MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El peligro de la Tercera Guerra mundial y cómo podemos conjurarlo

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Todo mundo habla de ese peligro, en las redes sociales esa etiqueta “Tercera Guerra Mundial” es tendencia global y del verdadero peligro de que la humanidad entre en semejante conflicto, el cual no sería muy difícil evitar que se convierta en conflagración nuclear, de la que nadie saldría vivo, es tema de muy diferentes interpretaciones y comentarios, que van desde las teorías conspirativas, pasando por las fantasías de los amigos de la superstición y de las historias de extraterrestres, hasta los ensayos serios y responsables.

El tema es muy amplio y no es sorprendente que se haya “viralizado”, tal y como esto quiere decir, es decir, que sea tema de comentario general, casi siempre sin comprender el verdadero fondo del asunto ni tener información certera o confiable, que es, además, escasa y está rodeada de neblina, pero esa falta de información no impide, y tal vez hasta garantiza, que se popularice y vulgarice, haciendo aún más difícil dilucidar lo importante del asunto.

Por supuesto que este espacio no permite agotar el tema, pero me parece urgente dar a mis compañeros Antorchistas, que son obreros, campesinos, amas de casa, estudiantes humildes y personas de la tercera edad, unas ideas que les puedan servir como pasamanos para transitar en este asunto, si quisieran llegar a su esencia y saber la verdad.

El peligro es real, los buitres del mundo capitalista viven de los negocios y la Guerra es uno de los más lucrativos y, en esta etapa de crisis del capitalismo y del imperialismo, es urgente promover la Guerra. A los poderosos negociantes de armas y demás menesteres para la guerra solo les interesa que haya guerra y no les importa que gente inocente muera (alguien debe morir en la guerra, mientras no sea ellos mismos), ni les importan las causas; cuando los políticos defienden la guerra hablando de la “democracia” y “el mundo libre” mienten descaradamente, a ellos solo les interesa la venta de armas, pero eso no lo pueden decir y, así justifican la guerra con esas supuestas causas, acusan a las naciones a las que se quiere agredir diciendo que estas o sus líderes “atentan contra esas libertad y democracia”, que tienen “armas de destrucción masiva” y argumentos similares.

El peligro crece en el conflicto en Ucrania, que no inicio con la intervención militar por parte de Rusia en 2022, sino desde 1991 cuando las dos Alemanias (occidental-capitalista y oriental-socialista) se fusionaron, después de un acuerdo entre los presidentes de Rusia (Mijaíl Gorbachov) y el entonces secretario de Estado (James Baker) de que la OTAN no avanzaría «ni una pulgada» hacia el este. El acuerdo se rompió y desde entonces la organización militar atlantista a avanzado hasta tocar ya las fronteras con Rusia.

Pese a todos los intentos del actual mandatario ruso, Vladimir Putin, para hacer entrar en razón a los líderes occidentales para cumplir sus acuerdos y  evitar cruzar las famosas “líneas rojas”, es decir, los límites expresos de rusia para que los demás países entiendan a partir de donde se afecta su seguridad y deben evitar cruzar esas líneas, sus intentos fueron vanos y la OTAN, con los Estados Unidos a la cabeza ha amenazado a Rusia, ha cruzado las líneas y puesto en peligro, bajo conocimiento de causa de que así lo hacía la seguridad del país eslavo y provocando así a una respuesta militar. 

La gota que derramó el vaso fue la intervención de Estados Unidos en el golpe de estado en Ucrania en el año 2014 y el empoderamiento de sus títeres, apoyados de manera descarada por grupos neonazis, minoritarios pero agresivos y envalentonados por el Imperio Yanqui. Los años siguientes fueron de empoderamiento de los grupos nazis, el inicio de una nueva campaña de racismo, segregación y persecución en contra de los ciudadanos de ascendencia rusa, la prohibición de todo lo ruso (idioma, costumbres, cultura, etc.), pero sobre todo, la instalación de laboratorios biológicos, y bases de lanzamiento de armas que incluían la posibilidad de lanzar misiles nucleares, y traer a la memoria en los medios de comunicación las viejas intenciones del imperio capitalista de ahogar en sangre a la naciente patria socialista, de la que Rusia es heredera orgullosa. 

No es historia conspirativa, está bien documentado el plan de los lideres de Inglaterra y Estados Unidos de desbaratar a la Unión de Repúblicas Socialistas y Soviéticas (URSS), para lo cual ya tenían la lista de ciudades en que lanzarían cientos de bombas nucleares. Recordemos que el único gobierno que ha lanzado estas terroríficas armas contra ciudadanos inermes son los Estados Unidos, de lo que nunca se arrepintieron, y si no pudieron lanzarlas contra la joven república proletaria fue por que, cuando quisieron, la URSS ya tenía sus propios artilugios nucleares para responder. Esa es la famosa disuasión nuclear y es la única razón por la que Rusia tiene esas armas.

Rusia tuvo que intervenir para defender a su pueblo, a los ucranianos de ascendencia rusa y a los que hoy habitan su propio territorio, pues el peligro de que el Imperio Yanqui se animara a iniciar el bombardeo contra Rusia a través de Ucrania se estaba ya preparando y era inminente; no podían quedarse cruzados de brazos ante semejante peligro. Rusia no quería ni quiere la Guerra, y si tuvo que iniciar la operación militar especial es porque el imperio Yanqui y la OTAN lo obligaron. 

Después de eso, los imperialistas de la OTAN y la Unión Europea, encabezados por los Estados Unidos y su presidente Joe Biden se han encargado de ir escalando el conflicto hasta la situación actual en que ser habla ya de la mencionada Tercera Guerra Mundial. El peligro no es Rusia, sino el llamado “occidente colectivo” es decir, el imperio Yanqui.

El peligro púes, compañeros, es real y es por parte de los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN. Es mentira que Rusia tenga pretensiones imperialistas (de conquistar o invadir otras naciones) y es mentira que pretenda usar armas nucleares. Eso lo quieren hacer los buitres, no las naciones) de Inglaterra y los Estados Unidos y sus aliados de la Unión Europea. 

¿Cómo lo podemos evitar? De eso hablaremos en otra ocasión, pero les adelanto que la única fuerza que puede detener y atar de pies y manos a los guerreristas que quieren hacer volar al mundo, es el pueblo, son los trabajadore de cada nación quienes deben unirse y organizarse para, entre otras cosas y urgentemente, detener a su lideres imperialistas asesinos y salvar a la humanidad.


 

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