MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

“Daño reputacional”

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En una entrevista hecha a Pedro Mouriño, cónsul honorario de la Federación Rusa en Galicia, España escuché sorprendido el concepto de “daño reputacional” y se inscribe en el contexto de la “rusofobia” creada artificialmente por Estados Unidos y sus corifeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Europa. Esto significa que, para los intereses de ciertos sectores del capitalismo, que alguien de Europa u otros países, en este caso España, tenga negocios o relación con Rusia puede ocasionar a otros sectores de la sociedad capitalista “daño reputacional” por hacer negocios con ese alguien. En otras palabras, si uno tiene relación con Rusia y hace negocios con un tercero que no la tiene, esto significa que nuestra relación le habrá generado -al “puro” que no tiene relación con Rusia- “daño reputacional”, por lo que ahora estará estigmatizado.

Esto me recuerda a la obra publicada en 1850 por Nathaniel Hawthorne, situada en la Nueva Inglaterra puritana del siglo XVII, en la que Hester Prynne da a luz a una bebé de paternidad desconocida. Por esa razón, debe ponérsele en el pecho una letra A color rojo escarlata, para señalarle de “adúltera” e impura y que todos al verle le juzguen, la ataquen, hablen de ella y eviten tener contacto. Aun así, Prynne da la lucha por vivir con dignidad en una sociedad injusta e hipócrita.

Ahora estamos hablando de que el “daño reputacional” es igual a la letra escarlata, sólo que ahora hay que colocar la R de Rusia, o bien, la Ch de China, o la C de Corea del Norte. Como decíamos de niños, una vez que una paleta se caía al suelo, no podíamos levantarla porque la había “chupado el diablo”, así, si alguien se relaciona con quien tiene aprecio y buena relación con Rusia, entonces, “le chupa el diabl

Es ridículo, pero no es fruto de la casualidad, se trata de una acción discriminatoria totalmente meditada por parte del imperialismo norteamericano, que no quiere ningún tipo de contrapeso en el mundo. Se trata de una nueva guerra fría, de una nueva forma de quererse hacer del mundo al puro estilo de los nazis; es decir, deshaciéndose de quienes no comparten la sangre de la raza superior. Por ello, se insiste en colocar a los rusos como los malos, como si fueran los abusivos, quienes quieren apoderarse del mundo destruyéndolo, amenazando con lanzar misiles nucleares; sin embargo, no es el presidente de Rusia un octogenario que se le olvidan las cosas, que confunde al presidente de Egipto con el presidente de México ni un defensor de los intereses de las élites; no, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, es un hombre inteligente, sencillo (lo conozco, porque pude estar en un evento en la tercera fila el día que dio su discurso en el encuentro de parlamentarios latinoamericanos en octubre de 2023), con la encomienda de defender a la humanidad del mundo unipolar y construir un mundo multipolar.

Con base en ese estigma, se le aplican sanciones económicas para frenar su economía y que no alcance a la de Norteamérica (aun así, Rusia se convirtió en la quinta economía del mundo). Con ese estigma, se prohíbe a los grandes deportistas rusos participar en actividades deportivas en el mundo, pero a los deportistas israelíes, con quienes no tengo ningún prejuicio, se les permite participar con la venia de los Estados Unidos, aun cuando Israel está cometiendo genocidio contra el pueblo palestino. La nueva letra escarlata sirve a Estados Unidos para frenar a sus enemigos.

Sin embargo, ni Rusia ni China se quieren hacer del mundo ni imponer su modelo; no pretenden destruir al mundo con armas nucleares. No. Lo que sí proponen es la construcción de un mundo nuevo, multipolar. Pero, es cierto que el desarrollo de las armas nucleares en Rusia, en China y en Corea del Norte, tiene el propósito de defenderse de un ataque norteamericano, potencia que ha demostrado que tiene armas nucleares y que sí las usa contra pueblos inocentes, como fue el caso de Hiroshima y Nagasaki.

Hay en la actitud del pueblo ruso, la idea de servir a los demás. Por cierto, hasta en la forma de saber el nombre de las personas no usan el “¿cómo te llamas?”, sino “¿cómo te llaman?, y la respuesta no es “me llamo” (poniendo el centro de atención en el individualismo); sino, “me llaman” (no soy el centro de la atención, estoy subordinado a los demás). En este contexto, podemos entender que la defensa que hace Rusia de los ataques norteamericanos a través de Ucrania es una defensa de su soberanía, de una defensa al renacimiento de un nazismo norteamericano y, finalmente, es una defensa de la humanidad entera. Por su parte, para Estados Unidos no es la “libertad” de los pueblos, la “democracia”, lo importante; por el contrario, es la venta de armamento para el mundo, pues ese es el verdadero negocio. Por ello, la guerra de Ucrania sirve para vender material de Guerra a los ucranianos, quienes deberán pagarlo tarde o temprano.

Vienen elecciones en Estados Unidos y al actual presidente le urge quedar bien con los grandes consorcios de venta de armas y con el famoso Estado Profundo, que sólo entiende el lenguaje de la guerra. Por ello es inconcebible que un gobierno que no es ni siquiera capaz de resolver el problema de vivienda de su propio país, esté creyendo que sí puede imponer, perdón, “lograr” la “libertad de la humanidad”. Según el portal BAE Negocios[1], en el 2023 se bate un “récord de personas sin hogar en  Estados Unidos según datos oficiales”, pues hay “653 mil 100 estadounidenses que se consideraban oficialmente sin hogar, un 12 % más que un año antes”. En el portal Barriozona del 14 de febrero de 2023 leemos: “En una sola noche en 2022, aproximadamente 582,500 personas estaban sin hogar en Estados Unidos. De ellas, seis de cada diez (60 %) se alojaban en lugares protegidos como refugios de emergencia, refugios seguros o programas de vivienda de transición, mientras que cuatro de cada diez (40 %) estaban en lugares sin protección, como en la calle, en edificios abandonados o en otros lugares inadecuados para la habitación humana[2].”

La respuesta del imperio, en lugar de atender la problemática. En una nota del portal RT[3], leemos: “La Cámara de Representantes de Florida aprueba proyecto de ley que prohíbe a los sintechos dormir en la calle”. “"No vamos a dejar que Florida se convierta en San Francisco, donde las personas sin hogar están por todas partes", declaró recientemente el gobernador local, Ron DeSantis.” No sólo se resuelve el problema, sino que se agrava en contra de los que más sufren. En realidad, como puede verse, estar del lado de Estados Unidos se vuelve un verdadero “daño reputacional” y un verdadero peligro para la humanidad. Sólo los pueblos unidos podremos parar esta intentona de apoderarse del mundo de Estados Unidos y una catastrófica guerra mundial.

 


[1] Récord de personas sin hogar en EE.UU. según datos oficiales | BAE Negocios

[2] Personas sin hogar en Estados Unidos, datos del informe de 2022 (barriozona.com)

[3] La Cámara de Representantes de Florida aprueba proyecto de ley que prohíbe a los sintechos dormir en la calle - RT (esrt.site)

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