexicanos definan el rumbo que desean para el país.
Por ello, foros como la Espartaqueada Cultural Nacional, promovida por el Movimiento Antorchista y que se llevará a cabo en los primeros días de abril en Tecomatlán, Puebla, son fundamentales.
Campesinos, amas de casa, colonos, estudiantes y profesionistas oaxaqueños tendrán la oportunidad de expresar sus ideas a través de la palabra hablada, la poesía, la danza y el baile. Esto representa el preámbulo de un movimiento más amplio en defensa de nuestros derechos.
Los oaxaqueños tenemos mucho que decir y opinar sobre el gobierno que no nos favorece, sobre los problemas sociales que nos aquejan, sobre la pobreza que corroe la vida de millones de mexicanos, sobre la desigualdad en el país, sobre el salario mínimo, la explotación de los trabajadores, la pésima educación en las escuelas y el nulo acceso del pueblo al arte y la cultura.
Tenemos la obligación de hacer de la palabra hablada y escrita, de la poesía, la danza y el baile, herramientas eficaces para transmitir al pueblo la verdad de los hechos. Los oradores, poetas, danzantes y artistas en general deben esforzarse para que el pueblo despierte y se incorpore al proceso de cambio. Debemos convencer a la gente de que la lucha organizada es la única vía para transformar nuestra realidad.
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