Para nadie es desconocido el que la pandemia del coronavirus azota en los días que corren a la inmensa mayoría de los países del mundo y que los datos que reportan las instituciones oficiales de países en Estados Unidos, España e Italia, como son verdaderamente desbastadores, al ser los países con mayor número de infectados. En México, hasta ayer 03 de abril el gobierno federal dió a conocer que hay mil 510 casos confirmados, cuatro mil 653 casos sospechosos, siete mil 822 casos negativos y 50 defunciones, de esto, se ha emprendido una campaña llamando a todos a quedarnos en casa y a lavarnos constantemente las manos, como una forma de contener los contagios, señalando que los próximos 15 días son los decisivos, por lo que es necesario que se atienda el llamado.
No hay duda que dichas medidas son correctas y su acatamiento depende el que no se dispare el número de infectados, así como el de muertes, sobre todo si tenemos en cuenta que el servicio de salud en nuestro país es sumamente deficiente y el poco interés del gobierno de la 4T para mejorarlo.
Sólo a manera de ejemplo, el pasado lunes 23 de marzo, médicos de la clínica T-51 del Instituto Mexicano del Seguro Social en León, Guanajuato, se manifestaron para denunciar la falta de insumos para poder enfrentar la pandemia. Una semana después, el martes 31 de marzo, personal de la clínica T-58 del mismo municipio, también exhibió la carencia de material médico para afrontar al Covid-19. Casos como estos hay en toda la entidad, así como a nivel nacional, donde los doctores se han manifestado para exigirle al gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador, dote del material necesario para atender a los enfermos de coronavirus.
Por otro lado, es necesario recalcar que los también afectados con esta contingencia son los pobres de México, al no contar con los servicios básicos en sus horas, principalmente el agua potable, necesaria, hoy más que nunca en esta pandemia donde la gente se debe de lavar frecuentemente las manos, así como desinfectar sus hogares. Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el 43.4 por ciento de la población en Guanajuato se encuentra en situación de pobreza, lo que significa que dos millones 587 mil gentes no cuentan con lo indispensable para vivir y de éstas, 712 mil gentes no tienen servicios básicos como agua potable, en sus hogares.
Ahora en relación al empleo, el 50.4 por ciento de guanajuatenses se crean en la informalidad, por lo que los trabajadores carecen de un salario fijo y no tienen prestaciones laborales. La pregunta obligada es, ¿de qué va a vivir esta gente durante el mes que se está marcando el distanciamiento social? Es decir, los guanajuatenses, así como muchos mexicanos, se encuentran ante la disyuntiva de "o me muero por el coronavirus o de hambre por no trabajar".
Es importante señalar, que ambos problemas, la falta de servicios básicos en una buena parte de las comunidades del estado, así como la del país, y la falta de empleos formales para la inmensa mayoría de los mexicanos, no son problemas que surjan ahora con la pandemia. ¿Pero cómo resolver el problema?
El Movimiento Antorchista, desde hace 46 años, viene trabajando para erradicar la pobreza, lo cual es posible y más si México se encuentra entre las 15 economías más prósperas del mundo, pero también es una de las sociedades más injustas y desiguales, pues la riqueza producida por el pueblo trabajador se concentra cada vez más en unas cuantas manos, mientras la inmensa mayoría está indefensa y sufre todos los días los embates de la pobreza. Los recientes acontecimientos están urgiendo la necesidad de construir una nueva sociedad a nivel mundial y, por lo tanto, también en nuestro país.
Una nueva sociedad donde el interés primordial sea garantizar un nivel de vida más justo y más humano para todas las personas. Hay que destacar la actitud fraterna y solidaria de Cuba, país que ha sido víctima del más salvaje bloqueo económico por parte del imperialismo norteamericano y que al día de hoy ha enviado médicos a más de 45 países para salvar vidas humanas, "un ejército de batas blancas recorre el mundo"; también hay que señalar la colaboración que viene dando China y Rusia ante esta pandemia, como prueba de que el hombre educado es solidario y fraterno.
Por tanto, la tarea que nos hemos echado a cuestas los antorchistas, sigue estando vigente hoy más que nunca, por lo que hay que redoblar el paso en la labor de organizar y educar a los desposeídos de nuestro país, haciéndole ver que la única posibilidad de acabar con esta injusta situación será cuando verdaderamente sea el pueblo trabajador quien gobierne y mandemos al bote de la basura de la historia a los mesías y corifeos que ya mostraron que no son capaces de llevar a México por el progreso y bienestar para todos, sino al contrario, en más de un año, tienen al país al borde del colapso.
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