En el transcurso de la segunda quincena de agosto regresan a clases presenciales aproximadamente en nuestro país más de 33 millones 612,855 estudiantes de entre 3 y 29 años, que estudiarán de forma presencial, después de más de 2 años de pandemia: la matrícula por nivel educativo se divide: educación inicial 284,946; preescolar 4 millones 773,360; primaria 13 millones 920.602; secundaria 6 millones 439,072; media superior 4 millones 187,528; universitario 4 millones 023,414 y posgrados 237,617 alumnos. Esta matrícula variará debido a las consecuencias de los estragos de la pandemia y las pocas acciones de gobierno para reducir los efectos postpandemia, debido a la falta de políticas públicas gubernamentales en el ámbito educativo para evitar el abandono escolar, reincorporación de clases y rezago académico. Esto ha provocado que más de 263,047 niños no asistan a la escuela de entre 6 a 11 años, equivalente a un 2 % del estudiantado; que más de 2.2 millones de jóvenes de 12 a 17 años hayan abandonado el aula por falta de interés, aptitud, requisitos, problemas económicos y familiares, que representa el 16 % del total de la matrícula. El nivel preescolar disminuyo un 13 %, primaria un 16 %, secundaria un 17.2 %, medio superior 7 % y superior un 11 %, al cierre del ciclo escolar 2022. Debido al desastre educativo que trae la SEP, sin saber cómo y con qué resolverlo, todos los problemas educativos a estas alturas no hay diagnósticos serios sobre las afectaciones de los aprendizajes postpandemia, pero podemos afirmar sin temor a equivocarnos que México perdió año y medio en cuestión de aprendizaje, como lo afirman algunos especialistas.
Los costos de los servicios educativos en escuelas públicas de todos los niveles educativos han aumentado, esto es inevitable debido a que muchos servicios de limpieza, mantenimiento, actividades extracurriculares, gastos administrativos y material de limpieza, se tienen que cubrir con cuotas de los mismos padres de familia, sumándole los gastos que se realizan individualmente con cada alumno, uniformes del diario y deportivo, calzado del diario y deportivo, útiles escolares, materiales didácticos, libros auxiliares, transporte, materiales culturales y deportivos. Todo esto lleva a que un alto porcentaje de ingresos económicos de los hogares se destine a los gastos educativos todos los días. Si tomamos en cuenta el alto índice de desempleo, bajos salarios, incremento de precios, aumento de gastos, nos lleva a concluir que muchos niños y jóvenes abandonan la escuela por problemas económicos, entre el incremento de los gastos educativos y los bajos ingresos económicos de la mayoría de las familias, está provocando un colapso educativo del que nadie se hace cargo. Por otro lado, no se ve la mano del gobierno para enfrentar, reducir, abatir la catástrofe educativa que estamos viviendo. La consecuencia de la pésima política educativa gubernamental de la 4T apenas viene, ya lo veremos.
México perdió más de un año de aprendizaje en el nivel básico por el cierre de escuelas durante los dos años, además de tener múltiples problemas, aumento del abandono escolar, caída de matrícula, afectaciones emocionales y afectaciones de aprendizaje, problemas que seguirán presentes en las aulas durante el actual y próximos ciclos escolares. Los docentes saben que la política educativa de la 4T no ha hecho nada, no hay programas que vayan enfocados a rescatar a niños y adolescentes que hayan abandonado la escuela. Sumándole un problema más son los grandes pendientes de la educación pública en México: carencia de infraestructura o está deteriorada, insuficientes becas de educación superior para los jóvenes de escasos recursos, falta de cobertura universal para educación superior, pocos albergues estudiantiles e insuficiente subsidio, falta de bibliotecas escolares y comedores escolares, nula inversión en actividades deportivas, culturales e idiomas. Además, la rehabilitación y reconstrucción de los centros educativos de educación básica con el programa de la Escuela es Nuestra a nivel nacional va muy lento y es totalmente insuficiente, comparado con el mundo de necesidades que tiene, este es una prueba clara de la mala administración y la no priorización de los recursos públicos para invertir en la educación. Una prueba de ello, son miles de escuelas que iniciarán clases sin estar rehabilitadas y reconstruidas sus aulas y áreas educativas.
El cambio de secretario de educación de Delfina Gómez Palacio por Leticia Calderón Amaya, en tiempos difíciles y críticos, donde se anteponen intereses personales y políticos, es una muestra más de que a la 4T lo que le importa es el poder por el poder, menos resolver los grandes pendientes educativos de casi 2 millones de profesores, mas de 33 millones de estudiantes y un aproximado de 255 mil escuelas. Por ello, necesitamos que los millones de docentes, alumnos y padres de familia que estamos siendo afectados por la incapacidad de la SEP para resolver los temas que todos los días nos afectan en las aulas, de forma directa o indirecta, hagan fuerza colectiva y denunciar por todos los medios, esta ocurrencia, incapacidad y carencia de toda estrategia para resolver los agudos problemas nacionales en el ámbito educativo.
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