En medio de la algarabía de las fiestas de navidad y año nuevo, el presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó cómo si fueran dulces en piñata de posada, 6 mil 310 pesos mensuales a becarios del programa, “Jóvenes Construyendo el Futuro” durante el 2023. Un regalo para jóvenes que no estudian ni trabajan, “beca para aprendices en tanto reciben capacitación laboral” con sólo entregar INE, comprobante de domicilio y fotografías.
Sin ofender a los beneficiarios de este programa evitando que se desvíen millonadas de dinero en la compra de votos por Morena en las próximas elecciones, y se utilice políticamente a este sector de la población de manera tramposa y sin escrúpulos, sobre todo cuando se vive en la pobreza, siendo presa fácil de viejos zorros de la política, vale la pena precisar los datos proporcionados por el propio gobierno de morenista, para analizar cómo se tejió sigilosamente el “Programa de Bienestar”.
La primera inconsistencia de este programa insignia, coordinado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, a cargo de Luisa María Alcalde Luján consiste en que incide sobre tres millones de jóvenes entre 18 y 29 años de edad en condiciones de trabajo, aunque en realidad no trabajen y que incrementará de 5 mil 258 pesos a 6 mil 310 pesos mensuales durante el año 2023, supuestamente para costear sus gastos al salir de casa para acudir a su capacitación laboral.
Es decir que cada becario recibe mil 577 pesos semanales para sus gastos de alimentación y transporte, cuando el obrero que sí va a laborar en fábricas a pesar del festejado incremento salarial del presidente, en el centro del país a duras penas recibe un salario promedio de 4 mil 148 pesos mensuales, es decir, 1 mil 037 pesos semanales, y en la zona fronteriza 6 mil 248 pesos mensuales; 1 mil 562 semanales. Los becarios pues, reciben más que un obrero que sí trabaja.
Ante los positivos resultados electorales de los morenistas, los becarios pasaron de 2.3 millones, que recibían un apoyo de 3 mil 600 pesos, a 3 millones de becarios con 6 mil 310 pesos, equivaliendo a un gasto total de 18 mil 930 millones de pesos. Con estos recursos, ¿cuántos hospitales, medicinas, mejorar el salario de los médicos y apoyar con tratamiento a niños con cáncer alcanzaría? Tal vez poco, pero se redireccionaría el recurso a estas prioridades que López Obrador quitó de un plumazo, porque no le interesan y menos le preocupan.
Y cómo en el regalo navideño va la navaja dentro del pan, López Obrador aseguró que su pandilla de Diputados y Senadores modificaron el artículo 4º de la Constitución, estableciendo como prioridad una bolsa de recursos dentro del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el año 2023, que contempla como un derecho, el acceso a los Programas para el Bienestar, dentro de los cuales incluye el de los jóvenes.
Y por sí faltara algo más, los jóvenes beneficiarios que no trabajan ni estudian, también cuentan con cobertura en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Son derechohabientes en la rama de enfermedades de la maternidad y “riesgos de trabajo” por ser promotores de Morena y de AMLO a través de las redes sociales.
Y como dice el dicho popular que “a río revuelto ganancia de pescadores”, el prestigioso medio de comunicación estadunidense, Forbes.com.mx dio a conocer en días recientes, resultados de una investigación de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que encontró que 703 funcionarios y 16 “Siervos de la Nación” están incluidos en las listas de becarios, que recibieron un total de 10 millones 917 mil 230 pesos.
Pero las anomalías morenistas no paran allí, la auditoría encontró también que 2 mil 692 becarios laboran ya en distintas empresas del sector privado y continúan dados de alta en el IMSS, recibiendo apoyos por 45 millones 91 mil 200 pesos. Esta es la razón por la que a Amlo le urge imponer a una de sus “corcholatas”.
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