A dos meses del plantón que instalaron frente al Palacio de Gobierno en demanda de la regularización de las colonias Candelaria y Nueva Revolución, niños, jóvenes, mujeres, hombres y adultos mayores siguen enfrentándose a los intensos rayos del sol, al aire, al frío en las madrugadas, a las constantes provocaciones y a la insensibilidad del gobierno del estado que continúa ignorando su justa exigencia.
Vivir bajo una lona durante dos meses no es nada fácil. La protesta que inició el pasado 9 de marzo no ha dado ningún resultado y ha demostrado: 1) la entereza de antorchistas de Chilpancingo que luchan estoicamente en busca de la regularización de las colonias Nueva Revolución y Candelaria; 2) la solidaridad de la ciudanía y de compañeros antorchistas de varios municipios; 3) la insensibilidad del Gobierno estatal que encabeza el gobernador Héctor Astudillo Flores, que sigue ignorando el plantón instalado justo frente al Palacio de Gobierno, donde encabeza homenajes cívicos el primer lunes de cada mes, acompañado de su séquito de funcionarios que no hacen algo a favor del pueblo, como el titular de la Secretaría General de Gobierno, Florencio Salazar Adame, a quien instruyó atender el asunto, que sigue estancado en esta dependencia.
El asunto de la regularización de la colonia Candelaria está avanzando poco a poco pero el caso de la Nueva Revolución sigue parado en la Secretaría General de Gobierno, donde el soberbio titular se ha cerrado al diálogo con familias humildes que sólo buscan certeza jurídica de sus predios…ahora piden audiencia con el gobernador Héctor Astudillo Flores, quien conoce el problema e incluso, durante un recorrido por este asentamiento humano ubicado al sur de Chilpancingo, se comprometió a resolverlo y ahora, simplemente desatiende su compromiso.
Es pesado permanecer las 24 horas del día en el campamento, donde realizamos mítines de protesta, difundimos volantes informativos, comemos y solicitamos el apoyo de la ciudadanía para mantener nuestra lucha, que continúa por la insensibilidad del gobierno estatal, “durante las colectas económicas, afortunadamente recibimos el apoyo de la gente que incluso el pasado 30 de abril, llegó con juguetes, ropa y comida para festejar a los niños que acompañan a sus papás en la búsqueda de certeza jurídica de sus predios”, narró Germán Meza de Jesús, representante de los colonos de la Nueva Revolución.
Esta lucha ha fortalecido la unión y la amistad entre los colonos, animados por las muestras de simpatía que reciben de la gente de Chilpancingo y de otros municipios del territorio guerrerense. A la par de las muestras de solidaridad de habitantes de pueblos de las siete regiones (Montaña, Costa Chica, Costa Grande, Acapulco, Centro, Norte y Tierra Caliente) que han reiterado su disposición de respaldar y fortalecer la lucha, se han recrudecido las provocaciones de gente “extraña” que en las madrugadas merodea el campamento.
También se generaliza la inconformidad contra la inacción del gobernador Héctor Astudillo Flores, quien se comprometió a resolver el caso y ahora simplemente se niega a cumplir su compromiso. La incompetencia del titular de la Secretaría General de Gobierno, Florencio Salazar Adame, es un factor determinante para que el asunto de la regularización de la colonia Nueva Revolución no se resuelva y el resultado está a la vista: A dos mesesdel plantón instalado frente a la sede del Ejecutivo estatal, las familias humildes que sólo exigen certeza jurídica de su patrimonio siguen siendo ignoradas por las autoridades estatales, que han mostrado su desdén al pueblo que, el próximo 6 de junio analizará de manera consciente su voto y votará por personas comprometidas, que han trabajado a favor de la sociedad.
Son ya dos meses de artimañas, soberbia, desatención, hostigamiento y desdén gubernamental, pero también dos mesesde unión y lucha. La exigencia es concreta: Resolver la regularización de la colonia Nueva Revolución, asunto que compete al gobierno estatal, que en lugar de poner trabas, debe revisar la documentación y encontrar la forma de solucionar este caso que mantiene en zozobra a más de 100 familias muy humildes de Chilpancingo que fueron defraudadas y se niegan a perder su único patrimonio, forjado a base de mucho esfuerzo: Los predios donde construyeron sus casas y viven desde hace muchos años.
El gobierno estatal debe atender a los colonos defraudados, no solapar a los defraudadores que continúan paseándose impunemente en la colonia y lanzando amenazas de desalojo e incluso de muerte, la lucha por la regularización de la colonia cobró ya la vida de Florián Reyes Rafaela, quien ponerse al frente de sus vecinos con la misma exigencia, fue sacado de su casa en la noche y a la mañana siguiente fue encontrado muerto en un predio ubicado al norte de la ciudad. Este crimen político tampoco ha sido resuelto por parte de las autoridades correspondientes.
Ávidos de obtener la tan ansiada legalización de sus predios, los colonos ya cumplieron con todos los requisitos requeridos por diversas dependencias como la Secretaría de Protección Civil, Comisión Federal de Electricidad (CFE), Comisión Nacional del Agua (Conagua), etcétera, documentos que se han actualizado las veces necesarias, sin embargo, cuando el expediente ya está completo, la Secretaría General de Gobierno busca más maniobras para continuar retrasando el trámite, ahora exige el Plan Rector de Desarrollo Urbano de Chilpancingo actualizado, documento que es obligación institucional del gobierno del estado, no de los colonos.
Además, en Chilpancingo hay más de 600 colonias, de las cuales más de la mitad están fuera de la mancha urbana y ya fueron regularizadas, situación que deja entrever las maniobras gubernamentales en este caso. El patrimonio de más de 100 familias humildes sigue en riesgo, por lo que los antorchistas que están en el plantón desde hace dos meses, aseguran que, pese a las amenazas y constantes provocaciones, continuarán luchando hasta obtener la legalización de los predios, en los que construyeron sus casas y desde hace muchos años viven en riesgo perenne.
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