MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El verdadero Estado morenista

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En la semana que pasó, el gobernador Silvano Aureoles dio un paso muy importante y valiente al señalar lo siguiente: “Todo el corredor del Pacífico lo gana Morena y, ¿quién está detrás de Morena?, el crimen organizado. Qué pensará el presidente de la República después de tanto luchar por la democracia, las libertades y transformar al país y que ahora su partido sea aliado del crimen organizado; porque en los hechos, Morena es un “narcopartido” y es una verdadera amenaza para el país”. A manera de prueba el gobernador Aureoles mostró los municipios en que domina el crimen organizado y señaló que a punta de armas en algunos casos se había llevado la gente a votar y que, como resultado de ello, se podría regresar a un “narcogobierno” en Michoacán con ayuda de Morena. 

La respuesta de Morena no fue un análisis de los elementos expuestos por el gobernador de Michoacán Silvano Aureoles para refutarlos y demostrar lo contrario, no; en lugar de ello, se lanzó una embestida en los medios, del presidente de Morena y del propio presidente de la República. La respuesta, por ejemplo, de Mario Delgado, que está acusado por haber sido el responsable de finanzas en el tiempo de contratación de la línea 12 del metro que colapsó recientemente y que debe aclarar, es una respuesta feroz y amenazante: “es muy difícil que Aureoles Conejo pueda eludir la cárcel”. Ante una grave acusación, Morena responde con una amenaza. Así los tiempos fascistas de Morena. 

Por su parte, el presidente de la república, desdeñosamente, minimizó las acusaciones hechas por Silvano Aureoles y, como siempre, lejos de agarrar el toro por los cuernos, le dijo: “Que pruebe si tiene elementos (…) Lo más importante es que se presenten pruebas, porque si no son noticias sensacionalistas, amarillismo, y ya eso es bastante”; declaró López Obrador.

Para ver la demagogia con la que este gobierno trata al pueblo y, lo peor, que lo hace en nombre de ese mismo pueblo, debemos analizar lo que sucedió el 29 de junio del presente: Silvano Aureoles, alrededor de las 6:50 de la mañana hizo acto de presencia en Palacio Nacional para solicitar que le recibiera el presidente Andrés Manuel López Obrador en la mañanera, después de haberlo solicitado por escrito en más de una ocasión sin recibir respuesta, justo para cumplir con la encomienda de presentar los elementos que demuestran sus dichos. 

Si estuviéramos hablando con un demócrata, entonces, sin duda, el presidente habría recibido a su opositor, escucharía las pruebas presentadas y obraría en consecuencia, pero como no estamos ante un demócrata sino ante un gobierno dictatorial de corte fascistoide, la respuesta fue que “el jefe del Ejecutivo señaló que la conferencia matutina no es la vía para recibir señalamientos y denuncias con tintes electorales. Que porque “hay que cuidar la investidura presidencial””; sin embargo, a eso se dedica el presidente, a hacer señalamientos y denuncias de todo tipo, las electorales incluidas: por ejemplo, recordemos los ataques desde la mañanera a Adrián de la Garza, por sus tarjetas cuando el presidente dijo: “Voy a aprovechar (la mañanera) para hacer una denuncia como ciudadano sobre las elecciones… ¿cómo me voy a quedar callado ante la compra del voto?, ¿cómo no voy a denunciar el fraude electoral si se necesita la democracia? Es una ofensa, es una humillación, es un acto totalmente antidemocrático”, y “si fue cierto, hay que denunciar el reparto de despensas, las amenazas, todo hay que denunciar, ¡estas tienen que ser las elecciones más limpias y democráticas en la historia de México!”. ¿No que “la conferencia matutina no es la vía para recibir señalamientos y denuncias con tintes electorales”? y ni que decir de los ataques que el presidente ha lanzado desde su tribuna mañanera a los órganos autónomos, a las clases medias, a la prensa, a los niños con cáncer que no tienen medicinas ni para comprarlas, a las organizaciones como el Movimiento Antorchista, etc., entonces, ¿cuál investidura se pretende cuidar?

Ahora bien, ¿tiene razón en sus señalamientos Silvano Aureoles? La respuesta no es sencilla ni tampoco puede ser contundente sin que uno conozca las pruebas que intentó presentar el gobernador al presidente; sin embargo, haremos uso de los indicios lógicos que nos permitan llegar a una conclusión de manera indirecta, por ejemplo, no se ha podido viajar al sol y tomar una muestra de los componentes químicos que lo conforman; sin embargo, se sabe que el sol está compuesto principalmente por el hidrógeno y el helio en proporciones del 74.9% y el 23.8% respectivamente y ello se sabe porque existe el análisis espectral que permite conocer la huella digital de los elementos químicos mediante el siguiente procedimiento. Para conocer el espectro luminoso de una sustancia química (simplificando las cosas), se quema y la luz se proyecta a través del prisma, el cual genera un “espectro”, que es la huella digital del elemento incendiado. De esta manera, si ponemos el mismo prisma en la luz solar, podremos ver la huella digital de los elementos químicos que resultan y así, en el laboratorio se quema el hidrógeno y el helio y se puede determinar la huella digital si se quema en las mismas proporciones que en el sol. 

Pues bien, los elementos que podemos proporcionar a la comunidad para decir que lo señalado por Silvano Aureoles debe ser tomado en cuenta son: primero, ningún presidente de México, abiertamente, se había entrevistado en público con algún pariente cercano de algún personaje que pertenece al llamado crimen organizado; sin embargo, López Obrador se entrevistó abiertamente (y lo subieron a las redes) con la señora Madre de Joaquín Guzmán Loera, alias el “Chapo”. Segundo, se ve que le entrega una carta y no se había visto en México que el servicio exterior mexicano negociara la posibilidad de realizar una visita, con principios humanitarios, para que la Madre de Joaquín Guzmán le visitara (no me opongo, de ninguna manera al derecho de ambos, pero llamo la atención pues cuando mi padre, sin Visa, quiso por razones humanitarias acompañar a mi abuela muerta en Estados Unidos, no hubo poder humano que le permitiera despedirse de Doña Librada); tercero, el reconocimiento expreso y público de haber dado la orden de liberar a Ovidio, hijo de Joaquín Guzmán Loera, buscado por la DEA, el FBI y la FGR,  cuando dijo: “yo ordené que se detuviera ese operativo y que se dejara en libertad a este presunto delincuente”. Finalmente, la política de “abrazos, no balazos” es un claro “Laissez-faire” (dejar hacer, dejar pasar) en el mercado de las drogas por una de dos posibles razones: una, por no quererse pelear con los grupos del narcotráfico nacional, o bien, pensando mal, porque cabe la posibilidad de que haya un acuerdo con dichos grupos y, como ahora, donde no hay sucursales del bienestar, se ha instituido que se entregue dinero en efectivo sin reglas claras de operación, ¿qué nos garantiza a los mexicanos que haya una parte de dinero legal y otra que no lo sea? ¿Qué nos garantiza que la compra de voto no haya sido con dinero de dudosa procedencia en la pasada elección?

Son, pues, indicios que no pueden confirmar tajantemente las cosas, pero que indirectamente nos muestran cómo este gobierno no ha combatido al crimen y hasta se burla de las matanzas con risa sarcástica y enfermiza. Se trata, pues, de un estado de violencia peligrosa el que ha instituido el desastroso gobierno morenista. Por lo sucedido, ¿será que, como dice Silvano Aureoles, se está abriendo la puerta a un “narcogobierno”? El tiempo nos ayudará a saberlo.  

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