Hace unos días se dio a conocer la integración formal de la Sexagésima Cuarta (LXIV) Legislatura Federal de la cámara baja y alta del Congreso de la Unión, misma que estará en funciones del 1º de septiembre de 2018 al 31 de agosto de 2021. Los medios locales dijeron que son seis los diputados colimenses que nos representarán en el Palacio Legislativo de San Lázaro en la Ciudad de México: Mario Delgado y Claudia Yáñez Centeno, de Morena; Jorge Luis Preciado y Liduvina Sandoval, del PAN; Indira Vizcaíno, del PT y Ximena Puente, del PRI. Estos, aparte de los tres senadores que se instalaron en la cámara alta: Joel Padilla, Griselda Valencia y Gabriela Benavides. Los que dicen que saben de esto, llaman la atención de la opinión pública, afirmando como lo más importante y significativo de este hecho, que de estos "ungidos", pudiera perfilarse desde ahora el futuro gobernador -o gobernadora- de Colima, de la próxima elección del año 2021 y por lo mismo recomiendan seguir muy de cerca y atentos, las acciones de estos políticos favorecidos por el voto pasado.
Sin riesgo a equivocarme afirmó que no es esto lo que realmente interesa al pueblo elector que los llevó a San Lázaro. El pueblo que votó a favor de estos diputados, votó en contra de la pobreza, la prepotencia, el abandono, el maltrato, pero sobre todo en contra de la simulación de los políticos, como los que llamaron "mafia del poder", aquellos que los utilizaron para conseguir una curul u otro puesto cualquiera y luego olvidaron a propósito todo lo que prometieron. ¡Mucha atención! Si uno sólo de los ahora diputados o diputadas, de los senadores o senadoras, abandonara el honroso encargo en el Congreso que buscaron y les esta dando el pueblo colimense, quedará demostrado, por ese sólo hecho, que no son ni significan ningún cambio ni nada parecido, que sólo son más de lo mismo o algo peor, de lo que dijeron combatir. De esto, sí conviene estar atentos.
Y ¿qué debemos esperar los colimenses de estos nuevos representantes en el Congreso de la Unión? En primer lugar, por el bien y el bienestar de nuestros hermanos más pobres, es de esperar que los nuevos legisladores federales, sepan, entiendan y quieran cumplir como se debe con la encomienda que el pueblo les dio, porque, de acuerdo a sus facultades que ahora tienen, pueden, si en verdad quieren, hacer mucho bien y traer mucho bienestar para todo el pueblo, sobre todo para el que los eligió.
Veamos. En el apartado IV del Artículo 74 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, donde se refiere a las facultades exclusivas de la Cámara de Diputados, se dice que es facultad de estos "aprobar [o no] anualmente el Presupuesto de Egresos de la Federación, [...] enviado por el Ejecutivo Federal, una vez aprobadas las contribuciones que, a su juicio, deben decretarse para cubrirlo". Esto significa que de los diputados electos depende también, no sólo lo que puede o no gastar el Gobierno de la República, sino también los impuestos que todos los mexicanos debamos pagar, y ha sido práctica de todas las legislaciones anteriores, cargar más impuestos al que menos tiene, mientras que por otro lado, se beneficia con exenciones tributarias, a los que tienen de sobra. ¿Qué pasará el próximo 15 de noviembre, fecha límite para aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF)? Veremos. Pero en el mismo apartado mencionado, se hace referencia a la obra pública de infraestructura social que pueden -y deben- gestionar los Diputados para sus estados. Se dice ahí: "Asimismo, podrá autorizar [la Cámara de Diputados] en dicho Presupuesto las erogaciones plurianuales para aquellos proyectos de inversión en infraestructura que se determinen conforme a lo dispuesto en la ley reglamentaria": Aquí es precisamente donde se podrá ver de manera muy tangible qué tanto los Diputados cumplirán las promesas a sus electores en cada estado.
Para sostener esto último que digo, me permito aquí informar orgullosamente, que los colimenses fuimos muy beneficiados por las gestiones de Diputados pertenecientes al Movimiento Antorchista Nacional; sus distritos electorales no son de Colima, y quienes los llevaron al Congreso fueron electores antorchistas de Puebla y del Estado de México; pero pusieron tanto empeño en la gestión por los colimenses que los resultados fueron sorprendentes. Lo que nos dejaron en obra pública los Diputados Antorchistas de la Sexagésima Tercera Legislatura (LXIII) sumaron 59 millones 400 mil pesos: 24 millones de pesos para la construcción de edificios en 13 bachilleratos a distancia de todo el estado; 14 millones 900 mil pesos para construir los edificios de tres Casas del Estudiante en tres municipios en beneficio de 130 estudiantes universitarios; 17 millones 500 mil pesos para construir espacios deportivos y culturales en colonias populares de la capital y en una comunidad de Manzanillo; y tres millones de pesos para construir 125 recámaras adicionales para igual número de familias humildes. Esto que digo no son promesas, son obras que usted, amigo lector, podrá ver, tocar y comprobar, qué tan generoso es el trabajo de los Diputados cuando se empeñan por mejorar la vida del pueblo trabajador. Por eso yo pregunto ahora, si en verdad importa mucho saber, cuáles serán las aspiraciones de los Diputados electos. A mí me parece que no. Lo que realmente importa es saber cómo y cuándo van a empezar a cumplirle al pueblo que los eligió, con obras, servicios, programas y beneficios, así como hicieron y hacen los Diputados promovidos por el Movimiento Antorchista. Pedirles de más tal vez sería injusto, pero que hicieran de menos, también. Si alguien tan lejano, como los Diputados que menciono, hizo y dejó tanto bien a los colimenses, ¿por qué los que son de aquí no lo harán?
Y finalmente, sostengo, por ahora, que no es tarea inmediata la del pueblo andar adivinando y apostando sobre la suerte que persiguen los políticos modernos, que no se sabe bien, bien, ni a qué partido realmente representan. La tarea es la misma: hacer que todos los políticos cumplan las promesas de campaña. El pueblo debe de dejar de creer en los discursos huecos y sin sentido, debe reclamar hechos concretos y tangibles, y con eso hechos, debe de medir e impulsar a los políticos que le convienen. Políticos de obras, como los Diputados antorchistas es lo que necesitamos ahora.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario