En estas fechas, cuando el año está por terminar. En medio de las protestas generalizadas y justificadas, bien a bien, por los legisladores de partidos de oposición hacia Morena y sus aliados, se aprobó finalmente el sábado 13 de noviembre el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el año 2022 por los diputados federales, aconteciendo exactamente lo mismo que ocurre año con año desde que gobierna López Obrador. Se aprobó el gasto propuesto por el presidente del país para el año siguiente, tal como lo envió para su aprobación, sin quitarle ni una coma, por la bancada morenista, apoyado por sus partidos aliados, el PT y el Verde, conformada por diputados levantadedos, bien controlados (¿vendidos?) y dóciles al poder ejecutivo. De nueva cuenta echaron las campanas al vuelo las huestes que apoyan al gobierno lopezobradorista desde 2018.
Por cuatro años consecutivos se les niega tajantemente a las comunidades y colonias más pobres y olvidadas de México el derecho constitucional que tienen de ser dotados de servicios de primera necesidad, como agua potable, drenaje, caminos, clínicas, apoyos a la vivienda, electrificación, pavimentación de calles y otros más, como construcción y mantenimiento de escuelas, canchas deportivas, auditorios para reuniones de la comunidad, servicios que el gobierno está obligados a proveer a los más necesitados de nuestro país. Pero no son los únicos rubros disminuidos, también han salido afectados, los servicios de salud, los niños con cáncer, el apoyo al campo, la investigación científica, las instituciones autónomas como el INE, etc., etc.
Antes del régimen morenista del presidente López Obrador que prometió a todo pueblo el oro y el moro. Antes de la mal llamada Cuarta Transformación, mediante la lucha organizada se conseguían a través de PEF la construcción de obras y servicios, que abonaban al progreso de las comunidades, obras palpables que se tocaban con las manos por parte de los beneficiarios. Todos estos beneficios se fueron al pozo en esta “¿Cuarta Transformación?” Ahora, con el pretexto de una política dizque “anticorrupción” el gobierno morenista ha eliminado todo recurso para resolver los servicios más elementales de los mexicanos, a esto se le llama “tirar al niño con todo y agua sucia de la bañera”. Si la intención fuera verdaderamente acabar con la “corrupción”, que por lo que se ve no es la intención de morena, solo recordemos el caso del reciente escándalo de corrupción en la boda de Santiago Nieto, ex titular de la UIF, o el caso de Pío y los hermanos y familia del mismo presidente, solo por mencionar algunos de los múltiples casos de corrupción del gobierno de López Obrador. Si se actuara con inteligencia se debería acabar con la “corrupción” y no cancelando el recurso que servía para dotar de servicios a las zonas más pobres del país.
Los grandes favorecidos en el presupuesto como era de esperarse, igual que en 2019, 2020 y 2021, fueron las obras capricho del presidente: el tren maya con más de 63 mil millones de pesos, 68% más que en el año anterior, y, con más de 29 mil millones de pesos, 70% más, la Guardia Nacional, que viola derechos y mata a migrantes.
El pueblo además de ser castigado por lo arriba expuesto, debe cargar con la inflación, la más alta en los últimos años, con un aumento de la canasta básica de hasta 6.24%, cuando hace un año era de la mitad, 3.15%. A los mexicanos nos queda el derecho de salir a las calles de manera organizada a exigir una y otra vez sin cansarnos jamás, los servicios y la solución a nuestros problemas. Y votar en 2024 para sacar del poder a quienes están incendiando nuestro país, pues Morena es una desgracia para México.
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