MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

FNERRR: 23 años de lucha por la educación

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“Soy un viejo trabajador de la educación rural de mi país. Desde antes de que estallara la Revolución ya venía ocupándome en tareas de tal naturaleza, tanto en el pensamiento como en la acción práctica”.

Rafael Ramírez Castañeda

Han pasado 23 años desde que la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR) comenzó a luchar porque existan verdaderas condiciones para que los hijos de los trabajadores tengan la oportunidad de educarse con calidad y compromiso social.

A lo largo de estos años, miles de jóvenes hemos conocido amigos, maestros, pero, sobre todo, compañeros de lucha, con quienes hemos tenido vivencias que nos han marcado para toda la vida. Las marchas, las correteadas de la policía cuando hacías una pinta, los desvelos para realizar mantas y cartulinas, la palpitación cuando coreábamos las consignas a metros de llegar a palacio de gobierno, los torneos deportivos y culturales, las carcajadas, llantos y enojos y todas las peripecias que conlleva toda lucha estudiantil. 

Sabemos que estudiar requiere disciplina, esfuerzo, pero también dinero porque ser estudiante implica gasto físico, pero también económico. Dada la falta de oportunidades de estudio en nuestras comunidades, muchos jóvenes nos hemos visto en la necesidad de migrar a las capitales de los estados para estudiar.

Sabedora de todo esto, la FNERRR ha logrado fundar más de 55 casas estudiantiles en 28 entidades. Su lucha ha logrado una larga lista de demandas, desde aulas, bibliotecas y becas, hasta centros educativos de alta calidad. 

Quizá lo más valioso de la lucha feneriana es la vida en colectivo, pues en un mundo donde diariamente somos bombardeados por el individualismo a ultranza, la FNERRR nos ha permitido adquirir una manera distinta de ver el mundo, donde estudiar no significa, como dijo el maestro Arturo Gámiz, ir todos los días a la escuela con puntualidad, pero sin interés, repetir mecánicamente, como discos, lo que dicen los maestros, sino conocer los problemas del pueblo, compenetrarse de sus sentimientos y de sus aspiraciones, buscar las formas de ser útil y de coadyuvar a la emancipación de los explotados. 

En todo su actuar, la FNERRR no sólo brinda hospedaje y alimentación a un costo casi nulo en sus albergues, que ya es bastante, sino que, gracias a los clubes culturales y deportivos, que también impulsa en los centros educativos donde tiene presencia, uno puede descubrir talentos y habilidades que nunca en su vida hubiera imaginado que tendría. La poesía, la oratoria, el teatro, la danza, la música son el pan de cada día. 

Con todo y lo que la FNERRR promueve, se ha topado con gobiernos de todos los niveles y partidos de todos los colores, que no sólo se han negado a resolver las demandas, sino que han reprimido el movimiento. A pesar de lo cual ha salido vencedora. Esto es, porque además de contar con plan de lucha y objetivos claros, cuenta con una estructura nacional que le ha permitido actualizarse cada ciclo escolar. 

Desde el año 2000 no ha surgido otro movimiento igual. Por mencionar el ejemplo más sonado, en 2012 se formuló un movimiento en torno a las elecciones presidenciales, su mayor demanda, según voceros, era la democratización de los medios de comunicación. Surgía, decían sus apologistas, lo que parecía ser el movimiento estudiantil más grande desde el 68. La FNERRR entonces vio positivo aquel levantamiento, pero señaló su mayor debilidad, la que ha caracterizado a todo movimiento surgido en los últimos años, la falta de estructura que le diera seguimiento puntual a sus demandas. 

Hoy sabemos que aquellos objetivos del #YoSoy132 quedaron en buenos deseos, que su impulso fue aprovechado, como suele pasar casi siempre, por grupos y partidos políticos en favor de sus agendas. Muchos de aquellos voceros en defensa de la libertad de expresión, hoy son vergonzosos defensores de la ideología autoritaria del gobierno actual.

Miles de jóvenes, lamentablemente, fueron manipulados creyendo en el discurso contestatario del entonces candidato Andrés Manuel López Obrador, quienes votaron en 2018 por un proyecto que no tiene ni pies ni cabeza. Añadamos que miles más se sienten agradecidos por una beca a cambio de instalaciones educativas y clases de calidad. 

Pero la FNERRR no se dejó engañar. No solo no cayó en las mentiras de un falso redentor, de un partido que venía a replicar las prácticas que tanto criticaron, sino que ha señalado una por una, las políticas a todas luces anti educativas y antipopulares de la 4T. La lucha que están dando contra la cerrazón de Barbosa en Puebla, me recordó aquella que dimos contra el llamado ‘gober precioso’ Mario Marín, en 2008. Cortados con la misma tijera. 

La federación cumple un año más de unidad, organización y creación de un sistema educativo integral que ha dado a México sus mejores hijos, comprometidos en el progreso de su pueblo, cumpliendo cabalmente con la tarea que el maestro veracruzano Rafael Ramírez se planteó: llevar la educación a todos los rincones del territorio azteca. 

Miles de jóvenes dejaron las aulas para convertirse en luchadores sociales, maestros y profesionistas comprometidos con la justicia social; siguen llevando la chispa que la FNERRR les transmitió en ellos. Ver cómo la bandera roja sigue siendo agitada por nuevas generaciones reafirma mi convicción de que el camino que elegimos es el correcto. 

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