El día de ayer, viernes 3 de febrero, hizo acto de presencia en Tlaxcala el actual secretario de Gobernación federal, Adán Augusto López Hernández, conocido como la mano derecha de López Obrador y posible futuro candidato a la presidencia por el partido Morena, quien, acompañado por la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, inauguró un albergue temporal para la niñez migrante.
En dicho evento, el secretario de gobernación habló sobre el “Plan B” de la Reforma Electoral, trata de personas e inseguridad. Antes de finalizar el evento el funcionario reiteró que la gobernadora tiene todo el apoyo por parte del gobierno federal, felicitándola por el buen trabajo que ha hecho en el estado, enfatizando que los índices de inseguridad han ido a la baja siendo que los dos días posteriores a su visita, no hubo asesinatos en Tlaxcala.
Una vez terminadas las actividades, como todo buen funcionario de Morena, decidió salir a las calles a demostrar su humildad y cercanía con el pueblo, saludando a la gente y haciendo actos de empatía como comer tacos de canasta, todo sin olvidar la pieza clave, la toma de videos y fotos que no tardaron en subir a las redes sociales para que la gente viera que es un funcionario que convive con la gente. Al ser cuestionado de si estos actos tenían algo que ver con su posible candidatura solo se limitó a responder que no, porque para eso aún faltan varios meses.
Pero la realidad de Tlaxcala no amerita ser aplaudida, veamos los datos. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el 49.4 por ciento de la población tlaxcalteca se encuentra en pobreza y el 8.5 por ciento, se encuentra en pobreza extrema, un dato alarmante si tomamos en cuenta que para el 2018 la misma institución calculaba una cifra de 41,700 personas en esta situación. Para ingresar en este rubro debes tener 3 o más carencias sociales de las seis que registra el CONEVAL, las cuales son: rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, acceso a los servicios básicos de la vivienda y acceso a la alimentación. El hecho de que más de 121 mil personas no cuenten con mínimo tres de estos derechos elementales para cualquier mexicano en un estado pequeño como lo es Tlaxcala, es muestra de incapacidad o poco compromiso al gobernar, de que en el estado no se está invirtiendo en la educación o en nuevas obras y servicios para los más humildes.
Un golpe fulminante también para los tlaxcaltecas, fue el alza ininterrumpida, durante todo el año pasado, en los precios de alimentos que constituyen la canasta básica, siendo Tlaxcala el segundo estado con la inflación más alta de todo el país.
Para diciembre de 2022, esto ha generado una situación de incertidumbre alimenticia muy grande, que afecta principalmente a las familias más pobres con salarios deficientes quedándose sin margen para el pago de servicios o necesidades escolares para sus hijos, lo cual termina, en última instancia, por aumentar las cifras de personas en cn condición de pobreza extrema.
En materia de seguridad las cosas no lucen de mejor manera, pues Tlaxcala es uno de los estados donde la trata de personas, particularmente mujeres y menores de edad, sigue dándose impunemente. Para 2021 la Procuraduría General del Estado reportaba que, de las 48 víctimas reportadas de explotación sexual, sólo tres fueron atendidas, dejando al 94 por ciento restantes sin justicia. Esta situación es conocida incluso a nivel internacional como lo muestra un reporte sobre la Trata de Personas del Departamento de Estados Unidos donde se hace énfasis en que Tlaxcala tiene alta prevalecía de trata debido a la complicidad y corrupción oficial en este delito, llegando incluso su red a mas de 26 por ciento de los estados de Estados Unidos para 2022. Además, al no contar las familias con acceso a todos los servicios básicos como agua potable, electrificación, así como no poder acceder a la alimentación nutritiva por los elevados precios y los salarios escuetos, los índices de inseguridad y delictivos van en aumento en toda la entidad.
Los tlaxcaltecas deben ser conscientes de estos problemas y no dejarse llevar por los cantos de sirena que se avecinan y comienzan a sonar como preludio a las campañas venideras, la visita de Adán Augusto solo fue lo primero, se vienen muchas cosas semejantes, incluso en el mismo centro de la entidad, debido a que nos están pisando los talones las campañas electorales, y no olvidemos que son las fechas en donde todos se dan supuestos baños de pueblo, para crear empatía, ganarse la confianza y poder cumplir más adelante su papel de sanguijuelas del pueblo que les llegue a brindar la confianza. Y podrán muchos preguntarse ¿qué hacer?, ¿cuál es nuestra salida si todos son iguales?, ¿en quién confiar? Confíen en la fuerza del pueblo. La tarea ahora es educarnos, organizarnos y luchar. Debemos ver nuestra realidad de miseria, entender que Morena no es y nunca fue la esperanza que vendieron en campaña y que vendrán nuevamente a ofrecer, que la situación nacional e internacional no amerita nuevamente confiarle nuestro voto a unos improvisados.
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