Estando tan cercano el mundial de fútbol, hay quienes nos preguntamos ¿qué dinero mueve al fútbol? ¿De dónde viene tanto dinero? En 2021 se anuncia que el fondo de inversión británico CVC (CVC Capital Partners) el cual es un fondo de inversión británico fundado en 1981 que ha adquirido paquetes de acciones de diversas instituciones deportivas, ya sean clubes o competiciones en sí y que aporta según los expertos 2,700 millones de euros a “LaLiga”, la sociedad que gestiona la primera división del fútbol español, de la cual pasa a ser dueña; y es que el capital que circula en el mundo del fútbol tiene muchos orígenes, se observa la presencia de numerosas nacionalidades en las distintas directivas de los equipos que conforman el fútbol, en especial, el europeo. (Red Digital 24 de noviembre de 2021)
Hoy se puede decir que el fútbol, en cuanto al número de espectadores ya ocupa el lugar del deporte rey, aunque otra disciplina sea llamada así (béisbol). Su práctica se ha extendido entre niños y adultos en todo el planeta, además, sus competiciones acaparan la atención de millones de aficionados. Inclusive los llamados equipos históricos dejan huella en la cultura de algunos países, cuyas formas de vida, seguramente, serían muy diferentes si no hubieran tenido contacto con este deporte, algunos ejemplos de esto último son Brasil o Argentina.
Además, como actividad que mueve a tantos millones de personas en todo el mundo, de la misma forma, impacto sobre la economía. Por ello, lo que fue un pasatiempo de la aristocracia inglesa hoy es un negocio global que genera, aproximadamente, unos doscientos mil millones de dólares al año, como ejemplo tenemos que, en España, el fútbol profesional genera el 1.37 por ciento del PIB en el país, así como cerca de 185,000 empleos.
En Inglaterra ocurre algo similar, pues la Premier League británica, además de sumar al PIB más de 9,000 millones de euros anuales, genera más de 100,000 empleos en el país. Todo esto impulsa al evento del mundial.
En sus orígenes, los clubes de este deporte tenían escasos ingresos, los cuales provenían de las cuotas de sus afiliados o socios, hoy eso se mantiene, incluso se ha desarrollado con la construcción de grandes estadios y la venta de entradas para los partidos. Actividades como la venta de la publicidad, la cual genera millones en todo el mundo, beneficiando especialmente a los equipos que son más conocidos y que por ello pueden ganar más aficionados; incluyendo los de otros países, otro ingreso importante es la afluencia de patrocinadores, que permite vender derechos de transmisión, los cuales, en algunos casos, llegan a venderse a precios muy elevados, sobre todo aquellas marcas mundialmente conocidas y que desean aparecer no sólo en la camiseta del equipo.
Si a esto le agregamos a las emisoras que compran los derechos para retransmitir y vender espacios publicitarios para que las empresas interesadas puedan anunciarse, como ejemplo tenemos a la Premier League inglesa, cuyos derechos entre 2016 y 2019 se vendieron por 5,100 millones de libras para el mercado doméstico, a las que hay que sumar otros 3,000 millones para el mercado exterior, algo así como 185 millones de pesos mexicanos y ya no hablamos de la venta de futbolistas, que en sus volúmenes de negociación han crecido exponencialmente, tan grande es el negocio que algunos clubes superan el valor de mercado a muchas empresas que cotizan en la bolsa. Pero esto no es exclusivo del viejo continente, en México, clubes como el Santos Laguna, el Atlas o el Atlético San Luis, también son propiedad de inversores privados.
Pero ¿por qué hay personas dispuestas a gastar tanto dinero en una actividad que puede parecer tan poco segura como una competición deportiva? Y es aquí donde los inversores ven el valor futuro ya que, en el mundo del deporte, donde los resultados nunca están asegurados y dependen de factores ajenos a la economía como la técnica, el sacrificio o la disciplina de los jugadores, lo verdadero es que más que estas consideraciones, es la estimación de los ingresos futuros generados por ese esfuerzo lo que sigue despertando el interés de grandes y pequeños inversores en todo el mundo, por eso al comprar una camiseta del equipo favorito, ver un partido por la televisión o ir al estadio y gastar 200 mil pesos en Qatar para ver que la selección no pasar del quinto partido, estaremos contribuyendo a ese valor futuro, donde los beneficiados son otros y a los aficionados sólo les queda la satisfacción de decir fui al Mundial, todo esto hablando en términos económicos.
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