En días recientes, el director de Turismo en la Comuna, Miguel Cordero, dijo en entrevista que, según él, la inseguridad en Atlixco sólo existe en las redes sociales: "la percepción de inseguridad en Atlixco de ninguna manera generó ya el alejamiento de los visitantes, ya que únicamente es una idea que viaja de ida y de regreso en las redes sociales y entre un sector local muy identificado". Un análisis así solo cabe en la cabeza de alguien que está desfasado de la realidad. No puede ser posible, que, por un lado, estemos invadidos por noticias rojas sobre secuestros, robos, asesinatos, feminicidios, etc., y por otro lado llegue alguien a tratarnos como unos retrasados mentales al hacernos creer que la solución está simplemente en no hacer uso de las redes sociales para no enterarnos de lo que pasa en nuestras colonias, y con el simple hecho de cerrar sesión, como un acto de magia, desaparece la ola de violencia que ha envuelto al municipio.
Pero esto no termina aquí. Ante tan pobre análisis y tan lamentable ofensa, de la situación que se vive en el pueblo mágico, los internautas comenzaron inmediatamente a refutar las declaraciones, y con razón mostrando enfado e indignación, al querer tratarnos como, perdónenme la expresión, idiotas desinformados.
Sumado a esto, el principal responsable de velar por la seguridad y bienestar de los atlixquenses, que, lejos de estar pensando en instrumentar un plan estratégico viable para combatir este mal, el edil Guillermo Velázquez Gutiérrez ya dio a conocer su aspiración para ser el próximo candidato de Acción Nacional al ejecutivo del Estado de Puebla; esto indudablemente obligará al munícipe a solicitar licencia en la sesión de cabildo. Ante esta chusca noticia, me surgen varias preguntas: ¿Fue una decisión personal o pago de favores? ¿Dónde está la base social que le dio el triunfo en la pasada elección respaldando esta decisión? Lo digo porque me parece que de ahí debería de partir, si es que de verdad quiere ser nuestro próximo gobernador. Si el señor Velázquez no ha mostrado ser capaz de sacar adelante a un municipio como Atlixco, ¿será capaz de tomar las riendas del estado para disminuir la inseguridad y rescatarlo del abismo en el que está sumergido? Mínimamente debería de dar la cara a los que confiaron en él, y no abandonarlos en estos tiempos difíciles que vive el municipio. ¿O no?
¿A caso será un pago de favores por haberlo colocado como candidato? Porque solo un tonto podría prestarse a tan semejante farsa sabiendo que no tiene la mínima posibilidad de ganar. ¿Será que se prestará al juego a cambio de obra pública o de contratos millonarios de obra pública? Usted tiene la última palabra.
Pero esto aún no termina. El pasado lunes Guillermo Velázquez y su cuerpo de seguridad expusieron, ante los medios de comunicación, sus propuestas de seguridad. Algo que verdaderamente dejó mucho que desear. Los recursos que recibirá este año el municipio para combatir la inseguridad son poco más de 33 millones de pesos, y serán para adquirir tecnología de punta, pero...¿Qué tan acertada la decisión de adquirir tres drones? ¿Ya localizaron la hora y la región geográfica donde volarán? ¿Qué tiempo de sobre vuelo tienen? Esos datos no los dicen supuestamente "por seguridad", pero lo que sí es seguro que el uso de drones es más efectivo en eventos masivos donde hay un difícil acceso de patrullas, que en un municipio tan extenso como Atlixco.
El maestro Velázquez debería estar más preocupado por la situación que está pasando Atlixco y ponerse a trabajar en serio, en vez de despertar su ambición de poder, que, sin ser candidato aún, ya destapó la cloaca panista en Atlixco que demuestra la falta de liderazgo y ambición de poder entre los panistas.
Debería de aplicar los recursos para la adquisición de más patrullas, contratar y capacitar a más personal, en vez de estar pagando publicidad en espectaculares y redes sociales para promocionar su imagen.
Hoy, Guillermo Velázquez nos muestra su lado débil y ambición desmedida de poder que lo ha perseguido desde que inició su carrera política, entre escándalos, su falta de liderazgo y visión política. Hoy, Guillermo está muy lejos de ser el presidente que necesita Atlixco para transformarlo. Hoy nos confirma que no era la mejor opción para gobernar Atlixco. Hoy nos demuestra que está muy lejos de ser una opción real para ser el próximo gobernador del cuarto estado más grande de México. Hoy, nos muestra que su interés no es por el "bien común" sino por su propio bien. Es triste lo que está pasando en este pueblo mágico, pero el pueblo atlixquenses así lo decidió; hoy, a más de tres meses de haber tomado protesta como presidente municipal, sus resultados están a la vista de todos. Ojalá esto nos sirva de experiencia para no volver a cometer el mismo error.
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