MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Educación popular (III / III)

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En los dos anteriores discursos, mostré la importancia de la educación como atributo del hombre, como parte sustancial de su ser, como la “Necesidad” de su existencia. Vimos, por tanto, que esta necesidad ha acompañado el desarrollo del hombre y que, en nuestro país, hacen falta recursos para asegurar la educación de los mexicanos.

Fue mi interés mostrar que la educación es una necesidad intrínseca del ser humano y, por lo tanto, la buscará, perseguirá, luchará por ella, hasta lograrla. Esto porque durante estos dos meses hemos recorrido el interior del estado de Tamaulipas, sobre todo en colonias, ejidos y comunidades, invitados a las clausuras del curso educativo 2023-2024 y a las graduaciones de la generación 2021-2024.

Los jóvenes estudiantes no sólo se comprometen con sus estudios académicos, sino también con su formación cultural, social y deportiva, enarbolando la demanda de: educación democrática, crítica, científica y popular.

Dicha generación llevó por nombre: “50 años de Antorcha: somos futuro y esta es nuestra bandera”, lo que inmediatamente nos remite al hecho de que dichas escuelas, y por lo tanto sus generaciones, son resultado de esa “necesidad” de educación del pueblo trabajador que, haciendo uso de sus garantías constitucionales de organización, petición, manifestación y educación laica y gratuita, consagradas en los artículos tercero, octavo y noveno de la Constitución Mexicana, lucharon incansablemente hasta que lograron contar con el servicio educativo en su comunidad.

De los ejidos: El Bayito del municipio de Nuevo Laredo, egresaron 68 estudiantes del Cobat 23, siendo la generación número 22; del ejido Barranco Azul del Cobat “Gral. Felipe Ángeles” ubicado en el municipio de San Carlos, egresaron trece de la generación catorce; del Nuevo Centro de Población (N.C.P.) Nicolás Bravo del municipio de Abasolo, egresaron dos de la generación once.

Del ejido “El Porvenir” en el municipio de Soto la Marina, del Cobat 23, egresaron diecinueve de la primera generación. En el ejido Calabacillas –la tierra del general y profesor Alberto Carrera Torres (Atarjeas)– en el municipio de Bustamante, egresaron diez de la generación doce del Cobat, que lleva el nombre del general. De la colonia Vamos Tamaulipas de Ciudad Victoria, capital del estado, del Cobat “Dr. Rodolfo Torre Cantú”, egresaron 35 de la generación doce.

En la cabecera municipal de Jaumave del Cobat “Ing. Aquiles Córdoba Morán”, egresaron veinte de la séptima generación. Del poblado Villa Manuel del municipio de González, del Cobat “Prof. Manuel Parreño Porras”, egresaron doce de la generación diez. Del mismo municipio, pero del ejido Magiscatzin, del Cobat “Manuel M. González”, egresaron cinco de la generación quince. En el ejido División del Norte del municipio de Mante, del Cobat “Gral. Francisco Villa”, egresaron nueve de la generación quince.

Ejidos, colonias, poblados, municipios que cuentan con antorchistas entusiastas, que por años han luchado por la educación para sus hijos. Y que, una vez que contaron con los maestros y estudiantes, estos también se han organizado y han hecho suya la lucha por la educación.

A través de Antorcha Magisterial y la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (FNERRR), quienes superando la pandemia –la deserción por haber perdido a sus padres– o por la falta de recursos, siguen luchando.

Los maestros de Antorcha Magisterial, en unidad con los padres de familia, estudiantes y población, trabajan para lograr que los jóvenes cuenten con una educación de calidad, comprometida con la solución de los problemas de sus comunidades, estado y país. 

Los jóvenes estudiantes no sólo se comprometen con sus estudios académicos, sino también con su formación cultural, social y deportiva, enarbolando la demanda de: educación democrática, crítica, científica y popular.

Los años de lucha han logrado un significativo avance en infraestructura en la mayoría de las escuelas, pero aún falta mucho por hacer: aulas, laboratorios de cómputo, de ciencias, techumbre, auditorios, canchas, albergues escolares, infraestructura cultural, deportiva y de asistencia, tal y como lo planteaba el ilustre educador mexicano –profesor de Las Vigas, Veracruz– Rafael Ramírez Castañeda, en su prolija obra, escrita y práctica, incansable promotor de la escuela rural mexicana.

La significativa lucha de los campesinos, colonos, obreros, maestros y estudiantes de estos lugares, y el apoyo que han recibido de todo el antorchismo tamaulipeco y nacional, ha logrado que varias administraciones gubernamentales impulsen la educación del pueblo trabajador, haciendo una sinergia entre gobernados y gobernantes, que ha permitido a cientos de familias contar hoy con profesionistas comprometidos con ellos, con su pueblo, su estado y su país.

Toca a la administración que encabeza Américo Villarreal Anaya escuchar y continuar apoyando esta gran tarea, que en los días aciagos que vivió el estado permitió a estas comunidades, a estas familias, transitar hacia adelante, llevando a lo más preciado del estado: su juventud, a estadios superiores en su preparación.

Los antorchistas y el pueblo trabajador lo demandan y esperan ser escuchados.

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