No es exageración, los mexicanos estamos viviendo momentos muy complicados, pasamos por severas crisis en varios e importantes aspectos de nuestra vida cotidiana, como la crisis económica de la que se deriva la de salud y educación, por mencionar sólo tres de las más grandes calamidades que se han agravado en los últimos años y que reflejan la orfandad en que nos tiene el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, por su política neoliberal en el actuar, aunque de palabra todos los días diga lo contrario.
La crisis económica que desde hace meses se manifiesta en la inflación que se incrementa pavorosamente; es decir, en el alza generalizada de los precios, de los que, en particular, el aumento de los precios de los alimentos está haciendo estragos en las familias con menos ingresos, de acuerdo con la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC): “La inflación ha mermado la capacidad de consumo que hacen los mexicanos y tienen que pedir fiado para poder comprar alimentos. Con una inflación de 8.15 por ciento en julio, las personas han tenido que reducir sus compras a medios kilos en lugar de kilos completos en productos como la tortilla y el huevo”; a decir de Cuauhtémoc Rivera, presidente de la ANPEC, “el consumo de tortilla se ha reducido a medio kilo, el huevo ahora se vende por pieza, se registra menos litros de leche vendidos; los embutidos y las carnes también se venden en cantidades menores a medio kilo. Los clientes del 84 por ciento de los pequeños comercios en México piden fiado, el promedio de consumo de los mexicanos se ha reducido en un 50 por ciento en comparación con octubre pasado”.
Lo peor está por venir, no se ha llegado al pico de la inflación y los efectos que dejará este fenómeno económico son: aumento del número de mexicanos que engrosaran las filas de los pobres, por la pérdida del poder adquisitivo de las familias; un comportamiento ineficiente de la economía y; menos inversión por la distorsión que generan las alzas de los precios, según Jonathan Heath subgobernador de Banxico, (Expansión 10 de agosto).
Algunas de las medidas propuestas por el presidente López Obrador para combatir la inflación, como la producción de autoconsumo, es una verdadera patraña. La solución, en este aspecto, es una efectiva política productiva en el campo con grandes subsidios, situación que en la realidad se presenta en sentido opuesto, es decir, cada vez más se recortan y desaparecen los programas de apoyo a los campesinos, lo que se demuestra con la desaparición del apoyo con fertilizantes, por ejemplo.
Pero, la solución profunda radica en el cambio de la política neoliberal que la Cuarta transformación viene instrumentando, por otra, que realmente tenga al pueblo como su prioridad y no como su rehén electoral haciéndole creer que el gobierno gasta mucho en él, cuando las cifras oficiales dicen lo contrario. México en 2020 ya en el gobierno Morenista, destinó al gasto público el 29.1 por ciento del PIB, muy por debajo del 48.3 por ciento que es el promedio de los países pertenecientes a la OCDE; en el rubro del gasto público social del mismo organismo internacional, nuestro país ocupa el último lugar con el 7.5 por ciento contra la media que es del 20 por ciento del PIB.
Lo mismo sucede en lo que a la inversión pública se refiere, somos el último lugar entre los países miembros de la OCDE, en 2021, situación que se vuelve más grave si tomamos en consideración que el mayor porcentaje de esta inversión se destina a las obras faraónicas de este gobierno, sin contar con que en el primer semestre de 2022, el gasto por deuda pública fue superior al gasto programado en educación y salud, el cual se redujo en un 10 por ciento y 2 por ciento respetivamente con relación al año anterior.
Así se explica que en educación exista el 27 por ciento y el 22.8 por ciento de las escuelas que carecen de agua en el nivel básico y medio superior, respectivamente y; que el 15.8 por ciento de los planteles del nivel medio superior no cuenten con sanitarios. La situación se vuelve más complicada porque en nuestro país tenemos más de 7 millones de jóvenes en edad de estudiar en el nivel superior y no lo hacen por distintas razones entre las que destaca, la falta de recursos económicos.
En materia de salud, en 2018 eran 20 millones de mexicanos los que no tenían acceso a este servicio, pero hoy la situación es más grave porque el numero supera los 35 millones, por la desaparición del seguro popular, incrementándose el gasto por familia en este servicio.
Es imperiosa la necesidad de que crezca y se fortalezca la organización y la educación política de los mexicanos más humildes, para constituir una fuerza social capaz de tomar el poder político para cambiar el modelo económico, por uno más justo y equitativo.
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