Como decía José Martí, “la educación es como un árbol: se siembra una semilla y se abre en muchas ramas. Sea la gratitud del pueblo que se educa el árbol protector, en las tempestades y las lluvias, de los hombres que hoy les hacen tanto bien. Hombres recogerá quien siembre escuelas” (Obras Completas, 1878).
De igual forma, el Movimiento Antorchista sabe y está convencido de que la educación es la base de toda sociedad para que pueda crecer y fortalecerse en todos los aspectos.
Desde su nacimiento, la tarea e ideal primario del antorchismo ha sido la de educar y organizar a las masas. De inicio conocer su pensar y sentir, convivir con ellas para conocer su entorno y sentir sus necesidades, reunirnos para analizar cuestiones político-sociales y, posteriormente, organizarlas en una lucha incansable; darle seguimiento, poco a poco, a la búsqueda de solución de sus necesidades y carencias.
El Movimiento Antorchista acompaña a las masas en su lucha por mejorar sus condiciones tanto sociales, educativas y de salud, enseñándoles que organizados y luchando, pueden lograr un cambio radical en su forma de ver la vida, educarlos teórica y prácticamente a reconocer la realidad y la mentira, para así, reconocerse realmente a sí mismas, y la razón de su existir y posición en este mundo.
Esta tarea de educar y organizar ha sido una de las prioridades del Movimiento Antorchista desde hace 48 años, y no ha sido fácil, pues si de por sí cuesta mucho educar a un niño para ser un buen ciudadano, reeducar a una persona que ya está educada a modo y conveniencia de este sistema, es aún más difícil. Y no porque normalmente le cuesta un poco más a la gente grande aprender lo que de niño no se le enseñó, sino modificar las malas costumbres que se han arraigado, cuesta más eliminarlas que el mismo modo de ver la vida y su origen.
En un país como el nuestro que está al servicio del capital y sus intereses, la educación con estos fines no solo está en sus salones de clase, sino también en el seno familiar, en la televisión, los videojuegos, las revistas y catálogos de moda, en la calle, en fin, en todas partes en la que se desarrolla y crece el niño.
Contra todo eso está nuestra organización, y no por erradicarlo o atacarlo sino para que la gente sepa identificar qué le sirve y que no, qué lo educa y qué lo envicia, qué es necesario y qué no, qué es real y qué son mentiras o espejismos. Para lograr este cambio enorme de ver y vivir la realidad, es necesario, en primer lugar, que los niños terminen su educación desde primaria hasta la universidad, sabemos de la precariedad del sistema educativo en México, no me meteré en ese sentido del que ya se sabe y se ha hablado en demasía, solo diré que el Movimiento Antorchista ha luchado a lo largo de los años de su existencia, para que las escuelas estén bien equipadas y tengan una mejor calidad educacional.
Y, en segundo lugar, el más importante a mi parecer, porque así se define la personalidad y valores del hombre, que durante ese desarrollo el niño vaya desarrollando un espíritu deportivo, cultural y artístico; es necesario que el hombre no solo se cultive, es decir que tenga la capacidad de vivir cada vez mejor de los bienes que la naturaleza ofrece mediante la adaptación de esos bienes a sus necesidades, sino también que practique el arte, que el hombre, valiéndose de la inteligencia, la sensibilidad, la imaginación y creatividad cree objetos que sean capaces de suscitar en él, los distintos sentimientos de alegría, tristeza, placer, enojo, humor; que el hombre al ver una obra de arte, sea pintura, danza, baile, poesía y se refleje en ella, se libere y eleve a un nivel superior a la simple concepción de la vida cotidiana.
De esta forma el hombre se supera a sí mismo, modifica su conducta personal y se transforma en un hombre sensible, solidario, tolerante, inteligente y capaz de convivir con sus semejantes.
En el caso del deporte es lo mismo. Lo beneficios físicos y mentales no son novedad para nadie, por lo tanto, la difusión y práctica del deporte es indispensable para una buena formación y un mejor crecimiento del ser humano. Para eso, el Movimiento Antorchista creó la Espartaqueada Nacional, un evento que realiza año con año, uno deportivo y otro cultural, con el pueblo y con sus propios recursos. Es un evento para el mismo pueblo y todo aquel que guste deleitarse del arte y del deporte.
La tarea que el Movimiento Antorchista se puso a cuestas es grande y no muy bonita, pero necesaria. Para quienes estamos en ella nos llena de placer saber que da frutos nuestra lucha, y para quienes no están, los invitamos a formar parte de esta verdadera transformación. Luchemos juntos por buenas reformas educativas, trabajemos para que el arte y el deporte dejen de ser lujos para pocos y se transformen en disfrute de todos los hombres. Únanse a la organización para trabajar en un mundo mejor de hombres libres.
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