Nuevamente, se registran muestras de que en Hidalgo hay un gobierno contrario a los sectores más vulnerables del estado, un gobierno a quien no le interesan las carencias sociales de trabajadores, amas de casa, campesinos, indígenas, estudiantes y maestros, un gobierno que invierte los recursos públicos en proteger sus intereses y no en obras y servicios que tanto demandan sus gobernados.
Miles marcharon por las calles de Pachuca y Huejutla, enfrentando represión y bloqueos, para exigir soluciones a un gobierno que prefiere gastar en oficinas y vallas metálicas antes que en las necesidades del pueblo.
Una nueva protesta se vivió en Hidalgo. Miles marcharon en las principales calles de Pachuca y Huejutla para denunciar que el gobierno estatal morenista no resuelve sus demandas de obras y servicios básicos. ¿Cuál fue la respuesta de las autoridades? La que ya tantas veces ha aplicado Morena en nuestro estado: represión, calumnias y demagogia.
La Policía Estatal, violando derechos establecidos en la Constitución, impidió a vecinos del municipio de Tizayuca trasladarse en autobuses a la protesta. A pesar de este acto de represión, indignados y decididos, personas de la tercera edad, madres acompañadas por sus hijos, estudiantes y trabajadores marcharon por más de diez kilómetros para sumarse a la protesta en Plaza Juárez, donde se reunieron con los manifestantes que partieron del Poliforum.
Miles se congregaron en Plaza Juárez para exigir soluciones al ente estatal, encontrando a funcionarios que, en lugar de escuchar y resolver, se dedicaron a calumniarlos y mentirles a la cara, asegurando que agendaron una reunión de trabajo y que los antorchistas no acudieron, hechos que no ocurrieron.
Pero, ¿y dónde se gastan los recursos públicos, generados en su mayoría por los impuestos de los trabajadores? Veamos: el gobierno del estado de Hidalgo destinó 6.5 millones de pesos para la compra de 500 vallas metálicas instaladas en el Palacio de Gobierno y el Reloj Monumental durante la conmemoración del Día Internacional de la Mujer (8M). Además, el gobernador Julio Menchaca Salazar anunció la construcción de un complejo de oficinas gubernamentales y dependencias, con una inversión superior a los 2 mil millones de pesos.
Así, para mecanismos de represión y oficinas para funcionarios sí hay recursos, millones y millones; y para quienes piden agua potable, pavimentación, drenaje, electrificación, abasto de medicamentos y médicos en los centros de salud, apoyo al campo, subsidio para albergues estudiantiles y justicia para campesinos de Huejutla que fueron despojados de su tierra, solo hay represión, demagogia y calumnias.
En Hidalgo se tiene un gobierno enemigo de las clases populares. Es evidente que, a pesar del cambio de color del gobierno en turno, a pesar de las promesas de transformación y los discursos, en los hechos nada ha cambiado.
La situación del pueblo hidalguense empeora: hay más pobreza, menos empleo bien remunerado, menos acceso a la salud, más inseguridad y, sobre todo, un gobierno ajeno a las clases populares, cuyos intereses son acallar las protestas sociales y gastar los recursos públicos en su beneficio.
Pueblo hidalguense, basta de tanto atropello, de tantas injusticias, basta de ocupar los recursos del pueblo en obras que benefician a funcionarios y a la clase poderosa. Exijamos lo que por derecho nos corresponde a todos los hidalguenses.
Aquí estamos firmes en la lucha. Antorcha es la única y verdadera organización del pueblo pobre de México. Si los gobiernos actuales no sirven para gobernar, si son prepotentes, soberbios e ineptos, busquemos un cambio, formemos una gran fuerza social capaz de hacer que gobierne el pueblo.
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