MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Juventud mexicana sufre los estragos de la pandemia

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En días pasados, con motivo de las celebraciones de graduación, fui invitado como padrino de generación de una escuela antorchista, una secundaria a la que me incorporé un par de años, como docente; durante el evento tuve la oportunidad de hacer una reflexión para los padres y alumnos que me gustaría compartir con mis amables lectores.

La pandemia ha cambiado nuestra forma de vida y con ello ha hecho aún más dura la vida para los jóvenes. Hay expertos en el tema que declaran que esta generación tiene más experiencias de sufrimiento que ninguna otra, y esto se comprueba cuando vemos a los jóvenes de esta generación académica post-pandemia enfrentarse a trastornos de ansiedad y depresión que más tarde arrojan al intento de suicidio o el suicidio consumado. 

A nosotros que padecemos tantos problemas y a los jóvenes como los que egresaron este año de los diferentes niveles educativos nos convendría sacar una conclusión de que las cosas no no van bien en el país, que no estamos dejando una patria mejor para los jóvenes. 

Digo esto porque en México hay mucha pobreza; tan sólo en los últimos cinco años, se han incorporado a las filas de la pobreza más de 5 millones de mexicanos mientras que los ricos han multiplicado su riqueza. 

Ante esta situación, el Gobierno federal no está preocupado por mejorar la situación de los pobres de México, muestra de ello es que el presupuesto de salud se ha encogido, esto lo podemos medir en las muertes que dejó la pandemia; la Secretaría de Salud revela que llegaron a 350 mil, oficialmente, aunque extraoficialmente se dice que el cálculo es al doble o sea 700 mil. La inmensa mayoría de los que murieron por covid-19 fue gente muy pobre que su cuerpo no resistió porque no tenía defensas altas, no tenía a su alcance un buen médico para atenderse y menos para pagar un tanque de oxígeno. De estos 700 mil muertos, la gran mayoría fueron de la clase trabajadora, incluso familiares de los graduados que me escucharon. 

En cuanto a la educación, que fue lo que en particular quise destacar, los recortes se han agudizado y vemos cómo se encontraban las aulas al regreso a clases y vimos también que  el gobierno no quiso absorber los gastos lo que obligó a los padres a  absorber la cuenta para el protocolo de saneamiento y otras medidas que obligadamente se debían incorporar a la nueva convivencia escolar. 

Las Escuelas de Tiempo Completo, que eliminó el gobierno, eran espacios donde los niños recibían sus alimentos además de sus clases, pero ya no podrán seguirse desarrollando en ese entorno que, además, servía de soporte para la economía de una familia donde padre y madre tienen que trabajar.

Por otro lado, es importante destacar que en México hay una clase trabajadora enorme que paga puntualmente sus impuestos lo que nos lleva a la pregunta obligada: ¿A dónde va a parar este dinero que generamos los mexicanos?

Pues este dinero, se está yendo a un aeropuerto, a un tren turístico en la zona maya, en una refinería, y el un tren que transportará mercancías y que se construirá en el Istmo de Tehuantepec, todas estas obras se están construyendo con los impuestos de los mexicanos, pero no beneficiarán a la clase trabajadora pues para ello se le ha recortado presupuesto a la salud, vivienda, educación, entre otros rubros. 

Todo esto está sucediendo frente a nuestros ojos, pero muchos lo ignoramos, y se necesita con urgencia un cambio profundo, necesitamos que la sociedad cambie en beneficio de los más desamparados.

Por mi parte me atreví a invitar a todo el auditorio que asistió a la ceremonia, a conocer esta realidad y enfrentarla, me atreví, movido principalmente, porque sé que esta situación no va a cambiar por designio de los grandes gobernantes, sino que va a cambiar por los jóvenes, por su trabajo, su entrega, su lucha y decisión para dejar un México más próspero para las futuras generaciones. 

Quizá para muchos, una ceremonia así hubiera sido el foro perfecto para repetir demagógicamente que los jóvenes son el futuro de México, porque es cierto; sin embargo, afirmar que son los jóvenes los que pueden cambiar las condiciones de este país sin conocerla y sin saber a qué se están enfrentando es una absurda mentira que sólo a los políticos como los que hoy nos gobiernan les encanta decir. 

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