Nos encontramos ya a cinco meses de que se concluyan los primeros dos años de gobierno de la actual administración estatal y municipal en Sinaloa. El 1 de noviembre de 2021 los ahora alcaldes y gobernador iniciaron su período al frente de sus encargos. Como se sabe, excepto un municipio, todo lo gobierna el partido oficial, incluso el congreso local, donde tiene mayoría. La asignación presupuestal anual a cada uno de los rubros que considera prioritarios el gobierno fue decidida enteramente por el partido oficial, todo lo planearon y están ejecutando los morenistas precisamente para llevar a cabo su cometido, declaran, que no es más que servir al pueblo. Pero bien pronto se ha visto que en muchos de los casos esto no pasa de ser un discurso vacío.
Desde la discusión del presupuesto de egresos del presente año, en diciembre de 2022, diversos grupos organizados de sinaloenses hicieron del conocimiento de los diputados que había aspectos muy importantes que no estaban contemplados en el presupuesto de 2023 y que debían incluirse. Sin embargo, desde aquí se vio el primer gesto antidemocrático de los diputados que no incluyeron una sola de las peticiones de los manifestantes para aprobarlas en la Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos del Estado de Sinaloa. Los manifestantes, sin embargo, no han dejado que sus peticiones queden en el olvido y se han encargado de insistir tanto a nivel municipal como estatal que las atiendan.
El solo hecho descrito demuestra que hay sectores sociales amplios no representados en el poder, puesto que es bien sabido que la parte que protesta y se anima a salir a la calle cuando hay razones de sobra para hacerlo, solo es la parte más destacada y despierta de los inconformes, pero que su sentir es compartido por muchos más que tienen una suerte o llevan una vida parecida a los activos en la lucha. Nuestra democracia que no cuenta en la actualidad con un partido auténticamente representante de los trabajadores, termina siendo una impostura, un mecanismo para encumbrar representantes del status quo más o menos radicales pero que terminan sirviendo a los intereses de los grandes capitales nacionales o extranjeros.
Así las cosas, para subsanar las deficiencias de nuestra democracia pro-empresarial, ahora comandada por el partido guinda, el pueblo debe mantenerse movilizado, activo políticamente durante todos los períodos inter electorales para que sean escuchados y atendidos sus reclamos de vivienda, agua potable, drenaje, escuelas, apoyos al campo y tantas cosas más. La crítica situación en todos los aspectos que hoy vive México hará que siempre que haya quien dé luz a los desfavorecidos mostrándoles cómo se lucha, más gente se decida a organizarse y salir a la calle y, en última instancia, a conformar un poderoso partido popular que lleve al poder ahora sí a los de su clase. Entretanto la lucha popular no se debe detener por nada, nunca, mientras no haya respuesta positiva. Y que la cercanía de los tiempos electorales juegue su papel presionador sobre los interesados en conservar o alcanzar puestos de elección popular; el pueblo debe usar esta arma a su favor, ¡cómo no!
El resultado, hasta ahora, en cuanto a la solución de las demandas planteadas a los distintos niveles de gobierno no ha sido exitoso, perseveremos para alcanzar los solares para quien no tiene vivienda, para desplazados por la violencia o para los que no tienen un título de propiedad, algún buen resultado podemos tener. Pero mientras esto ocurre, que tendrá que ocurrir, no debemos ignorar un resultado parcial asaz importante: la concientización de los trabajadores y trabajadoras que son parte de esta lucha de que juntos se han topado con insensibilidad, desatención y rechazo por quienes se decían salvadores de la patria; el necesario sentimiento de solidaridad con los que comparte la calle o la plaza pública de protesta y la creación de lazos entre ellos; la comprensión de que hay que seguir juntos para alcanzar los objetivos comunes y el coraje que nace de la injusticia y que impulsa a seguir adelante cueste lo que cueste. Aunque no ganáramos nada más que esto, ya es un triunfo, pues es parte de lo que se ocupa para construir un partido que gobierne para los que hoy no son escuchados. Pero también lo urgente importa, no cejemos, y ganaremos más.
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