MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Existe verdaderamente la democracia en México?

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México ha experimentado en los últimos años un proceso de transformación política de gran envergadura. Uno de los cambios más significativos se vivió en julio del año 2000 con la alternancia en el poder político, de manera pacífica y ordenada, la cual fue producto de un proceso de cambio institucional gradual que vino dándose en razón de sucesivas reformas constitucionales que consolidaron las instituciones y los procedimientos electorales.

Ahora bien, la existencia de una democracia plena requiere mucho más que la celebración de elecciones libres y auténticas. El hecho de conceder a todas las personas el derecho de votar en condiciones de igualdad política no basta para que un sistema político determinado sea considerado como democrático.

La democracia es una condición que sólo puede ser alcanzada a través del respeto de los derechos fundamentales de los gobernados y, por consiguiente, del Estado de Derecho. De igual forma, está íntimamente relacionada con la búsqueda de mayor igualdad social y la lucha eficaz contra la superación de la pobreza.

La democracia va más allá de la perspectiva electoral; se entiende como un sistema que promueve y permite el respeto irrestricto de los derechos y libertades de las personas, la creación de oportunidades iguales para todos, la vigencia del Estado de Derecho, la formación de valores de igualdad, tolerancia y respeto mutuo a las diferencias, los cuales son fundamento básico de las relaciones sociales pacíficas.

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Aparentemente estos términos se escuchan muy bien, y pareciera que en el mundo actual estamos viviendo bajo esa democracia plena, pero en realidad lo que dicta esa teoría se aleja mucho de la verdad, de la cruda realidad que afirma que la democracia está pensada para servir a una pequeña pero poderosa oligarquía que se ha inclinado por unos o por otros porque así lo requiere la coyuntura del período o porque uno de los dos le ofrece un plan mejor para desarrollar su riqueza, así consiste este  juego democrático que solo sirve para ocultar tras él la dictadura del gran capital, cuya característica rapaz se desenmascaró después de la caída del bloque opositor que representaba la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) en el año de 1991. 

Y saco esto a relucir, pues México se está preparando para un proceso electoral  que como dicen algunos expertos definirá el rumbo de los habitantes del país, recordemos que en la contienda electoral del 2018 Morena fue mayoría en la Cámara de Diputados, y que como han señalado varios analistas, lejos de cumplir con las tareas propias de los diputados, que son crear y aprobar leyes (o reformar las ya existentes) para beneficio del país, de sus instituciones y del gobierno en general, garantizar, perfeccionar y ampliar los derechos y libertades de los ciudadanos, su desempeño se ha limitado a cumplir servilmente lo que dicta el Poder Ejecutivo.

Es por eso que en esta contienda electoral que ya se encuentra en el umbral, tenemos que estar preparados para esquivar las diversas formas de manipulación con las que ha venido trabajando hasta hoy el partido en el poder, rechacemos el proyecto y desenmascaremos las maniobras de las que han echado mano para seguir perpetrándose en el poder.

Los invito, amigos lectores a que conozcan el proyecto que encabeza el Movimiento Antorchista en el que están organizadas miles de familias pobres, y en esa calidad de pueblo organizado, se plantean cuatro ejes fundamentales: a) empleo para todos, el cual consiste en que todas las personas en edad activa y que estén en condiciones para trabajar tengan trabajo. b) salarios dignos y bien remunerados. c) reorientación del gasto social, el cual consiste en invertir más dinero en infraestructura y servicios básicos. d) política fiscal progresiva, quiere decir que pague más impuestos quien gana más. 

El llamado a la unidad exige sin falta un proyecto claro de nuevo país, un modelo económico distinto al actual, que garantice cambios sustanciales para disminuir drásticamente la desigualdad y la pobreza, pues solo eso puede interesar y unificar a las mayorías empobrecidas de la nación ya muy golpeada por el sistema imperante.

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