En días pasados, todos pudimos presenciar una serie de acontecimientos que sin duda alguna dejan muchas cosas que decir, sobre todo por el zafarrancho en el que fueron actores principales los diputados morenistas que, en un acto de confrontación demostraron que no son capaces de enfrentar los problemas de frente y de buscar alternativas diferentes a la violencia.
Los sucesos que referiré, comenzaron cuando cinco Diputados del Congreso local, cuatro morenistas y una del PT, se plantaron el día lunes pasado a las afueras del Congreso del estado para tratar de impedir que se aprobara adquirir un crédito por 740 millones de pesos, que el Gobernador Ignacio Peralta Sánchez pretende solicitar, para invertir, según dijo, en la terminación del centro de seguridad C5i, en el sector salud, y en la terminación de la remodelación del Palacio de Gobierno.Aún no queda muy clara la intención de realizar dicho acto, puesto que, como legisladores, tienes todo el poder para tomar decisiones desde su curul, sin necesidad de realizar plantones.
Por esto último, saltan a la vista muchas dudas.¿Por qué realizar todo un espectáculo a nombre del pueblo, cuando el pueblo nunca estuvo presente en el conflicto? Aunque es cierto que dicho crédito significa una deuda que será pagada a lo largo de 20 años, también es cierto que dicho crédito que solicita el Gobernador, no tendría razón de ser, si el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no hubiese recortado el presupuesto asignado para el 2020 al gasto público del estado.Es aquí donde nos podemos dar cuenta que en realidad hay un doble manejo en el discurso, por un lado, los morenistas dicen defender los intereses de los colimenses, y por el otro, se recortan los recursos públicos del estado argumentando la austeridad republicana.
Por otro lado, también llama la atención que ni los mismos diputados morenistas terminan de ponerse de acuerdo.Y como claro ejemplo, podemos tomar el hecho de que solamente fueron cuatro los diputados morenistas, los que se plantaron a las afueras del Congreso.No cabe duda que ni ellos mismos están a la altura de las circunstancias, como para defender una posición colectiva de su partido.
Una vez que se acordó una nueva sede donde sesionaran los Diputados, nos encontramos con un nuevo disturbio.Ahora sucedió que a las afueras del edificio de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, se hicieron presentes el coordinador de la fracción parlamentaria de Morena, Vladimir Parra Barragán, además de los diputados y diputadas Blanca Livier Rodríguez, Arturo García Arias, Claudia Aguirre Luna, Araceli García Muro y Ana Karen Hernández Aceves, integrante del PT, quienes con empujones, gritos y una serie de descalificativos contra los policías preventivos que resguardaban el recinto, armaron otro espectáculo.Aquí, quienes empezaron a generar el disturbio, claramente se ve que fueron los Diputados arriba señalados, al menos esto es lo que se ve en los videos públicos que se hicieron virales a través de las redes sociales.Finalmente, no obstante, el altercado, el crédito solicitado por el gobernador se autorizó.
Después de todo lo visto hasta aquí, cabe preguntar: ¿por qué, si los diputados cuentan con el derecho de fiscalizar y obligar al gobierno para que le cumpla a la gente, son éstos, precisamente, quienes crean todo tipo de trabas para que este cumpla? Y, aunque el crédito no es la solución a todos los males del estado, dada la emergencia de la pandemia del coronavirus, ante la negativa del crédito, los diputados que se oponen, deberían proponer medidas alternas para atender el aumento acelerado de contagios y muertes por coronavirus, así como para la reactivación económica que ayude a la población más marginada en estos tiempos de pandemia.
Lo que sale a relucir ante todo este drama de dimes y diretes, es cómo los políticos buscan aprovechar cada momento y cada situación, para crear en la población en general, la falsa idea de que todo cuanto hacen y dicen, es por el bienestar y en interés de todos.Por eso su discurso antes y después del conflicto siempre fue el mismo, pero, nunca y en ningún momento vimos al pueblo trabajador participando en los plantones, gritos y empujones.
Pero es necesario decir, que al mismo tiempo que se armaba el zafarrancho en nombre del pueblo, aumentaba más el número de colimenses que se han quedado sin empleo; ahora son más los hijos del pueblo trabajador que sufre los estragos de la pandemia, por no contar con las condiciones mínimas para recibir clases a través del programa "Aprendiendo en casa"; y que cada vez son más los trabajadores, niños, amas de casa y adultos mayores, los contagiados y, desafortunadamente, muertos por la pandemia de covid-19.Los datos son muy elocuentes.Al jueves 9 de julio pasado, se registró un total de 768 casos positivos y 98 defunciones por coronavirus.Por otro lado, en materia de seguridad tampoco andamos mejor, ya casi es costumbre ver todos los días, en los medios locales, como las estadísticas de muertes por causa de la violencia, compiten en número con muertes por pandemia.Recordemos que a inicios del año que corre, Colima fue nota nacional al encabezar la lista de estados con más inseguridad en todo el país.
El pueblo colimense debemos reaccionar pronto.Sólo queda una alternativa: la unidad y la organización del pueblo.Urge promover un frente único que sea capaz de realizar un verdadero cambio de gobierno, que sea más humanista y preocupado por la situación de los más desprotegidos.La próxima contienda electoral es la oportunidad precisa para realizar ese cambio con el que todos soñamos.Ojalá no sea demasiado tarde.
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