La izquierda en el mundo y en la historia es una corriente política revolucionaria, amante del progreso, enemiga de las injusticias, la desigualdad y el abuso; es aquella corriente política que no sólo en los discursos sino en los hechos, trabaja y lucha por los desprotegidos y menesterosos de la Tierra; en los tiempos modernos, la izquierda no es adicta al neoliberalismo sino que lo repudia por nocivo y propone un mundo de justicia y equidad, y lucha por él.
Graco Ramírez Abreu, no obstante que ha sido militante y cuadro distinguido de partidos que se dicen de izquierda, como el Partido Socialista de los Trabajadores, el Partido Mexicano Socialista o el cada vez más desteñido Partido del Revolución Democrática, ¿es realmente de izquierda?
Muchas voces, no solo la de los antorchistas, dicen que no; pero sobre todo los hechos, la terca realidad, demuestran que Graco no tiene principios de izquierda, o bien ha renunciado a ellos; o bien que nunca los ha tenido; hay quienes dicen que ahora, ya en el poder, actúa como un gobierno fascista de ultraderecha que usa a los medios como garrote mediático ante sus adversarios para calumniarlos, y hasta lanza amenazas de muerte contra dirigentes y encarcela a activistas sociales; aparte de que no resuelve una sola demanda social. En verdad, con su actuar político, desprestigia el término de izquierda.
Como Gobierno, la corriente de Graco ha demostrado su incapacidad para combatir o aliviar la pobreza que se extiende sobre más del 50% de la población, y que de 2012 a 2104 aumentó en más de 150 mil personas para tener a cerca de un millón en condiciones precarias; tampoco ha sido capaz de combatir la inseguridad que coloca a Morelos como un estado modelo a nivel nacional en la proliferación de la delincuencia. Como Gobierno no tiene tacto ni sensibilidad humana ni política pues ya amplios sectores de la población lo repudian no sólo por incapaz sino porque ejerce el poder en forma dictatorial. También como Gobierno la corriente de Graco se revela como una administración deshonesta pues cada vez que puede dice que dialoga con los inconformes, que les resuelve, pero no es verdad, como ocurre con nuestros compañeros antorchistas, que piden demandas sociales como escuelas, vivienda, apoyo para el campo, agua potable, etc.; cuando quiere, mediante costosas campañas mediáticas, lanza campañas de odio y de calumnias contra los que se atreven a protestar por tanto abuso del gobernador morelense. En el colmo de la desfachatez, Graco grita "¡al ladrón, al ladrón!", como en la novela de Oliverio Twist, contra quienes protestan, acusándolos de ...¡conservadores!
Trata de infundir desánimo entre los que luchan contra las injusticias del Gobierno morelense, no resolviendo sus demandas, satanizándolos y tratando de concitar el odio contra ellos; en el paroxismo de su enajenación se atreve a amenazar de muerte a nuestra valiente compañera Soledad Solís Córdova, dirigente principal del antorchismo en el estado. ¿Qué pretende el gobernador?, ¿cree que la lucha va a terminar?, ¿que los antorchistas y sus dirigentes van a claudicar?, ¿piensa que su política equivocada va a darle resultados?
En los hechos, pues, la corriente de Graco es conservadora y muchos saben que un síntoma de decadencia de esas corrientes conservadoras es justamente que cada vez más se alejan de la realidad y pierden el piso; si el gobernador Graco tiene la intención de frenar la lucha de los antorchistas con la represión administrativa (cero solución de demandas) y política, está cometiendo un craso error; y a estas alturas, por lo mismo, es seguro que si acaso alguno de sus asesores así se lo indica él, sencillamente, no lo va a creer pues está montado en su macho; para él los que lo critican y los que protestan en su contra son conservadores, son enemigos políticos y por tanto hay que acabar con ellos. Pero, otra vez, la terca realidad nos dice que esa actitud graconiana está condenada al fracaso porque los antorchistas morelenses con el apoyo del antorchismo nacional resistirán. Y si no al tiempo.
Los antorchistas de Morelos y nuestra compañera Soledad deben saber, lo saben ya desde siempre, que todos los antorchistas del país somos sus hermanos de lucha, y que, por tanto, estamos dispuestos a acudir de ser necesario todos, como un solo hombre, al estado de Morelos, o a participar en nuestra trinchera en cualquier actividad que ordene nuestra Dirección Nacional en plena solidaridad con su causa que es la causa de todos los antorchistas del país.
Por lo pronto saludamos fraternalmente desde ahora, el festejo por sus 23 años de lucha antorchista en Morelos, por la defensa del derecho de los humildes a una vida digna a celebrarse, con más de 10 mil morelenses, el próximo 28 de agosto.
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