John Ackerman, el iconoclasta morenista volvió a darse gusto para arremeter contra la organización de los pobres de México, el Movimiento Antorchista Nacional. Ya en otra ocasión lo ha hecho y su respuesta al ataque puede leerse en un artículo publicado por Aquiles Montaño bajo el título "El Doctor John M. Ackerman y el intelectualismo embustero". A un año del gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador, en donde Ackerman cumple el papel de apologista, el que se ha convertido claramente en vocero mediático de la 4T usó Tv UNAM, en su programa "Diálogos por la democracia", en una entrevista con el ex presidente de Ecuador, Rafael Correa. El objetivo era, evidentemente, dejar claro a la audiencia que Antorcha es un movimiento social con "fines de lucro" o como mencionara el ingenuo Correa "de lucro sin fin", y, por tanto, llevar a la opinión pública a la conclusión de que desaparezca de la escena política.
Ackerman, con esta blasfemia, se suma a los clamores de la prensa mexicana y gobierno en turno que sueñan con poner fuera de la ley a las organizaciones sociales, en particular, al Movimiento Antorchista. Los partidarios de la Cuarta Transformación y sus apologistas sienten malestar por el eco que ha causado la reciente lucha que sostuvo el antorchismo nacional durante 12 días en las inmediaciones de la Cámara de Diputados, una lucha que desenmascaró al partido en el Gobierno y puso en evidencia la verdadera naturaleza política del presidente, Andrés Manuel López Obrador.
"...hay una clásica que se llama Antorcha Campesina, por ejemplo, que era muy vinculado al viejo sistema que también se presentaban con cara de dirigentes sociales pero en realidad los recursos que bajaban eran más para ellos que para las bases", dijo Ackerman moviéndose como cabra loca. Los antorchistas estamos de acuerdo que puede dar su opinión, sin embargo, cuando se trata de probar lo que su humor lo ha hecho decir simplemente comete un gravísimo error, se trató una vez más de una desagradable y deshonesta descalificación. Hemos solicitado a todos los calumniadores, incluido al Presidente de la República, que demuestren sus dichos ante las autoridades correspondientes, sin que hasta ahora se haya atrevido alguno a dar pruebas de las acusaciones.
El alter ego de Morena ensaya de forma arcaica las operaciones sicológicas intentando deformar la realidad y la verdad del carácter político de Antorcha Revolucionaria y sus cuadros dirigentes. Ackerman sueña con la caída de la organización social más importante en la vida política del México actual e ignora que tres millones de mexicanos están dispuestos a defenderla, porque es la verdadera alternativa política que le queda al país para salir de la miseria en la que se encuentra y que aumenta cada vez más con las políticas de AMLO y la 4T.
Los medios de comunicación interesados cada vez menos en la realidad de los hechos y que se prestan como taller propagandístico para estigmatizar al antorchismo nacional y sus líderes, que preparan operaciones de engaño a la opinión pública para modificar su panorama audiovisual deben reconsiderar de una vez y para siempre su postura ante la organización del pueblo mexicano. El gobierno actual y la 4T quieren imponer al precio que sea su ideología y para ello se emplean a los halcones, como John Ackerman.
Morena y López Obrador no parecen tener consciencia del peligro creciente que empieza a emerger en la sociedad mexicana, lo han advertido los intelectuales, escritores, especialistas en materia jurídica, economistas, politólogos, etc., pero en México se hace lo que pida y mande el Presidente. Las acusaciones extremadamente graves que vienen lanzando los voceros de la 4T, algunos medios impresos y digitales están desencadenando más la inconformidad social y abonan a las viejas prácticas de manipulación como las que ensaya el hombre de las maniobras sucias, John Ackerman.
Ackerman, es uno de los encargados de intoxicar a la prensa de México y de convencer a la opinión pública sobre la necesidad de una cruzada para la defensa de la 4T y la aniquilación de las organizaciones sociales. Hoy, no se vacila ya en utilizar las más altas funciones del Estado mexicano para bloquear a las oposiciones políticas y lanzar una campaña mediática que difunda rumores y calumnias anteponiendo la reacción inmediata y la emoción, a la verificación y el análisis de lo que constituye el Movimiento Antorchista Nacional.
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