¡Basta de impunidad! Más de un mes ha pasado desde los asesinatos de Conrado, Mercedes y su pequeño hijo en Guerrero, y todavía no vemos avances en las investigaciones por parte de la fiscalía del estado y del Gobierno estatal. Es indignante y completamente inaceptable. No puedo quedarme en silencio ante esta grave injusticia.
Tres vidas inocentes fueron arrebatadas pero, ¿dónde están los resultados? ¿Dónde está la justicia que tanto exigimos? Las autoridades encargadas de perseguir y castigar a los responsables han demostrado una conducta poco efectiva, poniendo en riesgo la confianza de la ciudadanía en el sistema de justicia.
Hemos solicitado, en repetidas ocasiones, a la Fiscalía General del Estado de Guerrero y al Gobierno del Estado que se desplieguen los recursos necesarios para encontrar a los culpables de estos crímenes atroces. Hemos pedido ser recibidos por la gobernadora para expresarle nuestras demandas y buscar su solidaridad y respaldo institucional. Sin embargo, nuestras voces parecen perderse en el vacío de la indiferencia.
Queremos dejar claro que no exigimos conocer los detalles de las investigaciones ni las estrategias que se están siguiendo. Simplemente exigimos justicia, que se detenga a quienes cometieron estos actos horrendos, que se esclarezca el móvil del crimen y que se lleve a los responsables ante la autoridad competente para que sean castigados conforme a la ley. Es un derecho que nos asiste como ciudadanos y como seres humanos que claman por verdad y justicia.
La inseguridad se ha apoderado de Guerrero, y no podemos permitir que los crímenes queden impunes. Las alarmantes estadísticas de homicidios en el estado y en todo el país no pueden ser una excusa para dejar de investigar y castigar estos asesinatos. Cada vida perdida debe ser una llamada de alerta para las autoridades, un recordatorio de su deber de actuar con prontitud y eficacia.
La lucha contra la impunidad no solo requiere una procuración de justicia efectiva, sino también una política social enérgica que combata las raíces sociales de la delincuencia. La redistribución de la riqueza, la erradicación de la pobreza y la creación de oportunidades para todos son elementos esenciales para frenar la escalada de violencia que amenaza nuestra sociedad.
Como antorchistas, nos unimos a las voces de todos aquellos que claman por justicia. No estamos solos en esta lucha, ya que la injusticia y la impunidad nos afectan a todos los mexicanos. Es hora de movilizarnos y levantar la voz en protesta por la falta de acción y la indiferencia de las autoridades.
No podemos permitir que la violencia y la muerte se conviertan en una triste normalidad. Debemos detener este ciclo de impunidad y construir un país donde reinen la justicia y la seguridad para todos. Unámonos en esta lucha por un México mejor, donde los crímenes sean investigados y los responsables sean llevados ante la justicia. Juntos podemos lograrlo.
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