Ocoyucan se ha convertido en pieza clave de un juego de enriquecimiento, porque colinda con el inmobiliario más importante de Puebla, la zona de Lomas de Angelópolis. Es por ello, que varios actores políticos conocidos se niegan a dejar que el municipio progrese por sí mismo, pues ven en él campo abierto para una jugosa ganancia.
Recientemente, en las elecciones de la presidencia municipal, Rosendo Morales Sánchez, reconocido antorchista en la zona, logró 5 mil 830 votos, quedando muy por encima del panista Jesús Giles Carmona con más de mil 600 votos y del candidato morenista con más de 2 mil votos. Aun habiendo una diferencia abismal, estos partidos, incluido Nueva Alianza que sólo logró 56 votos, realizaron procesos de impugnación fuera de tiempo y con argumentos inválidos. Pese a esto el Tribunal Electoral del Estado de Puebla ya tiene en su poder la impugnación para su análisis.
Ante estas arbitrariedades, el pueblo de Ocoyucan y de Huitzilan, que lleva un caso similar, ha salido a manifestarse a las calles en defensa del triunfo electoral, pero ¿por qué la población defiende con uñas y dientes este proceso?
Vamos pues, que en 2018 las elecciones se vieron envueltas en similitud de violencia y agresiones, sumada a la ola morenista de Andrés Manuel López Obrador, que ha pesar de todo no mermó en la fuerza de unidad que hay en Ocoyucan, ganando entonces con 4 mil sufragios a su favor Morales Sánchez; sin embargo, la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) anuló los resultados debido a la inexistencia de constancias de quién entregó y quién recibió 37 de los 39 paquetes electorales. En consecuencia, se nombró a un Concejo Municipal y se realizaron elecciones extraordinarias de las que nuevamente el antorchista salió triunfador.
Durante el casi año de gobierno del Concejo, impuesto –hay que decirlo- por el partido gobernante en el estado, Morena, la población sufrió una desestabilización económica, varios expedientes de obras cuyos valores eran exorbitantes y no correspondían a la realidad, centenares de personas dadas de baja en programas asistenciales, patrullas destrozadas y deudas de más de 4 millones de pesos en varios sectores.
Esto sumado a los recortes presupuestales estatales y federales, y una pandemia que aún está presente, dejó en la cuerda a la población que esperaba más obras en materia de salud, educación y obra pública. Sabiendo hacer un manejo adecuado se estabilizó en el periodo de gobierno reciente.
Ésta es una poderosísima razón para no permitir nuevas elecciones ni una imposición de otro concejo y, por tanto, para no permitir que se viole la ley con estas impugnaciones. Pero aún hay otra razón que destacar, el progreso que ha tenido el municipio a través de los años, del porqué es reconocido y querido Rosendo, de lo que Antorcha ha logrado en la zona.
Y es que el Movimiento Antorchista llegó a Ocoyucan por allá de 1989, cuando un grupo de pobladores, cansados de los agravios de los caciques del municipio encabezados por gente de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), buscaron el apoyo para hacer valer las elecciones donde por primera vez gente del pueblo se unió y postuló a un candidato suyo, Federico Olivos Merino. Durante esta elección fueron amedrentados y las urnas quemadas.
Es así como luego de una travesía a Tecomatlán y a la ciudad de Puebla, platicaron con un grupo de antorchistas, de quienes destacaron Lisandro Campos Córdova y otros jóvenes quienes organizando a la gente de los pueblos y juntas auxiliares los invitaron a unirse a favor de una lucha que los beneficiaría. Luego de marchas y plantones lograron tomar la presidencia un año después. Es a partir de este momento que comienza una nueva etapa para la población.
Entre las primeras obras se gestionó y realizó la carretera de Chipilo a Santa Clara, cabecera municipal de Ocoyucan, luego, en dos etapas, la presidencia municipal que antes operaba en un domicilio particular, posteriormente vio la luz el Antiguo Camino Real a Santa Clara, hoy camino a la 11 sur de la ciudad.
Desde entonces, el municipio ha cambiado mucho. De acuerdo con datos del Inegi en 1990 había una población de 17,708 habitantes y 2,950 viviendas, de las que solo 300 tenían energía eléctrica y drenaje; en 2020 Ocoyucan tiene 22,249 habitantes y el 97.1% de sus 10,733 viviendas cuentan ya con energía eléctrica y drenaje. Antes la población tenía que emigrar a los municipios vecinos para estudiar, habiendo entonces 1,824 personas con la primaria terminada, actualmente la población que cuenta con la escolaridad básica son 5,424, con escolaridad media básica 4,021 y con un grado de educación superior de 4,619. Hay en Ocoyucan 46 planteles educativos: 16 preescolares, 17 primarias, 9 secundarias, 4 bachilleraros, que han ido consolidándose a la par del municipio y del crecimiento de la zona de Lomas. Antes no había clínicas ni centros de salud, hoy existen 4 centros de salud y 3 casas de salud.
Éstas son las razones más fuertes por las que el pueblo defenderá su lucha, porque la gente sabe del progreso que se ha logrado y de lo que una buena administración, de personas que verdaderamente conocen las necesidades, pueden lograr. El pueblo de Ocoyucan es fiero y se defenderá.
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