MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El regreso a clases sólo si hay condiciones

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El pasado 23 de julio el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, anunció el regreso a clases presenciales en todo el país para el próximo 30 de agosto. “Llueve, truene o relampaguee” fue la expresión del mandatario nacional para enmarcar la severidad de su nueva disposición en materia educativa. Dicha instrucción ha causado preocupación, no solo entre padres de familia, maestros y estudiantes, sino en la sociedad en su conjunto. Si bien a todos nos queda claro la necesidad imperiosa del regreso a las aulas, desde la arista que consideremos pertinente analizar, también es importante considerar la situación actual que atraviesa el país con la tercera ola de contagios y con la presencia de la nueva variante Delta.

De acuerdo con los datos estadísticos proporcionados por los organismos de salud, Veracruz lleva registrados, desde el inicio de la pandemia hasta el 16 de agosto del presente año, más de 200 mil casos sospechosos de covid-19, de los cuales 92,399 fueron confirmados y 11,321 defunciones. En los últimos catorce días se han detectado 10,624 nuevos casos y solo el día 15 de agosto 517, dejemos claro que estos son los datos oficiales reportados, habría que considerar que un buen porcentaje de la población no acudió a una institución de salud pública o privada o su diagnóstico fue registrado con otro nombre, llámese influenza o neumonía atípica. En cuanto al semáforo epidemiológico de riesgo en el estado de Veracruz, 131 municipios se encuentran en rojo (máximo riesgo), 74 en naranja (alto riesgo) y 7 en amarillo (riego medio).

El coronavirus SARS-CoV-2 ha experimentado cambios genéticos que le han permitido una mayor transmisibilidad, siendo la variante Delta dos veces más transmisibles que la cepa original, aunado a eso, su propagación tan rápida fue posible por el relajamiento de las restricciones sanitarias en cuanto al distanciamiento social, así como el lento proceso de vacunación de la población. Las aportaciones científicas nos dicen que para poner fin a esta pandemia, una gran parte del mundo debe ser inmune al virus, siendo la forma más segura de lograrlo a través de la vacuna. México, hasta el 16 de agosto reportaba un 22.30% de su población vacunada con esquema completo y un 19.49% con un esquema parcial, es decir, solo un avance del 42.2%.

Ante el escenario descrito, surge la pregunta ¿es seguro el regreso a las aulas?, la respuesta claramente es no. Si a esto le agregamos que la misma OMS, en conjunto con la UNICEF, han establecido medidas necesarias para la apertura de los centros escolares, principalmente los de nivel básico, entre los que se mencionan: adecuada ventilación, aseo diario de salones, aplicación de pruebas periódicas, rehabilitación de espacios, la dotación de los requerimientos necesarios por parte del gobierno y haciendo énfasis en la vacunación de su población, Parecieran medidas muy simples y sencillas de cumplir, sin embargo, la realidad de los centros escolares de nuestros país, nos obliga a pensar que no tenemos las condiciones materiales para un regreso seguro. Veamos, de acuerdo con el informe sobre las principales cifras del Sistema Educativo Nacional ciclo 2019-2020 presentado por la SEP, Veracruz cuenta con 20,856 escuelas públicas de nivel básico de las cuales 6,350 no cuentan con agua potable, 7,432 no cuentan con un lavabo para manos y 4,236 no tienen baños, ya ni hablemos de los daños sufridos por la falta de mantenimiento de los centros educativos y de los robos y saqueos que en este periodo de aislamiento se presentaron. En cuanto a los recursos destinados para los requerimientos necesarios se han limitado a unos kit de limpieza que apenas y servirán para una jornada, además de que no ha llegado a todas las escuelas y si hablamos del porcentaje destinado para la educación, este apenas es del 6.1% del PIB, muy por debajo de lo establecido por la OCDE.

El pasado 12 de agosto la SEP a través de su titular Delfina Gómez, presentó un decálogo para el regreso a clases, en el claramente se les deja la responsabilidad de un retorno seguro a la comunidad educativa (directivos, maestros, padres de familia y alumnos) y obligando prácticamente a los padres de familia a firmar una carta compromiso de corresponsabilidad como una manera de lavarse las manos ante lo que pueda ocurrir. Pero ¿qué se dice acerca de un plan de rehabilitación y equipamiento de espacios? ¿qué se piensa hacer para dotar de los requerimientos necesarios de limpieza a las instituciones? ¿Cuál es el plan de vacunación para la población de 12 años en adelante? Las autoridades simplemente se han quedado mudas, nuestro sistema educativo enfrenta un grave problema de carencia de infraestructura, servicios básicos y equipamiento, si los gobiernos federal y estatal no reconsideran el gasto en materia educativa y lo priorizan, no será posible entregar un escenario seguro a los educandos, al personal directivo, docente, administrativo y de apoyo de las escuelas.

En últimas fechas hemos leído los constantes pronunciamientos realizados por una organización de estudiantes seria y preocupada por la educación de los jóvenes mexicanos, la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (FNERRR), a través de sus voceros y dirigentes nacionales y en el estado, su posición sobre el retorno a las aulas es correcta, para los maestros, padres de familia y sociedad en general, la mayor preocupación es la salud de los niños y jóvenes y por consecuencia la de sus familiares con quienes viven. Por ello, como ciudadanos con una genuina preocupación por la situación de salud que enfrenta el país y el estado, debemos sumarnos a esas voces que exigen mejores condiciones materiales en los centros educativos, para quienes exigen recursos económicos o en especie de insumos de limpieza, pero, sobre todo y más importante, la urgencia de vacunar a los jóvenes. Sabemos que está probado, que los expertos en Asesoramiento Estratégico de la OMS han llegado a la conclusión de que la vacuna Pfizer/BioNTech es apropiada para personas de 12 años en adelante. Así que adelante, no bajemos la guardia, sigamos pronunciándonos por un regreso a clase seguro, es necesario que los jóvenes sean vacunados y que se proporcione los recursos necesarios a las escuelas. Esperemos que las autoridades correspondientes reflexionen sobre las medidas que en materia educativa han tomado y no tengamos que lamentar posteriormente decisiones erróneas.

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