MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Huracán “Otis”, primer desastre natural en la administración de AMLO

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La incapacidad de la autoridades federales, estatales y locales le están costando a Guerrero muchísimas vidas humanas, muchos daños materiales, sociales y psicológicos. El huracán “Otis” impactó Acapulco, ocasionando una tragedia de magnitudes enormes, con más del 63 % de la infraestructura destrozada, pérdidas humanas, desaparecidos, y tras casi 20 días aún no se tienen conocimiento sobre el número real de víctimas.

Según datos oficiales, fueron 47 los muertos y 36 desaparecidos, pero la verdad es que aún se han visto numerosos cuerpos en las calles, en los escombros, en los edificios y en las comunidades sin comunicación.

La recuperación está lenta, se ve cuesta arriba, la gente come una vez al día, y la Guardia Nacional, por orden del presidente, no permite que familiares de las víctimas puedan apoyar; son detenidos, confiscados sus productos, ellos golpeados, encarcelados, por tratar de llevar algo que comer a sus familiares que se encuentran en Acapulco y en los municipios devastados. 
No es la primera ocasión que nuestro país experimenta catástrofes naturales de esta magnitud; el problema es la forma en que respondió el presidente dando más importancia a su imagen que a ayudar a solucionar el problema.

En nuestras vidas hemos experimentado varios problemas difíciles, por ejemplo, en la Ciudad de México, el sismo del 85, las lluvias en la sierra norte de Puebla, las inundaciones en Tabasco, los sismos en Puebla y Oaxaca son algunos de los que me tocó vivir personalmente.

En 1985, el Gobierno se vio superado por el pueblo porque el gobernante en turno se quedó inmóvil, lo que provocó un cambio social y político en la vida mexicana. Se dice que en el sismo el Gobierno, más que ayudar, estorbó, y lo mismo está ocurriendo con AMLO y su “cuarta transformación”. 
La investigación científica que mucho ayuda para prevenir a la población de temblores, huracanes y todo tipo de contingencia así como los sistemas de medición y prevención de los fenómenos naturales, están ya muy avanzados en todo el mundo.

En México la conocida austeridad republicana que recortó los recursos, desmanteló dependencias que respaldaban a la población, tal vez sea una de las causas por los cuales no están funcionando o que el presidente como en la pandemia del covid-19 quiso responder una vez más, con amuletos y caldo de gallina, ocasionando que murieran más de 700 mil personas.

El Gobierno federal no tiene justificación alguna porque los Estados Unidos anunciaron el peligro que significaba el huracán, pero las autoridades federales y locales no hicieron funcionar los protocolos de seguridad.

En El Financiero se dio a conocer la semana pasada la hoja de ruta de “Otis” y la fuerza que iba siendo registrada por el Centro Nacional de Huracanes de Miami. Esto sucedió doce horas antes.

De igual manera, nueve horas antes de que golpeara en Acapulco, se dijo que era extremadamente peligroso, pero la respuesta de las autoridades fue muy débil y tibia. El presidente sólo lo previno según él por Twitter.

Así como van las cosas, algunos morirán de hambre en Acapulco. Estos son los resultados de un presidente muy popular, pero que tiene al pueblo totalmente olvidado.

Ya pasaron más de dos semanas y las autoridades locales y estatales brillan por su ausencia, escasea el agua, hay cuerpos en las calles, no hay luz eléctrica y no se ve la luz al final del túnel. 
En el pasado, aunque no se cumplían los protocolos necesarios, había Fonden, el Ejército estaba atento para intervenir en la defensa de la nación, las relaciones con otros países eran buenas, así que gente de casi todo el mundo pudo ayudar al día siguiente de aquellos terribles acontecimientos naturales.

Ahora, AMLO está peleado con varios países así que la respuesta del desastre nacional fue sólo de AMLO y de su pequeño grupo de aduladores, que más que resolver, tratan de tapar el sol con un dedo, controlando las noticias, informando de un Acapulco turístico, pero no dicen nada de los municipios devastados ni de las regiones entregadas al crimen organizado. 
¿Cuál fue entonces la reacción del presidente? Como es habitual y costumbre, trata de llevar agua a su molino, engañando, dando “otros datos”, arrojando humo a los ojos. Pero la foto publicada en los principales medios de comunicación, desnudó al presidente de México: nos encontramos gobernados por una persona autoritaria y sin resultados.

El presidente perdió el control del país en unas horas de emergencia con sus arrebatos, porque está mas interesado en armar un show para atraer reflectores. Los damnificados quedaron para después; para cuando Morena no esté en el poder, porque con un gobierno mezquino como el de Morena no hay esperanza para los pobres. 
Algunos medios de comunicación tratan de confundir a la opinión pública mediante la difusión del saqueo: intentan decir que es la gente pobre la culpable de toda la anarquía, de la falta de dirección, de la falta de autoridad.

Pero la realidad es que los responsables son los propietarios de las grandes empresas; las que quitaron los candados para que la gente se lleve todo y así poder percibir sus seguros, declarando una pérdida total.

El principal problema está en el Acapulco y en el Guerrero que ni los medios de comunicación ni las autoridades quieren dar a conocer, las zonas pobres, las que no tienen como recuperar sus casas.

¿Quién les pagará sus viviendas, ahora sin Fonden?, ¿quién atenderá a los heridos y las epidemias que vendrán después por la contaminación, por la depresión por lo sucedido? Así como van las cosas, algunos morirán de hambre.

Estos son los resultados de un presidente muy popular, pero que tiene al pueblo totalmente olvidado: estos son sus hechos y esta es la transformación que vive México. 
Invitamos al pueblo progresista de México, a nuestros compañeros antorchistas y al pueblo en general a que nos unamos por Guerrero, a que demostremos nuestra fraternidad y que nos sumemos en un gran frente, para exigir a las autoridades un programa de empleo temporal para que el pueblo pueda sobrevivir, arreglar sus viviendas, comprar sus muebles, restablecer sus pequeños negocios, limpiar y arreglar sus calles. Urge que regrese el Fonden. 
Unión, fraternidad y lucha.

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