El general Porfirio Díaz se postuló por primera vez como candidato a la Presidencia de la República en el proceso que se llevaría a cabo el 25 de agosto de 1867, lo hizo luego en 1871, también participó en 1872 donde definitivamente el pueblo le dijo que no lo quería, perdiendo en proporción de 1 a 15 contra Sebastián Lerdo de Tejada; sin embargo, continuó en la pretensión de ocupar la silla haciendo proselitismo enfocado en mejorar el nivel de vida de las mayorías desprotegidas consiguiendo considerable apoyo y después de la proclama del Plan de Tuxtepec, por la fuerza de las armas toma el poder en 1877.
Díaz se rodea de especialistas en diferentes ramas del conocimiento fraguando la frase "orden y progreso", lo hizo con el apoyo de los llamados "científicos" que le ayudan a planear el desarrollo y a su modo tendió las vías ferroviarias que impulsarían el desarrollo del país, también logró el respaldo de los ricos amigos suyos, destacó porque a través de prebendas económicas a gobernadores, munícipes y jefes políticos y militares es como logra mantener su sistema de gobierno y , obvio, permitiendo el esclavismo a los grandes ricos, a los grandes potentados de cualquier país, principalmente de Estados Unidos, que a través de este sistema de producción se allegaban de enorme riqueza.
El lapso histórico que corresponde al Porfiriato es uno de los peores episodios de nuestra vida nacional.Parte de estas prácticas y vicios del gobierno lo documentó el periodista John Kenneth Turner, quien en sus acuciosas investigaciones acerca del esclavismo en esa etapa lo califica peor que el sometimiento español, diciendo: "Mientras prometía (Díaz) respetar las instituciones progresistas que Juárez y Lerdo habían establecido, instituyó un sistema propio en el que su persona es la figura central y dominante; en el que su capricho es la constitución y la ley; en el que los hechos y los hombres, grandes y pequeños, tienen que sujetarse a su voluntad.Como Luis XIV, Porfirio Díaz es el Estado."
El resultado fue que aquellas mayorías desprotegidas que creyeron en él fueron reducidas a la esclavitud en las plantaciones de los estados del sureste mexicano, llamadas "haciendas", donde se cultivaba henequén y tabaco, principalmente, y estaban sometidos a condiciones no imaginables, donde cadáveres y moribundos eran arrojados a los cocodrilos.ése fue el fin trágico de muchos trabajadores esclavizados en el largo periodo de más de 30 años del Porfiriato.
A la distancia podemos comparar el gobierno del presidente Díaz con el de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quien perdió su oportunidad ante el panista Felipe Calderón Hinojosa en las elecciones de 2006; en 2012 lo venció el priista Enrique Peña y después de 18 años de campaña, en 2018 logra hacerse del poder de la nación, haciendo creer a la clase trabajadora que con sólo con acabar con la corrupción se terminarían las penurias de los pobres de México.AMLO nunca habló de la mala distribución de la riqueza, de que los capitalistas se llevan la parte del león y como es natural sometiendo a mayor miseria a los trabajadores.Con este discurso facilón, poco profundo y demagógico logra engañar al electorado mexicano que falto de educación política e información y harto también de los gobiernos anteriores vieron en la propuesta de AMLO la salida a sus penurias, pero a 2 años de la supuesta transformación ya vemos sus resultados.
A diferencia del dictador Díaz, López Obrador antes que hacerse de especialistas que lo lleven a conducir lo mejor posible a un país muy rico por su naturaleza se ha deshecho de ellos, sobre todo de aquellos que le han cuestionado sus decisiones o señalan sus errores y eso lo ha llevado al ridículo mundial de protegerse y recomendar a los mexicanos usar estampitas invocando al "detente" como medio de protección ante la pandemia que ya ha cobrado la vida de casi 94 mil personas y cerca de 1 millón de contagiados, de acuerdo a los datos conservadores que él maneja.
Otra medida que deja a los especialistas con la boca abierta, son las consultas a mano alzada que carecen de toda metodología para decidir la cancelación de obras como el fracasado proyecto del aeropuerto en Texcoco para dar paso al de Santa Lucía con un costo de 172, 000 millones de pesos, dinero que se pagará de los impuestos de todos los mexicanos.
Así, ciego, sordo y tartamudo el presidente de Morena y sus aliados establecen una ley de excepción como aquella que utilizó Otto Von Bismarck en Alemania contra los trabajadores, impidiéndoles organizarse en partidos políticos que representaran sus intereses, esto sucedió con la intención del Movimiento Antorchista Poblano en el estado de Puebla, donde se negó el registro como partido de este instituto formado por asociaciones civiles a pesar de haber cumplido con todos los requisitos de ley, así se perfila Morena: "López Obrador es el Estado".
Al paso que vamos, pronto recibiremos el aviso de que la Guardia Nacional se encargará también de la aplicación de la ley, convirtiéndose en juez y parte de los procesos "legales" contra los ciudadanos y las instituciones, legalizando, como Díaz la esclavitud.Dejémoselo al tiempo.
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