El sábado pasado en San Pedro de las Colonias, Coahuila, el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró en torno a las elecciones que se avecinan que el que llega al poder tiene que cumplir, pues si no lo hace así, se corre el riesgo de que la gente no vuelva a votar por el partido, pero muchas de sus promesas no han sido cumplidas.
Conminó a todos para hacer a un lado lo que se practicaba, la repartidera del frijol con gorgojo, de despensas, de dinero en efectivo, etc. Dijo que esas prácticas se deben de ir al basurero de la historia, dijo que hay que dejar el legado a las nuevas generaciones del hábito democrático. Señaló que las elecciones deben ser limpias, pero el gobierno de la 4T ya inició la repartición de dinero.
Las declaraciones del presidente se realizan en el marco de un evento en el que se hace entrega de las becas “Jóvenes Construyendo el Futuro”, en el cual la secretaria del trabajo, Luisa María Alcalde, detalló que a la fecha han participado en el programa 1 millón 700 mil aprendices, de los cuales 411 mil se encuentran capacitándose. Los aprendices están recibiendo una beca de 4 mil 310 pesos este 2021.
Lo cual contrasta sobremanera con lo que recientemente informó la Auditoría Superior de la Federación, en ese informe salió a la luz pública una serie de irregularidades detectadas con motivo de la aplicación de este programa, se detalló que en los listados aparecían personas que ya habían fallecido, que una suma de 183 beneficiarios de este programa recibió la cantidad de 2.5 millones de pesos, se dijo que una parte de los recursos destinados a este programa se había utilizado para gastos diversos de funcionarios públicos como coffee break, viajes al extranjero de alguna funcionaria, etc. Casos de corrupción que no han sido esclarecidos ni castigados en consecuencia.
El contrasentido de las aseveraciones del presidente saltan a la vista, mientras hace un exhorto para que las próximas elecciones sean limpias, para que se evite las prácticas de la compra del voto, el primer mandatario promueve su imagen como el gran demócrata, se da golpes de pecho al decir que el pueblo tiene las riendas del poder y al mismo tiempo hace gala de uno de sus programas más emblemáticos “Jóvenes Construyendo el Futuro”, mediante el cual está repartiendo dinero justo en la víspera de las elecciones, un programa mediante el cual se han desviado recursos del erario público sin que los responsables hayan sido investigados y procesados judicialmente, tal como lo exige la más elemental congruencia entre el dicho y el hecho. El gobierno de la Cuarta Transformación se llena la boca hablando del combate a la corrupción, de acusar a sus adversarios políticos de todo tipo de delitos, incluso sin presentar pruebas de esas acusaciones; sin embargo, cuando se trata de políticos adheridos a Morena y de los funcionarios de la 4T se hace el desentendido y no actúa en consecuencias.
Justamente las medidas tomadas por el gobierno federal desde su arribo al poder político de la nación, todas ellas, han sido encaminadas a ganar las elecciones que se llevarán a cabo el próximo 6 de junio en todo el país, lo que pretende es asegurar su predominio en el Congreso de la Unión y en las distintas entidades federativas. La eliminación de los programas sociales, tales como el Prospera, los comedores comunitarios, las guarderías infantiles por mencionar sólo algunos, la desaparición del Seguro Popular, la eliminación del ramo 23 del Presupuesto de Egresos de la Federación, la reducción del presupuesto a estados y municipios y la desaparición de los fideicomisos, todo con el propósito de concentrar esos recursos en sus programas de apoyo a los adultos mayores y de “Jóvenes Construyendo el Futuro”, el reparto del dinero entre adultos mayores y jóvenes para asegurarse los votos en esta próxima elección; ¿dónde queda su recomendación para que las elecciones sean limpias? ¿Dónde queda su recomendación de no comprar votos con despensas, frijoles con gorgojo y demás?
Una vez más, la hipocresía, la mentira sin preámbulos de ninguna especie, el burro hablando de orejas, llama a dejar las prácticas sucias para la compra de votos, las que fueron utilizadas en el pasado y que supuestamente ahora ya no se utilizan ni se deben utilizar porque según el presidente el pueblo tiene la rienda del poder, porque ahora sí somos un país democrático. No obstante, eso no impide que el gobierno de la Cuarta Transformación si utilice el dinero del pueblo en los programas que le aseguraran los votos que lo consolide en el poder, que con los impuestos que pagamos los mexicanos se les paga a los “Servidores de la Nación” para que sean ellos quienes manejen los programas y ellos decidan a quien si se va a apoyar y a quien no.
Por último, es cierto lo que dice el presidente, a saber: si el candidato una vez que llega a asumir el cargo para el que fue electo y no cumple con sus promesas, irremediablemente perderá credibilidad y la gente no volverá a votar por él ni por el partido que lo postuló. Esa es la razón de fondo por la que fueron suspendidos todos los programas y en su lugar se destinaron recursos para la compra disimulada de votos, a través de la repartición de dinero entre jóvenes y adultos mayores, porque los candidatos electos no cumplen sus promesas de campaña.
Los mexicanos debemos recordar las promesas de Morena y de Andrés Manuel López Obrador durante su campaña electoral; recordar que no sólo no ha cumplido, sino que, por el contrario, ha llevado al país a la ruina, sus políticas erradas han provocado un fracaso estrepitoso en materia de salud, en materia de educación, la debacle en la economía y generación de empleos, todo en perjuicio del pueblo trabajador. ¡En las próximas elecciones ni un voto a Morena!
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