MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

En memoria de Eusebia Ángela San Juan Alarcón

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El 23 de marzo acompañamos a nuestra querida compañera Friné Alarcón San Juan, hermanas y familia, a dar el último adiós a su madre, la señora Eusebia Ángela San Juan Alarcón, quien falleció el viernes 22 de marzo en el puerto de Tampico, Tamaulipas.

En la tarea de trabajar en la construcción del hombre nuevo, considero importante reflexionar ante la pérdida física de doña Angelita y reconocer su gran aportación como madre de una activista antorchista, que ha entregado su vida con entusiasmo y sin cortapisas a la tarea de organizar y educar, educar y organizar al pueblo trabajador de nuestro país: Friné Alarcón San Juan.

En la tarea de trabajar en la construcción del hombre nuevo, es importante reflexionar sobre la pérdida física de doña Angelita y reconocer su gran aportación como madre de una activista antorchista.

Hace apenas unos días recordábamos al gran Carlos Marx en el 141 aniversario de su muerte, un 14 de marzo de 1883. Y lo recordábamos escribiendo a sus 17 años, “Reflexiones de un joven para elegir su profesión”. Escribió: el joven deberá tener como objetivo principal ¡lograr el bien de la humanidad!

Friné ingresó a realizar sus estudios al Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario N. 136, de San Sebastián, Tantoyuca, Veracruz; escuela resultado de la lucha antorchista. En ella conoció a nuestra querida organización y se incorporó a sus tareas: lograr el bien de su pueblo.

Maestros, estudiantes y el pueblo organizado en Antorcha en San Sebastián y la zona norte de Veracruz que luchó por la escuela construyeron un albergue-internado con materiales de la región, carrizo, enjarre con barro, madera y lámina de zinc, que albergó durante varios años a la comunidad estudiantil que pernoctaba en el pueblo. Hasta que el huracán “Hert” lo destruyó.

Los estudiantes quedaron en calidad de damnificados en las instalaciones de la escuela. Al llegar Friné e incorporarse a las filas antorchistas, la lucha en la escuela consistía en lograr la construcción de un internado que pudiera resistir los embates de la naturaleza. Pero requería acumular más fuerzas entre la población campesina, y a esa tarea se sumó con entusiasmo juvenil.

Más adelante, se logró la construcción del internado con un costo mayor a los 11 millones de pesos: dormitorio, comedor, área de varones, de señoritas, sus servicios, etcétera. Esto ha permitido recibir y egresar año con año a cientos de estudiantes que de otra manera no hubieran podido realizar sus estudios.

Esto ha dado pie, además, a un trabajo fuerte, vigoroso en la formación social, cultural, deportiva y de trabajo con la comunidad, a estos jóvenes prospectos a dirigir a su pueblo con conocimientos científicos: danza y baile folklórico, poesía, canto, música. Oratoria, deporte, trabajo social con el que los jóvenes terminan un bachillerato sólido.

Aquí está otro de los logros: que la disciplina entusiasmo y entrega juvenil de Friné y sus compañeros sentaron las bases para continuar con la lucha por la educación superior, contando ahora en el pueblo de San Sebastián, Tantoyuca, Veracruz, con la Escuela de Ciencias de la Educación “Rafael Ramírez” A. C (ECERR) que ha transformado y forma a cientos de jóvenes en la región de la huasteca veracruzana, hidalguense, potosina y tamaulipeca.

Ha sido un largo camino, estudiando y desempeñando varias tareas, siendo la principal organizar a los campesinos, lo que la ha llevado a estar en varios municipios del estado de Veracruz, Oaxaca y Puebla, con una gran persistencia en la construcción de la organización.

Hoy el antorchismo trabaja en los 32 estados del país, y este año cumplirá 50 años en la tarea que se propuso Marx: el bien de la humanidad. Y Friné, como el primer día de su ingreso a las filas del antorchismo, en sus tiempos de estudiante de bachillerato, ha sido una de sus constructoras.

Ella, como Marx, eligió la profesión donde luchar por lograr el bien de su pueblo, el pueblo trabajador y, también como él, ha sido congruente. Hoy tuvo que hacer un alto para venir y acompañar a sus hermanos y familia en la despedida de su madre.

Hoy le hemos dicho que nos sentimos orgullosos de ella, pues al elegir como su profesión la lucha social, nos ha mostrado el camino; nos sentimos sus hermanos y con ella sufrimos la despedida de doña Angelita, quien seguramente se angustiaba por su hija, pues veía su grandeza de miras.

¿De dónde obtuvo Friné esta grandeza? De ella, su madre, que con gran esfuerzo junto con su padre –campesino de Platón Sánchez– recorrió parte de la república buscando el trabajo que le permitiera darle educación a todos sus hijos, y lo logró.

En Friné se manifestó con mayor fuerza ese deseo de buscar y luchar por una vida mejor; por su pueblo lo que la llevó a Ciudad Juárez, Chihuahua a Córdoba y Tuxpan, Veracruz, hasta San Sebastián Tantoyuca, al internado de estudiantes para poder continuar su preparación.

Hoy se encuentra en la primera línea de trabajo antorchista, pues realiza activismo en el municipio de Tecomatlán, Puebla, la cuna del antorchismo y con esa fuerza acompañó a su madre para agradecerle no sólo la vida, agradecerle eso que le dio, ese impulso interior de reconocerse y verse fortalecida entre sus hermanos del pueblo trabajador y en su lucha diaria por construir la herramienta de su liberación: el partido del pueblo trabajador.

El movimiento se fortalece con Friné y su lucha, con la fuerza de sentirse hija de doña Angelita, hija del pueblo trabajador, a quien le agradece que le haya transmitido la fuerza para dedicar su vida a lograrlo.

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