La oscilación temporal de los precios es un problema que se origina por periodos de excesos de oferta. La variación temporal de los precios afecta a los productores del sector agrícola de diversas regiones de México, sobre todo de aquellas que ocupan un porcentaje considerable en la producción nacional. Una de las zonas que presenta excesos de oferta de productos temporales en melón y sandía es la Comarca Lagunera, región ubicada en el norte del país, la cual está integrada por cinco municipios de Coahuila (Torreón, Matamoros, San Pedro, Francisco I. Madero y Viesca) y diez de Durango (Gómez Palacio, Lerdo, Tlahualilo, Mapimí, Nazas, Rodeo, San Pedro del Gallo, San Luis del Cordero, San Juan de Guadalupe y Simón Bolívar). La Comarca Lagunera se caracteriza por ser la principal región melonera del país en algunos meses del año, y las áreas sembradas que posee representan cerca de 20% de la superficie nacional.
Entre los municipios productores de melón se encuentra Matamoros, San Pedro, Torreón, Viesca, Gómez Palacio, Lerdo, Mapimí y Tlahualilo. Matamoros y Mapimí concentran 56% de la producción total de melón obtenida en la Comarca Lagunera, para el periodo 2010-2012, la producción anual fue de 152,954 toneladas. Los municipios productores de sandía son Francisco I. Madero, Matamoros, Tlahualilo, San Pedro, Torreón, Gómez Palacio, Lerdo, Mapimí y Rodeo. En el periodo 2010-2012, 33.7 y 24.7% de la producción total de la sandía obtenida (38,019 toneladas), fue en los municipios de Matamoros y Tlahualilo (siap-Sagarpa, 2013).
El año pasado los ‘melones tempranos’ se estuvieron vendiendo de 8 a 12 pesos en promedio, esperando los productores laguneros que en este 2022, para lograr una ganancia aceptable, el precio debe estar de 10 pesos hacia arriba por kilo, sobre todo porque muchos de los insumos que se utilizan han incrementado su precio, como es el caso de la semilla, con un costo en el 2021 de 8 mil pesos por libra, pasando a 10 mil pesos en el presente, mientras que otros como el sulfato de amonio en el 2021 la tonelada costaba 12 mil pesos y hoy anda en los 23 mil o hasta 24 mil pesos, es decir, el doble, de acuerdo a la información de la Coordinación Regional de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de Coahuila.
Como se sabe la Secretaria de Desarrollo Rural y los programas en apoyo a los productores agrícolas, en el gobierno de López Obrador se han eliminado con única justificación de que hay corrupción, donde los campesinos organizados podían conseguir insumos (fertilizantes, semilla mejorada, proyectos productivos, etc), que paliaba los gastos en la producción de sus cosechas, pero que hoy en día, en este gobierno los campesinos están abandonados a su suerte, sin ningún apoyo o subsidios por parte de las autoridades agrarias.
La producción de melón en la Comarca Lagunera se obtiene de mayo a noviembre, y la de sandía de mayo a octubre. En junio, julio y agosto se presentan excesos de oferta ya que 70.0% y 79.4% de la producción de melón y sandía se obtiene en estos meses, esto provoca bajos precios a nivel del mayorista, afectando con ello la ganancia del productor (siap-Sagarpa, 2013).
Los campesinos de la Comarca Lagunera, principalmente los de la Región de Ceballos del municipio de Mapimí, que producen melón y sandia, ejidatarios trabajadores que con mucho sacrificio hacen trabajar su tierra, su producción es muy buena, aun sin apoyos por parte del gobierno, pero como siempre, los “coyotes” son los que se aprovechan de su producción y les compran a un precio muy bajo que al final los campesinos salen “tablas” y los ganones son los bodegueros de las grandes centrales de abastos del país.
En el gobierno de la 4T, no estan preocupados porque los campesinos mejoren y puedan producir más, está lejos de ser verdad, ya que en el discurso dicen defender a los pobres, pero que en los hechos es todo lo contrario, para muestra es el nulo apoyo a los campesinos pobres que con mucho esfuerzo hacen trabajar sus tierras.
Los precios bajos no son deseables para el productor, por ello el gobierno debería de intervenir y tomar las medidas necesarias para eliminar la fuerte estacionalidad que caracteriza la producción de estos cultivos en la región. La reducción de la estacionalidad incrementaría los ingresos del sector melonero y contribuiría a mejorar el bienestar de la región.
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