En este mes de septiembre, de espíritu patriótico e independentista, los jaliscienses estamos obligados a reflexionar profundamente sobre nuestro estado que se encuentra cada vez más sumido en graves y dolorosas carencias, en donde simple y sencillamente a los problemas no se ve para cuando se puedan resolver o mínimamente se pueda pensar que el día de mañana la situación de los ciudadanos con mayores carencias va a cambiar, está sucediendo todo lo contrario, veamos.
En materia de salud. La Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) tiene un déficit del 23.7 %, es decir, 1.8 millones de tapatíos, mismos que viviendo en una de las mejores y más desarrollada ciudades del país, no tienen acceso a la salud por mas incongruente e increíble que esto parezca, pero si pasamos a la zona rural de nuestro estado encontraremos que no sólo en las grandes concentraciones metropolitanas se presenta esta gran injusticia. Miles de campesinos humildes no tienen seguridad social, el día y hora en que sus familias y ellos mismos, llegan a requerir atención médica y medicamentos, acuden a los centros de salud públicas en donde no encuentran ni medicinas ni atención profesional, lejos de mejorar, las cosas empeoran; contrario a lo antes dicho, observamos año con año, que el número de admitidos y rechazados a la facultad de medicina es abismal, contrario a esta tendencia en los pueblos no se cuenta ni siquiera con la atención de un pasante de medicina. El estado sigue estancado en materia de salud y no observamos que por parte de la Secretaría de Salud se de alguna solución a este problema.
En cuanto, al acceso de a los servicios públicos como drenaje, agua potable, electrificación, vías de comunicación y vivienda el panorama no sufre grandes cambios veamos las cifras; el 37 %, o sea, 2,900, 000 ciudadanos no cuentan con pleno acceso a estos servicios públicos, considerados como derechos humanos.
Y si analizamos la seguridad a un empleo digno y bien remunerado nos encontramos con que sólo el 52 % de los ciudadanos en edad de trabajar cuentan con un empleo formal, no omitiendo mencionar que a estos trabajadores les pagan el mísero salario mínimo de 70.01 pesos, siendo el más bajo comparado con países como Estados Unidos, Argentina y Brasil, por ello muchos jaliscienses se ven obligados a malbaratar, en el mejor de los casos, su fuerza de trabajo o a esclavizarse, en los grandes invernaderos, sometidos a infrahumanas condiciones laborales.
Pasemos rápidamente a analizar los datos de vivienda. Tenemos que en el estado sólo el 28 % cuenta con una vivienda digna, mientras que el 72 %, o sea, más de la mitad de la población jalisciense vive en condiciones de hacinamiento, ya sea pagando costosas rentas o de arrimados con familiares o amigos.
Datos suficientes para que en esta época de espíritu independentista y de gran fervor patriótico, todos los jaliscienses que tenemos algún tipo de carencia, nos pongamos a dar el grito, un grito que les diga a nuestros gobernantes que es tiempo de que sus políticas den resultados concretos. Desde aquí compañero antorchista jalisciense; te invito a que estés alerta, el Movimiento Antorchista ha contribuido como a ti te consta, allá en las comunidades y colonias olvidadas por nuestros gobernantes detectando cuáles son las principales carencias y nos hemos dado a la tarea de plasmarlos en un pliego petitorio, pero desgraciadamente no se le ha brindado la atención que requieren los graves y delicados asuntos que allí hemos planteado. Cuáles son estos grandes problemas que el Movimiento Antorchista planteó en su documento petitorio, se tratan de asuntos en materia de vivienda, servicios elementales, empleo, salud. Temas que han sido utilizados por los organismos como parámetros para medir la pobreza de nuestro estado y del país.
De cualquier forma los antorchistas no estamos con las manos cruzadas, a ti te consta que hasta donde hemos podido intervenir estamos haciendo lo que nuestro humilde esfuerzo nos ha permitido. En tu comunidad han llegado paquetes de semilla de maíz mejorada, fertilizante, composta, agua potable, obras carreteras, calles pavimentadas, drenajes, electrificaciones para que de una u otra forma ayudemos, contribuyamos a que tu comunidad cambie sus condiciones de vida, que sea habitable como lo demanda todo ser humano en pleno siglo XXI, pero desgraciadamente no ha sido suficiente. Por eso te invito a hacer los preparativos para que en próximos días, de acuerdo con tu dirigencia local, te traslades a la ciudad de Guadalajara a preguntarle a los Secretarios de Estado qué ha pasado con las demandas, pues a más de tres años que les fueron planteadas, hasta el momento, no han resuelto ni atendido ninguna de ellas. Durante este tiempo nuestros gobernantes nos han repetido, una y otra vez, que ¨no hay dinero que no hay dinero y que no hay dinero¨ la cancioncita desgastada de los políticos encumbrados, quienes en sus campañas prometieron de todo y ya en el ejercicio del poder simple y sencillamente incumplen sus promesas.
Así mismo, te exhorto a que invites a mas compañeros y en contingentes numerosos nos traslademos a la capital del estado a exigir respuestas a los puntos que contempla nuestro pliego petitorio, que abarca un considerable número de colonias, rancherías y comunidades de más de 35 municipios, de los más humildes por cierto del Estado, ya que a pesar de que hemos agotado la larga y tortuosa gestoría con los encargados de atender nuestros asuntos, hasta la fecha los Señores Secretarios de Estado nos siguen dando capotazos, por lo que te reitero la convocatoria para que en el día y la hora que se acuerde, encabeces realmente las demandas de tu pueblo y pongas tu granito de arena para transformar estas estadísticas nada agradables para tan bonito estado, reveladoras para quien ejerce el poder y se hace llamar servidor público.
Te invito a dar el grito, pero un grito de inconformidad, de rebeldía ante la innegable realidad de tu comunidad y decirle al gobierno del Estado que los antorchistas ya no vamos a esperar sentaditos y pacientemente; que estamos decididos a marchar por las calles de la ciudad de Guadalajara y de ser necesario a quedarnos en plantón indefinido, el tiempo que la situación lo requiera, de parte del Movimiento Antorchista no ha quedado. Anticipadamente le pido disculpas a la ciudadanía en general por todos los inconvenientes que nuestro grito de inconformidad pudiera ocasionarles. Como consta no son los inconformes quienes están generando los problemas, las necesidades allí están y los encargados de resolverlas, simple y sencillamente, no actúan, apostándole a que el pueblo se canse y los llegue a olvidar.
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