MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

CRÓNICA | Mártires antorchistas, ¡presentes!

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El calor que arrasa por todo el país no fue impedimento para que las comisiones antorchistas llegadas de todo el país se hicieran presentes para conmemorar el cuarenta y dos aniversario luctuoso de los mártires antorchistas, evento que se realizó en el municipio poblano de Tecomatlán, lugar que vio nacer a Antorcha Campesina, hoy Movimiento Antorchista Nacional (MAN).

Ciertamente, el calor es una de las características naturales de este lugar, así que se esperaba un calor inclemente; no fue así, es verdad que la temperatura fue alta, pero no como la mayoría del año, que ronda los 40 grados.

La cita, en esta ocasión, fue el domingo nueve de junio. En autobús, camionetas, transporte público, vehículos particulares, etcétera, llegaron los invitados, algunos, previsores, llegaron un día antes para estar a tiempo en la cita; otros, los que tenían el compromiso de amenizar el evento luctuoso, como los Grupos Culturales Nacionales del MAN y del estado de Michoacán, para realizar los últimos ensayos y pulir el trabajo que presentarían.

Son contados los estados donde el antorchismo no ha sufrido la mortal agresión de caciques, de políticos arribistas; con la intención de impedir el crecimiento del antorchismo, aunque ninguno lo ha logrado.

El escenario del evento cultural fue la Plaza de Toros La Antorcha, en donde desde muy temprano del sábado se empezaron a hacer las pruebas de audio; el escenario, que simulaba una población campestre, se empezó a montar también desde las primeras horas de ese mismo día; los tapetes de aserrín esperaban a que sus autores terminaran sus plantillas para formar el anillo del escenario principal.

A las 7 de la tarde iniciaron los ensayos. A los cantantes y los grupos de danza les corrigen la plana, un ajuste acá, otro por allá, para quedar de mejor manera, a juicio de los que saben de eventos de esta naturaleza.

Y llegó el día. El domingo 9 de junio, el coro de unos 400 antorchistas del Estado de México, puntuales a la cita, ocuparon su tiempo para los últimos ensayos. 

“Hasta Siempre Comandante” de Carlos Puebla y “Preciosa” de Rafael Hernández fueron los temas elegidos para su presentación. Los grupos culturales nacionales y de música volvieron a hacer su prueba de audio y el último ensayo.

Alrededor de las ocho de la mañana inició la caminata en memoria de los Mártires. El recorrido se realizó por las principales calles de Tecomatlán; el punto de la primera llegada fue, como siempre, el panteón municipal, donde reposan los restos de los que ofrendaron su vida por el ideal antorchista, en contra de la pobreza y la construcción de un mundo mejor.

El sol caía a plomo; no fue tan inclemente. A las doce del día se anunció la tercera llamada e inició el evento político-cultural.

Como cada año, el antorchismo nacional se dio cita en Tecomatlán, Puebla. Fue el 6 de junio de 1982, cuando un pequeño grupo de antorchistas fue emboscado por matones contratados por los caciques, conocidos en la región como “pípilos”.

Poco más de un año después, el 16 de noviembre de 1983, en un intento por acabar con la naciente organización campesina, fueron asesinados el matrimonio formado por la profesora Clara Córdova Morán y su esposo, Gabriel García Hernández. Así se intentó impedir el surgimiento de lo que actualmente es el movimiento popular más grande que existe en México, el MAN.

Son contados los estados donde el antorchismo no ha sufrido la mortal agresión de caciques, de políticos arribistas, encumbrados o sin importancia. Todos con la intención de impedir el crecimiento del antorchismo, ninguno lo ha logrado; el costo ha sido muy alto, la vida de muchos mexicanos que han caído por la mano asesina de los enemigos del progreso y amigos del dinero fácil a costa de la pobreza de los mexicanos.

Quicayán, San Jerónimo Xayacatlán, El Tempexquixtle, Hermenegildo Galeana, Tlaxcala, Culiacán, Chilpancingo, son algunos de los lugares donde se ha visto derramar sangre antorchista. 

Sin duda, Tecomatlán y Huitzilan han sido los que más han sufrido los ataques mortales. Ambos ahora son ejemplo de progreso y desarrollo en todos los ámbitos, y viven en paz. Por eso vale la pena no olvidar a los mártires antorchistas.

En las goteras del Valle de México, en el municipio mexiquense de Chimalhuacán, diez chimalhuacanos fueron asesinados el 18 de agosto del año 2000, en una emboscada criminal para impedir la instauración del primer gobierno antorchista, gobierno que, por cierto, “sacó del pantano mugroso en el que se debatían” sus habitantes, como mencionara el dirigente nacional del antorchismo, Aquiles Córdova Morán (ACM).

Pero también hay antorchistas que perdieron la vida sin un hecho violento, por la pandemia del covid-19, por ejemplo, siendo militantes destacados y sin abandonar su puesto de batalla a costa de su vida misma, como fue el caso de la licenciada Laura Rosales y Nicolás Valdez; o por alguna enfermedad, como Angélica Gasca, que hasta el último hálito de vida lo dispuso para defender a sus compañeros comerciantes y hacer grande a la organización que la vio crecer políticamente.

Después de la participación del coro mexiquense y de que junto con la concurrencia interpretara el himno de Antorcha, llegó el plato fuerte: el mensaje del ingeniero Aquiles Córdova Morán, secretario general y fundador del antorchismo nacional.

Fue una pieza oratoria sin desperdicio, que inició reconociendo la calidad de los moderadores del evento para continuar recordando el motivo de la fecha y señalar que la vida la debemos dedicar a “pensar lo que nosotros podemos dar a los demás, que estemos del lado de los que menos tienen”, que tenemos que pensar que nuestros muertos nos gritan: “jóvenes buenos, los estamos esperando para que llenen los huecos que dejaron los que se fueron… incluso compañeros de la tercera edad”, difundan el mensaje de nuestros muertos.

Carro completo se llevó el partido gobernante en las recientes elecciones; 28 millones de los votos vienen de los que reciben alguna ayuda de los programas sociales y siete más, 35 en total. “No son muchos”, son los votos que consiguió la presidente electa: “a los obreros los compraron con un aumentito”.

Reflexionemos por qué ganó Morena, por qué ganó Sheinbaum: su ofrecimiento político fue construir el segundo piso de Morena, “pero yo no veo dónde está el primer piso”. Mucho de lo realizado por Andrés Manuel López Obrador es una farsa, como las universidades “para el bienestar”, que llaman a enseñar a “curar con la herbolaria, con la medicina de los aztecas, para que no le exijan buenos servicios médicos”.

Ya levantó bandera blanca en el combate a la corrupción, pero no se ve el dinero que prometió; además, el Ejército sigue en las calles, no lo regresó a sus cuarteles, ahora lo tiene cumpliendo labores diversas, ajenas a sus funciones designadas de origen, “yo no veo el primer piso”. Y si AMLO ya resolvió todo, entonces ¿qué va a hacer Sheinbaum?

¿Qué vamos a hacer? Defendernos contra Claudia Sheinbaum:

“… los seis años que vienen los antorchistas vamos a tener una actitud más aguerrida que la que tuvimos con López Obrador; tenemos que volver a salir a las calles para luchar; la señora dijo que va a dialogar con todos, que no va a ser sectaria, que no va a reprimir… ¡agarrémosla de la lengua, si no va a reprimir, vamos a las calles, vamos al Zócalo”.

Porque la 4T está al servicio de los ricos y el déficit que deja AMLO de alguna manera se tiene que resolver; eso se va a hacer con más recortes que van a afectar a los más pobres.

Lo que Antorcha plantea es que el Gobierno cobre más impuestos a los ricos; que el gasto programado se oriente a atender las necesidades de los pobres y para eso necesitamos tomar el poder. Para tomar el poder necesitamos que la gente nos conozca:

“Por eso necesitamos tomar las calles nuevamente… los seis años que vienen tienen que ser de una lucha aguerrida… necesitamos tomar la bandera roja de la lucha, para exigir que la presidenta cumpla las promesas de construcción del segundo piso, antes de que se le caiga encima”.

Así, con esa tarea a cuestas, y después de disfrutar del banquete a cargo de los grupos culturales nacionales y del antorchismo michoacano, llegó el momento de partir a nuestros lugares de origen, prestos al llamado del director de orquesta del antorchismo nacional.

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