Chimalhuacán es un municipio ubicado al oriente de la zona metropolitana del valle de México, lugar al que se le consideró como el territorio urbano más pobre del país, debido al grave atraso social que atravesó por el manejo corrupto y mezquino de la mayoría de sus ediles antes del año 2000.
Fue gracias a la lucha, trabajo y gestión del pueblo que se organizó en las filas de Antorcha que, a partir de 1988, comenzó a soñar con un lugar digno para vivir, logrando cambiar significativamente la vida de la gente en los 21 años que ejerció el poder del ayuntamiento (2000-2021), dando batallas históricas para transformar radicalmente el entorno social de la comunidad.
Antorcha, en 21 años de gestión, llevó a Chimalhuacán de ser el municipio más marginado del Estado de México a convertirse en un modelo de desarrollo y modernidad en la región.
Fue así como en las elecciones federales del año 2000, una especie de alternancia nacía en el México del nuevo milenio, ganando la presidencia de la república el Partido Acción Nacional (PAN), que mantuvo el poder durante dos sexenios, lo que significó un descalabro para la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que ejerció el poder en poco más de 72 años, síntoma de la desilusión de la población por ese partido.
Sin embargo, como dicen en mi pueblo, “lo que rápido empieza, rápido acaba”, y es que, al regreso del PRI en 2012, le bastó un sexenio para acabar de perder el prestigio que le quedaba, para ser sustituido por el morenato, que a la fecha ya aseguró su segundo periodo al frente del poder federal, además del control del Congreso de la Unión y 24 gobernaturas.
Saco a colación este breve resumen con la finalidad de entender que, a nivel federal, las cosas han cambiado drásticamente y, por lo tanto, Chimalhuacán no es un caso aislado.
En el año 2000, mientras se vivía la efervescencia del cambio con el PAN, en nuestro municipio Antorcha se hizo de la alcaldía, y esto debido al gran enojo de la población que existía hacia personajes que hoy ya no vale la pena mencionar, pero que hicieron mucho daño; personajes que delinquían abiertamente y de manera impune, con la venia de políticos encumbrados en altas esferas del gobierno del Estado de México (GEM).
Hoy, muchos funcionarios que están en el ayuntamiento morenista de Xóchitl Flores Jiménez y su esposo Miguel Benito Pérez son los mismos que alentaban en el año 2000 a desconocer el triunfo antorchista e imponer una “junta de gobierno”, y además llamaban a generar caos el 18 de agosto, fecha en la que tomó posesión el ayuntamiento del Gobierno que encabezó el maestro Jesús Tolentino Román Bojórquez, líder histórico y moral de nuestro movimiento en el Edomex, y al que siguieron gobiernos de continuidad, autodenominados gobiernos del nuevo Chimalhuacán, teniendo el gran mérito de haber sacado del rezago social y la marginación a Chimal en tan solo 21 años, llevándolo a un polo de desarrollo de la zona centro de la república mexicana.
En este sentido, se conoce que el municipio, tan solo en el año 2008, sufría un rezago de por lo menos 20 años:
“…una región o municipio marginado es aquel que no puede cambiar su situación por medios propios y necesita ayuda de los gobiernos federal y estatal (…) Chimalhuacán es el municipio más marginado de la entidad”, mencionó el académico Abel Pérez Zamorano, egresado de la London School of Economics and Political Science (La Jornada, 25 de febrero, 2008). Por eso, se respalda el gran mérito del proyecto de gobierno de Antorcha, que estructuró una serie de políticas que fue aplicando en 21 años. La gran mayoría de la ciudadanía de buena fe sabe perfectamente las condiciones en las que estaba la localidad: calles polvorientas de tierra salitrosa en tiempos de calor y con lodo pantanoso en época de lluvia.
No había servicios básicos; es decir, no había agua potable; la red de drenaje eran los canales a cielo abierto que cruzaban las calles principales. Se sabe que, cuando el maestro Tolentino llegó al ayuntamiento, sólo existía una patrulla, no existían herramientas para empezar a trabajar.
Caso distinto a lo que pasó en el 2022, cuando el gobierno antorchista dio una muestra ejemplar de civilidad política en la entrega-recepción de la infraestructura, material y parque vehicular al gobierno entrante de Morena.
“En la década de los setentas, el entonces presidente Luis Echeverría sacó del rezago a Nezahualcóyotl e introdujo servicios básicos. En los noventas, Carlos Salinas hizo lo propio en Valle de Chalco, localidad que tenía trece años de haber sido fundada. Chimalhuacán, con más de 180 años de existencia, sigue en espera”, palabras del periodista René Ramón (La Jornada, 25 de febrero, 2008).
Tenía razón el comunicador, pues Neza y Valle de Chalco fueron intervenidos por presidentes de la república, y les tomó 61 años en el caso del primero y 30 años en el segundo para ser lo que son hoy.
Contrastando totalmente con lo que hizo un Gobierno municipal en 21 años, que sin ayuda del manto secular federal posicionó a la demarcación como la “Atenas Mexiquense”, enseñando al pueblo a alzar la voz y exigir sus derechos ante gobiernos de todos colores, una enseñanza genuina del movimiento.
Por eso, tengo la certeza valiente de que los argumentos nos respaldan: Antorcha le cambió la vida a Chimalhuacán para bien.
Hoy, el poder le favorece a Morena. No es un secreto que lograron la hegemonía que tienen gracias a la compra corrupta de conciencias, de hacer trampa, de aliarse con mafias.
Todos lo sabemos, ellos lo demuestran con sus hechos. Hegel, el gran filósofo alemán, decía que “todos los grandes hechos (y personajes) de la historia universal aparecen dos veces”.
El maestro Marx le complementó añadiendo que “una vez como tragedia y otra como farsa”. Por eso, así como terminó desquebrajado el Prian, la historia se repetirá y es muy probable que la caída de Morena sea de peor manera.
Quizás los más jóvenes no lo sepan, pero quiero decirles que Chimalhuacán tiene, gracias a Antorcha, calles pavimentadas, sistema de drenaje, agua potable regular, complejos deportivos con pistas de tartán y albercas, teatros de primer nivel, red eléctrica, miles de árboles que aún sobreviven, educación básica hasta superior con ocho universidades.
Asimismo, se construyó la ruta del Mexibús 3, se creó un sistema de salud municipal, se detonó el desarrollo económico con plazas comerciales y mercados.
También se potenció el atractivo turístico con la rica cultura y las bellas tradiciones, se impulsó la feria de la piedra de manera gratuita con artistas de renombre, se construyó un parque ecoturístico con lago artificial, granja interactiva y albercas recreativas, el segundo planetario más grande de Latinoamérica.
Muchas obras ya están deterioradas por la ineptitud del Gobierno de Morena.
Podría enumerar un sinfín de logros de los Gobiernos antorchistas, pero sé que el pueblo de buena fe lo sabe y lo recuerda con cariño.
Por eso, este 1º de septiembre es importante que nos sumemos a los festejos de los 36 años de Antorcha en Chimalhuacán para levantar las banderas rojas con mucho orgullo y continuar luchando por la reivindicación de la historia.
La gente no se merece vivir engañada pensando que con una tarjeta de dinero temporal va a salir de la pobreza; la gente merece vivir con dignidad y aspirar a una nueva patria que sea más justa, democrática, científica y equitativa.
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