MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

En Huamantla, provocación y amenazas para hacer culpables a inocentes

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El Movimiento Antorchista Nacional se ha echado a cuestas la titánica tarea de organizar y educar al pueblo humilde, trabajador y sufrido de México, para construir una sociedad más equitativa y justa, en la que todos los hijos de esta patria alcancen una vida digna. Los altos índices de pobreza, de vulnerabilidad, de rezago social, de marginación, señalan que ésta no es una tarea "caprichosa", ideada por una mente con intereses vanos y egoístas, es consecuencia de un programa de trabajo colectivo que responde a una realidad lacerante para la inmensa mayoría de la población mexicana. La transformación de la injusta sociedad en que vivimos requiere, necesariamente, una gran fuerza social con un proyecto de nación claro y definido para hacer frente a los males sociales que padecemos. Y es sobre esta ruta por donde ha avanzado el Movimiento Antorchista y sus resultados han sido verdaderamente alentadores.

Los éxitos del trabajo antorchista, que no han sido en ningún modo fáciles, nos han permitido ganar cada vez más simpatizantes al mismo tiempo que se van resolviendo los problemas más elementales en pueblos y colonias, con el logro de servicios públicos, escuelas, clínicas, hospitales, canchas deportivas, casas de cultura, etc., pruebas incorruptibles y palpables de la lucha y el trabajo del pueblo organizado. Junto con ello, también se ha ganado una caterva de enemigos gratuitos que sienten amenazados sus intereses mezquinos ante la pérdida del dominio que ejercen sobre la gente poco educada o menos consciente y que les reporta cotos de poder o dinero.

Así se explican tantas infamias, calumnias, ofensas, falsedades vertidas por diferentes medios informativos o propagandísticos que buscan desacreditar ante la opinión pública el arduo trabajo que hace permanentemente el Movimiento Antorchista a lo largo y ancho del país, promoviendo el desarrollo y progreso de los pueblos, organizando a la gente, encauzando sus luchas para resolver sus demandas más sentidas, planteando el proyecto de nación que esperamos lograr con una participación activa de las masas trabajadoras. Han sido tan reiteradas las falacias sobre el antorchismo que la gente tiene versiones equivocadas de este gran esfuerzo organizado del pueblo pobre, sin embargo, esto no ha impedido que las filas de Antorcha se sigan engrosando y fortaleciendo con gente humilde y necesitada de resolver sus problemas de pobreza, marginación y hambre.

Los que se sienten amenazados con el trabajo antorchista no se han conformado con calumniarlo, han recurrido también a la provocación, a la amenaza, a la persecución política, a los actos más viles como el secuestro y asesinato. Cuando la denostación abierta o embozada no ha podido hacer válidos los oscuros intereses que esconde han recurrido al crimen como acto desesperado, que, por cierto, tampoco ha servido, ya que, aunque el daño que causan es realmente irreparable nuestra organización y lucha sigue tan viva y más firme que antes.

Los antorchistas en Tlaxcala hemos enfrentado todo este clima adverso y se nos ha hecho cada vez más común el que seamos objeto de calumnias, provocaciones y amenazas. Es el caso de Huamantla, Tlaxcala, donde hace meses, taxistas, comerciantes, colonos, entre otros, dada su ocupación y contacto con mucha gente, conocedores del trabajo antorchista y de sus activistas, nos han prevenido de posibles agresiones en contra de los militantes del movimiento, nos llamaban a tomar todo tipo de precauciones ante un posible atentado que saben se perpetra en contra nuestra. Estas amenazas no habían pasado de ser rumores, de los que siempre hemos estados muy atentos y prevenidos, pero de las que no teníamos ningún elemento de prueba para proceder legalmente.

El domingo 1º de marzo las amenazas finalmente se personificaron en los señores José Pasciano Gabriel Vega, Crisanto, María de Jesús y otros tantos que les acompañaban. Sin más, ese día se acercaron a los compañeros que hacían faena en un lote en la colonia Héroes de Antorcha para acondicionar su capilla, impidiéndoles continuar con su trabajo y con las palabras más soeces de las que fue capaz su estómago, insultaron a nuestros compañeros con la intención de tundirlos a golpes. La provocación fue tan intencionada que la maniobra quedó clara: armarles "bronca" para justificar el linchamiento físico ante "la respuesta violenta de los antorchistas". Nada lograron, los antorchistas identificaron rápidamente el ardid. Nunca presentaron un documento legal ni nombramiento de ningún tipo para acreditar su reclamo, no hay constancia de las afectaciones de las que dijeron ser "víctimas" ni elementos que indique conflicto de carácter personal con los activistas o colonos, simplemente por sus pistolas y con lujo de violencia hicieron gala de su profesión gorilezca.

La cólera de los agresores se debe, entre otras cosas, a que Antorcha reúne y estudia con la gente, que se movilizan ante sus problemas, que realizan faenas para mejorar su colonia, que coopera para la independencia de su lucha y, sobre todo, que se "habla mal de los ricos" (no comprenden que se habla de modelo económico inequitativo). El buen lector puede hacerse un juicio de si las acusaciones son legítimas de hombres de trabajo persiguiendo una mejora sustancial con la pulverización del antorchismo o la demanda de un ente político privilegiado con ambiciones electorales y económicas amenazadas por una organización con base popular.

Continuemos. El señor Gabriel con su gran sapiencia ha descubierto que los males profundos de marginación y pobreza se deben al trabajo antorchista, y él, "comprometido" con abatir los males de los pobres, se ha autoproclamado líder de un nuevo grupo en el que no habrá reuniones, ni tendrán que movilizarse, ni estudiar, ni cooperar, como hay una política de "nada para Antorcha" será él quien otorgue los apoyos y les resuelva sus problemas. Las condiciones del señor son claras: tener el control de la gente "por lo legal o a putazos" limitada sólo a su voluntad que no es negociable ante la opinión de los demás.

De los delirios de dictadorcillo Vega nada hay que decir, allá se las vean él y sus compinches, no así de las amenazas, de la provocación continua, del servilismo a intereses mezquinos que buscan justificar una agresión violenta en contra de los activistas y simpatizantes del Movimiento Antorchista, pues sabemos perfectamente que al clima de linchamiento mediático le sigue el crimen artero. Por tal motivo, demandamos garantías de seguridad a la integridad física de todos los antorchistas en los tres niveles de gobierno, ante los cuales hacemos responsables a Gabriel Vega, Crisanto, María de Jesús y seguidores, como autores materiales de cualquier agresión y exigiremos que las instancias judiciales investiguen hasta dar con los autores intelectuales sobre cualquier atentado pues nos queda claro que detrás de este grupo hay "padrinos" que "asesoran" y dan cobertura "política" a sus desmanes, amenazando abiertamente sabiéndose de antemano impunes.

A la opinión pública le decimos que Antorcha está integrada por hombres y mujeres de trabajo, gente humilde que sufre los males de la pobreza pero que lucha diariamente para erradicarla construyendo un país más justo y equitativo para todos, por lo que no ve en ninguna persona un enemigo. También debe de saber que se intenta justificar una agresión violenta en contra de los antorchistas provocando y amenazando para que la condena pública se cebe en las victimas y no en los victimarios, para que sobre el crimen se ostente la impunidad, situación que jamás apuntara al sentido de justicia que esperamos todos los mexicanos, antorchistas o no antorchistas. A la buena voluntad y digna opinión pública nos atenemos.

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