Al finalizar una reunión del grupo antorchista donde platicamos con los vecinos los problemas más urgentes a resolver de la colonia Leandro Valle de Morelia, Michoacán una compañera me preguntó mi opinión sobre el asunto de las firmas para la revocación de mandato, “pregunto porque creo que me engañaron”, dijo, “pues los de Morena me pidieron la firma para revocar el mandato del actual presidente Andrés Manuel López Obrador y como veo que las cosas en nuestro país van muy mal, no hay trabajo, hay violencia y muerte por la inseguridad y la pandemia, estuve de acuerdo en que se le revocara el mandato y les firmé, pero ahora me doy cuenta que no es para eso y el más interesado en esa supuesta revocación es el mismo presidente de la república”.
En efecto, las firmas son sólo un requisito que marca la ley a partir de una iniciativa del presidente de la republica que se presentó el año pasado, con la finalidad dijo, de dejar el precedente constitucional para que en futuros sexenios los presidentes en turno se vean en la necesidad de consultarle al pueblo a los tres años de gobierno si están de acuerdo en que el presidente siga los seis años gobernando o se le revoca el mandato por sus malos resultados. Para eso los que pueden solicitar la revocación son el presidente, los diputados o los senadores; para que se determine viable la consulta los peticionarios, mediante un formato especial expedido por el INE, deben presentar por lo menos el 3 por ciento de firmas del padrón electoral repartidos en 17 estados de la República. En este caso ya cumplieron con las firmas requeridas en 24 estados y ya se estableció que la consulta va el próximo 10 de abril.
Hasta aquí todo pareciera normal y de buena fe, pero acercándonos un poco al caso nos damos cuenta que no es así; primero vemos una campaña devastadora del gobierno de la 4T en contra del INE, al que se le exige la implementación de la consulta sobre la revocación de mandato pero sin darle el presupuesto necesario para tal efecto. Una avalancha de los gobernadores y seguidores morenistas contra el INE ante la argumentación de la falta de dinero, acusándolo de violentar la constitución; es decir, que la intención es desprestigiar al INE y exponerlo como corrupto y despilfarrador, como un órgano que se niega a cumplir con la ley.
Es una maniobra política para descalificar al INE desaparecerlo y sustituirlo por un organismo a modo del actual gobierno, acabar con el órgano independiente para convertirlo en un dócil y obediente instrumento al servicio de la 4T como se estilaba en los tiempos de dominación del PRI y del PAN. Perpetuarse en el poder es la finalidad, pero para eso el INE es un estorbo, hay que destruirlo y en su lugar colocar otro al servicio del gobierno. Pero, si el gobierno logra su cometido, ¿qué tendremos como resultado?, una autocracia o una dictadura. La democracia en México necesita de ese órgano autónomo con capacidad de oponerse cuando sea necesario al mismo gobierno.
La corrupción no le gusta a nadie, los mexicanos la odiamos, pero ojo, a nombre del ataque a la corrupción se lleva al país a un despeñadero, a nombre del ataque a la corrupción se ha hecho barbaridad y media: nos quedamos sin apoyos, ya no se pavimentan calles, no se construyen clínicas ni escuelas, se acabó el servicio de salud gratuito, no hay medicinas, cientos de miles han muerto por covid-19, no hay suficientes vacunas, no se apoya a las universidades ni a la investigación; a nombre del combate a la corrupción y de la austeridad republicana se han cometido injusticias y abusos de poder, y ahora van por el INE.
Al gobierno le súper urge la consulta de la revocación de mandato, para justificar su permanencia en el poder ante los pésimos resultados de este gobierno en todos los aspectos de la vida: mala salud, mala educación, crisis económica con recesión, violencia, muerte y un sufrimiento inmenso del pueblo mexicano. Será una consulta a modo, una consulta hecha por el gobierno y como es de esperarse, el gobierno tiene todo el poder y todo el dinero del mundo para lograr el resultado que necesita: aplausos y vítores para la 4T. Hasta con engaños como le pasó a mi compañera.
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