Dictadura en tránsito, así lo expresó el Doctor Abel Pérez Zamorano y tiene razón. Sin estar aún en una dictadura plena, se está en tránsito hacia ella. Para que quienes pacientemente nos leen, les voy a participar de algunos hechos que lo demuestran.
El primero de ellos es la centralización del poder, de las decisiones y violaciones flagrantes a la Constitución, como el intento de prolongar el periodo del ministro Zaldivar, entre muchas otras violaciones. Asimismo, se ha modificado la ley para tener más control sobre los individuos, por ejemplo, con la famosa ley de extinción de dominio se amenaza con quitarte tus propiedades; además, promovieron el cambio al artículo 19 constitucional que incrementa el número de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa, es decir, un instrumento para que este gobierno con cualquier cosa pueda encarcelar a sus enemigos (y que votamos en su momento en contra).
Todo se ha concentrado en la figura presidencial, hasta las ocurrencias, como su propuesta de tirar la Estatua de la Libertad de Nueva York, porque según él no hay libertad en Estados Unidos. Siguiendo la lógica del presidente, deberíamos tirar el Ángel de la Independencia, puesto que nuestra economía no es independiente como se pregona, pero no hay que perder el tiempo en nimiedades que sólo buscan distraer la atención del pueblo de México, para evitar hablar de los grandes problemas.
Entre las decisiones centralistas se quitaron las estancias infantiles, los refugios para mujeres maltratadas, el seguro popular, las medicinas para niños con cáncer, los apoyos en obras y servicios para las comunidades, los recursos para el mantenimiento de carreteras, etc.; en materia de seguridad la política de “abrazos, no balazos”, ha generado más muertes que en los sexenios anteriores, lo cual demuestra su fracaso. Además, se canceló la construcción del aeropuerto de Texcoco y se decidió centralizar todos los recursos en tres obras inútiles, como son el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, que fue inaugurada sin refinar gasolina; el aeropuerto de Santa Lucía, que fue inaugurado con sólo 12 vuelos al día.
Buena parte del dinero, además, se ha centralizado en los famosos programas del presidente, programas que tienen tintes fundamentalmente electoreros, pues no sacan a la gente de la pobreza: en 2016, 67% de los hogares en pobreza extrema declaraba recibir al menos un programa social, en 2020 ese porcentaje bajó a 43%, por tanto, este gobierno no ayuda a los más pobres (Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad).
Este modelo que centraliza el poder, atropella a los pobres y coarta los derechos fue copiado y replicado por algunas autoridades estatales y municipales. Pondré tres ejemplos:
Primero, el caso del Gobierno de Hidalgo que tiene encarcelado injustamente a nuestro compañero Domingo Ortega Butrón por protestar en contra de la Secretaría de Movilidad en 2019. Desde entonces, le fincan la responsabilidad de afectar las vías de comunicación (y no sabemos cuántas cosas más le van a inventar o “cuadrar”) y, lo más grave, es que la Secretaría de Movilidad de Hidalgo citó a Domingo Ortega para “resolver la entrega de dos unidades retenidas” por esta secretaría; sin embargo, fue una coartada, pues ahí fue detenido por la policía ministerial y en los juzgados le vincularon a proceso y no le dan la libertad condicional porque, según esto, fue detenido “en el lugar de los hechos” y es un riesgo social ¡hágame usted el favor amable y paciente lector! ¡Cuidado pues parece que en Hidalgo si te llaman a negociar te pueden detener, como le sucedió a Domingo!
Segundo, el caso de Ecatepec de Morelos. El presidente Municipal, morenista Fernando Vilchis, ha decidido no resolver los problemas de las comunidades más rezagadas del municipio más poblado de América Latina. Tal es el caso, por ejemplo, de La Laguna de Chiconautla, la cual se inunda por no contar con un cárcamo ni un sistema de drenaje adecuados, por ende, la gente sufre la suciedad; además, La Laguna no tiene agua potable, por tanto, la gente depende del servicio de pipas y el gobierno en lugar de tomar en cuenta las peticiones de los compañeros Antorchistas, lo que han hecho es reprimirlos. Efectivamente, en sólo una semana han detenido a cuatro compañeros por estar volanteando o manifestando públicamente sus ideas, violentando así los derechos constitucionales de los ecatepequenses. No está bien romper el termómetro que marca 40 grados de temperatura, creyendo que con eso se va a curar el enfermo. Pueden encarcelar a nuestros compañeros por denunciar la falta de agua y drenaje en La Laguna, pero su detención no le da ni agua ni drenaje a los vecinos. Por ello, llamo a los vecinos a unirse, organizarse y luchar con base en sus derechos Constitucionales de petición, de organización y de manifestación pública de sus ideas, hasta lograr que se destinen recursos a resolver los problemas de fondo.
Tercero, el caso de Texcoco. En un acto claro de discriminación y de violación de los principios Constitucionales, el ayuntamiento tiene establecido en su Plan de Desarrollo Municipal la siguiente frase en su página 38 que a la letra dice: “la llegada al municipio de organizaciones como antorcha campesina (sic) que, con miles de personas han incrementado de manera importante la necesidad de fuentes de empleo, bienes y servicios”. Se trata de una discriminación, pues además del derecho que tienen los mexicanos al libre tránsito y a fijar libremente su residencia donde a sus intereses convenga, tienen derecho constitucional a la vivienda y no puede coartarse tal derecho sólo por asociarse libremente para fines lícitos y pacíficos. Además, es de vital importancia aclarar que, según el conteo del Inegi en 2005 Texcoco tenía 209 mil 308 habitantes, pero ya en 2010 según el censo Texcoco tenía 235 mil 151 habitantes, es decir, 25 mil 843 habitantes más. Una década después, es decir, con el censo 2020 se tienen 277 mil 562 habitantes, o sea, en 10 años creció la población de Texcoco en 42 mil 411 habitantes, ¿ese crecimiento es responsabilidad de Antorcha? No lo es, por tanto, se trata de discriminación a la gente que decide organizarse y, además, si difundes tus ideas te detienen pues en el bando municipal dice que se sancionará a quien “se encuentre volanteando y/o repartiendo propaganda y no muestre el permiso, licencia o autorización de la autoridad competente”, pero la Constitución en su Artículo 6to dice: “La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa”, por tanto, aquí se demuestra la dictadura, pues se limita nuestro derecho de manera ilegitima a expresar nuestras ideas, derecho que sirve, entre otras cosas, para inconformarse en contra de los malos gobiernos y disentir de sus malas decisiones políticas.
Estos son algunos de los elementos de prueba de que estamos en tránsito hacia una dictadura y la única forma de evitar que eso suceda, es que el pueblo se organice y luche decididamente, pues sólo la fuerza del pueblo organizada será capaz de lograr detener a la dictadura y construir una sociedad más justa, más libre, más soberana y más democrática.
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