MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Indispensable la lucha de los pueblos

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No hay nada más peligroso para el luchador social, dada su enorme responsabilidad, que desarrollar su actividad dejándose seducir por espejismos que le hacen percibir una realidad distorsionada.

Aquellos pequeños triunfos cosméticos, ilusorios, relativamente fáciles, resultado de concesiones que los grupos de poder ofrecen como una dádiva ante la posibilidad de un acrecentamiento de los movimientos populares, pueden derivar en una interpretación errónea del papel de las masas populares.

Hacer las cosas a nombre del pueblo, sin su participación, es olvidarlo en un rincón olvidado en donde tenga que esperar pacientemente hasta que “otros” realicen la labor emancipadora y una vez logrado el objetivo, le entreguen la libertad como el objeto preciado y de ahí en adelante, como en los cuentos infantiles tradicionales, viva feliz eternamente.

Vanagloriarse, vociferando a todos los vientos, que Éste es el cambio que quiere el pueblo, pero sin la intervención del pueblo, es considerar a éste como un ser impedido para luchar por su propia emancipación; tratarlo en los hechos como a una persona sin capacidad para saber cuáles son sus necesidades, intereses y objetivos y que se le tiene que dejar esperando pacientemente, hasta que los mesías, los elegidos, logren traerle la tierra prometida, acabándose así, todas sus penalidades.

Amparándose en esta concepción propia del reformismo, del pequeño burgués ávido de ganancia y poder de dominio, al pueblo sólo se le asigna la tarea de asistir cada cierto tiempo a colocar su voto, en las urnas correspondientes, para determinar quién habrá de relevar en el puesto al anterior funcionario.

Como bien lo señaló Ricardo Flores Magón: “El derecho de votar se reduce, en tales condiciones, a la tarea de firmar una boleta y llevarla a la casilla, y con ello los trabajadores, y los pobres en general, nada ganan, como no sea el cambiar de amo, amo que no va a trabajar en beneficio de los intereses de los pobres sino en beneficio de las clases altas de la sociedad, pues éstas fueron las que en verdad hicieron la elección”.

Después de esto, el pueblo debe regresar a su rincón y esperar, sin mover un solo dedo, a que, en su nombre, esos elegidos resuelvan todo. Tal es la percepción de quienes -por alguna razón que conviene a sus mezquinos intereses particulares, o quizá, en el menor de los casos, por ingenuidad-, imaginan que sólo eso es suficiente para que se resuelvan todos los problemas de la sociedad; es decir, reducen la lucha de los pueblos a la simple jornada electoral sin considerar que, bajo una sociedad donde existen grandes grupos que sólo poseen su fuerza de trabajo y otros minoritarios que acumulan la riqueza creada por los primeros, son éstos últimos los que gracias a su poder económico pueden manipular las condiciones políticas para que les garanticen enormes beneficios económicos y sociales, creando esa falsa ilusión de libertad para todos.

El Movimiento Antorchista tiene siempre presente que es el pueblo el que tiene que luchar por la defensa de sus intereses, por el respeto a sus derechos y por la satisfacción de las carencias que tienen las comunidades en donde viven; si no es la colectividad la que lucha por su emancipación, nadie podrá hacerlo en su nombre. Y para que los esfuerzos de la mayoría desposeída en su lucha por conseguir mejores condiciones de vida sean más eficaces, debe desarrollarse una sólida organización comunitaria, con una disciplina inquebrantable y una clara conciencia producto de la educación política y de actividad práctica.

Esa es una de las razones por las cuales las comunidades humildes de nuestro municipio, Nicolás Romero, con pleno conocimiento de sus derechos constitucionales, integrarán un documento que plasme todas las necesidades más apremiantes que deben ser atendidas, sin regateos, por parte de los funcionarios del ayuntamiento.

Dicho documento, llamado pliego petitorio, será entregado a la presidencia municipal el próximo martes 22 de febrero del presente año en un evento público que congregará a más de 20 mil personas dispuestas a la lucha combativa para lograr resolver las graves carencias que tienen sus pueblos y colonias.

Como resultado del olvido que sufren las comunidades marginadas del municipio y los problemas derivados de la escasa aplicación de los recursos municipales en donde verdaderamente se requiere, se han agudizado algunas condiciones que sólo aumentan el sufrimiento de las familias más humildes, por ejemplo, los más de 20 mil 500 habitantes que no tienen acceso al agua potable que el INEGI reconoce en la demarcación, los 32 mil 900 que no tienen drenaje en sus casas, las 60 mil 368 personas que viven con rezago educativo y los 219 mil 888 que no tienen seguridad social, por ejemplo.

Frente a ese abandono de las comunidades marginadas, se hace necesario que éstas se movilicen, que analicen las promesas que sólo quedaron en palabras vacías y recuerden a los funcionarios municipales que en esos pueblos y colonias también viven mexicanos, habitantes del municipio, que contribuyen con impuestos y que necesitan imperiosamente que se apliquen los recursos económicos necesarios para resolver las deficiencias que les impiden el acceso a una vida digna, tal como la deberían de tener todas las personas, no solamente los que acumulan la riqueza.

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