“La creciente concentración y centralización de la producción en un número cada vez más reducido de capitalistas aumenta la masa de los desposeídos, de los que tienen que vender su fuerza de trabajo para sobrevivir, sometiéndose a las condiciones de trabajo que impone el capitalista” escribió Martha Harnecker en su obra ¿Qué es la sociedad?, publicada en 1867.
A 35 años después, este texto sigue todavía es vigente y valioso para comprender uno de los grandes problemas, la gran desigualdad económica que existe entre un reducido número de empresarios que concentran el poder y la riqueza en México y los millones de trabajadores que viven sumidos en la pobreza. Pues bien, la concentración de la producción en un número cada vez más reducido, es un fenómeno mundial y en nuestro país es un claro ejemplo.
La desigualdad económica la define la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), como “la diferencia en cómo se distribuyen los activos, el bienestar o los ingresos entre la población.” Esta diferencia o desigualdad en la distribución de la riqueza social, se debe a un problema estructural de la economía de mercado, que se sostiene en una de sus grandes teorias, a saber, la de “el goteo”, que plantea que: “dar más dinero a los ricos beneficia a todo mundo”, cuestión que, con el desarrollo del capitalismo, se ha demostrado que es una falacia.
Muy distinta ha sido la realidad y las consecuencias, ha seguido creciendo la riqueza en unos cuantos personajes y su poder se extiende en la política, donde aprovechan cualquier recurso para obtener las mayores utilidades posibles, provocando que aquellos que reciben reciben un salario miserable o con trabajos informales tengan dificultades para lo más elemental como educarse, alimentarse, curarse y con esto, aumenta la corrupción y los actos delictivos.
Para medir esta desigualdad, existen métodos como el coeficiente de Gini, que mide el grado de desigualdad del ingreso entre individuos u hogares dentro de una economía, su valor oscila entre cero y uno, entre más se aproxime a 1 mayor concentración habrá, por el contrario, entre más próximo sea a cero, habrá menos desigualdad.
Según el CONEVAL, el coheficiente de Gini en México, para el segundo trimestre de 2021, pasó de 0.512 a 0.503 y lo ubica dentro de los 2 paises más desiguales de América Latina. Hubo una leve disminución, pero Victor Piz, economista de profesión advierte que este fenómeno “no debe interpretarse como si hubiera menos desigualdad” debido a que en el 90 por ciento de los hogares mexicanos hubo disminución de ingresos, es decir, también la clase media se vio afectada.
En estos tiempos de crisis económica y su agudización por la pandemia, los principales actores que concentran han aumentado la riqueza en México según la revista Forbes en su publicación del 5 de julio 2022, reveló que en el caso de Carlos Slim Helú, dueño del grupo de telecomunicaciones América Móvil, Telmex y Grupo Carso, aumentó su riqueza en 30 mil millones de dólares,desde el inicio de la pandemia; tiene una fortuna de 81 mil 200 millones de dólares.
Germán Larrea, el segundo hombre más rico de México y dueño de Grupo México, aumentó su fortuna 20 mil millones de dólares en 2 años, y en el caso de Ricardo Salinas Pliego, dueño del Grupo Salinas, TV Azteca, Banco azteca, gracias a numerosos contratos obtenidos por su estrecha relación con Andrés Manuel López Obrador (AMLO), logró 12 mil 400 millones de dólares, 700 millones de dólares más que en 2020, siendo tambíen quien en 2021 encabezaba la lista de deudores de impuestos por la cantidad de 40 mil millones de pesos.
En contraste, en cuanto a pobreza nos encontramos con el informe del CONEVAL 2020, donde menciona que el 43.9 por ciento de la población, 55.7 millones de personas, viven en condiciones de pobreza y el 8.55 por ciento que equivale a 10.9 millones en pobreza extrema y lo peor, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), prevee que en 2022, habrá otros 2.5 millones de mexicanos que caerán en situación de pobreza, como resultado de la inflación de los últimos meses y el raquítico crecimiento económico, sigue creciendo el número de los desposeídos.
Mario López Roldán, director de la OCDE en México, en su columna publicada en El Economista del 20 de junio cita a Thomas Piketty economista frances y experto en el tema: “La historia de la distribución de la riqueza siempre ha sido profundamente política; no puede reducirse a mecanismos puramente económicos”. Es papel de los gobiernos aplicar políticas que ayuden a repartir la riqueza y propone que “México requiere de un ambicioso paquete de reformas para la inclusión en materia fiscal, educativa, de protección social, deempoderamiento económico de la mujer, de competencia y de inclusión digital”.
El gobierno de la 4T, casado con la idea de que el problema principal de México es la corrupción y no la desigualdad generada por el modelo económico, piensa que, entregando ayudas monetarias raquíticas a las personas, va sacar adelante al país, el Movimiento Antorchista, los organismos internacionales y los económistas como Thomas Piketty dicen que va por el rumbo equivocado, con políticas desfazadas del verdadero problema y afectando primero a los pobres.
Lo que se requiere es aplicar la propuesta del Movimiento Antorchista, este proyecto progresista y humanista propone 4 ejes para distribuir de mejor manera la riqueza social 1)Creación de empleos, 2) Mejores Salarios, 3) Política fiscal progresiva y 4)Reorientación del gasto público. Conociendo al titular del ejecutivo federal, no va a cambiar sus postura ni su política, lo que toca es organizarse con Antorcha para tomar el poder político y corregir este grave y fundamental problema del país.
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