De acuerdo a la última actualización del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señalo que la inflación incrementó, de nueva cuenta, durante la primera quincena de febrero. Especialistas en economía ya habían señalado que la inflación llegaría a un 7.1 por ciento, pero en este segundo mes del año alcanzó un 7.22 por ciento.
Dicha situación a provocado, en primer lugar, que el Banco de México (Banxico) eleve la tasa de interés de referencia, lo que provocara se incrementen los intereses cobrados por los bancos e instituciones financieras, lo que afectara a miles de usuarios. De igual manera, se ha registrado un incremento de precios en frutas y verduras, que subieron un 18.5 por ciento; los productos agropecuarios, que se elevaron un 15.9 por ciento; y los productos pecuarios, que han tenido un alza de 13.72 por ciento. No debe perderse de vista los elevados precios del gas LP y la gasolina de bajo octanaje que han alcanzado aumentos de hasta el 3 por ciento.
México no había vivido un aumento de precios tan alto desde hace 20 años y el incremento de los precios de la canasta básica han golpeado durante el bolsillo de los mexicanos y el incremento que se ha hecho a los salarios en el país ha quedado anulado y los trabajadores han perdido poder adquisitivo, que afecta directamente la compra de alimentos. No hay duda, las políticas económicas del gobierno de la cuarta transformación han sido devastadoras para las familias mexicanas y han generado 4 millones de nuevos pobres.
Ahora bien, un estudio reciente titulado “El mercado laboral al cierre de 2021”, del organismo ´México ¿cómo vamos?, que integra datos del INEGI y del CONEVAL, en el que se analizan las brechas que existen en los indicadores económicos del país, señala que, el crecimiento que se ha registrado en Guanajuato no esta llegando a la mayoría de las familias del estado, ya que cuatro de cada diez personas que viven en la entidad no cuentan con los suficientes ingresos para adquirir la canasta básica alimentaria, lo que significa que más de 2 millones 500 mil personas viven en pobreza laboral.
Antes de la pandemia Guanajuato (primer trimestre del 2020) presentaba una pobreza laboral del 35.5 por ciento, la cual creció hasta 8.6 por ciento al cuarto trimestre del 2021, hasta llegar al 40.8 por encima de la media nacional, ocupando el lugar 12 en el ranking nacional. Debe entenderse como pobreza laboral a que el ingreso de una familia no alcanza para que cada uno de sus integrantes acceda a los productos de primera necesidad, que oscila en los mil 900 pesos mensuales, por lo que una familia de cuatro integrantes necesita al menos 7 mil 600 pesos cada mes.
Se debe tener en cuenta que, el 55 por ciento de las personas que tienen empleo se encuentran en el sector informal, es decir, son laboralmente vulnerables por la naturaleza del negocio para el que trabajan, o su vinculo laboral no es reconocido por su fuente de trabajo y en consecuencia carecen de prestaciones y de servicios de salud. Y de acuerdo a cifras oficiales al cierre del 2021 había casi 110 mil personas desempleadas, lo que agrava la situación.
Esta situación, debe ser un llamado de atención para el gobierno estatal. Si bien, la política económica federal afecta la situación en el Estado, es necesario incrementar la cantidad de empleos formales y al mismo tiempo, se debe buscar que haya un incremento en los ingresos de la población, sin perder de vista, la urgencia de invertir en la infraestructura de la mayoría de las comunidades. Se deben implementar políticas públicas que permitan a todos los trabajadores acceder a empleos mejor remunerados, a prestaciones laborales y a los servicios de salud. Y aunque para nadie es desconocido que la Federación ha restringido recursos al Estado, se debe demostrar que hay sensibilidad y conocimiento para eficientar los recursos públicos para que haya un verdadero progreso y bienestar en las familias guanajuatenses. O de lo contrario, tendremos que aceptar que “Tan malo es el pinto como el colorado” y entonces no habrá más remedio que concluir que para ambos niveles de gobierno la lucha por erradicar la pobreza solo esta en los discursos oficiales.
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